Entre el 11 al 15 de noviembre de 2019 los alumnos del Máster realizaron su primera práctica de campo en Murcia junto a los profesores de las asignaturas de Geología de Terremotos y Sensores Remotos aplicados a la evaluación del Riesgo Sísmico. Los principales objetivos de esta práctica fueron: la identificación de indicios morfotectónicos de actividad en una falla, la comprensión del paisaje como resultado de procesos dinámicos (morfológicos y tectónicos) y de la elección de lugares de medición con técnicas geodésicas, la observación de efectos de sismos destructivos en yacimientos arqueológicos y lugares históricos y la familiarización con trincheras para el análisis paleosísmico de fallas activas.
Las paradas planificadas se localizaron a lo largo de las fallas activas de Alhama de Murcia, Carrascoy y la zona circundante, enmarcado todo ello en el contexto de la tectónica activa de las Béticas Orientales (Figura 1). Las fallas más activas de la región se corresponden con la Falla de Alhama de Murcia y la de Carrascoy. A continuación describimos brevemente el itinerario realizado durante esta salida de campo.
La primera parada se realizó en el conocido como afloramiento del Ángel, en Los Ramos, un arrabal de la ciudad de Murcia (Parada 1-1 en Figura 1). En esta parada se pudieron apreciar los restos de los abanicos aluviales (modernos, de menos de 100,000 años de edad) producto del desmantelamiento del relieve de la Sierra de Carrascoy, que han sido extraídos en su mayoría en una cantera. Estos abanicos resultan clave para hallar evidencias de actividad en la falla por su corta edad (Figura 2).
La segunda parada (Parada 1-2) se situó un poco más al sur, siguiendo la traza de la falla, en la Cantera de los Ramos, en la que se aprecia un corte de depósitos cuaternarios, dispuestos en capas con buzamiento mayor cuanto más cerca de la sierra (mayor inclinación de los estratos implica una mayor antigüedad de esos materiales, pues se han levantado más con el relieve) (Figura 3).
La tercera parada (Parada 1-3), continuando con el itinerario hacia el sudoeste por las faldas de Carrascoy, se ubicó en un descampado -la cantera de Algezares- próximo al Santuario de la Virgen de la Fuensanta.
Durante el segundo día de prácticas se realizó, primero, una breve parada en una alfarería próxima a la población de Totana, en el Valle del Guadalentín, para la instalación de una estación GNSS de campaña, con el objetivo de registrar observaciones durante el resto de la visita. Luego, se continuó hacia el siguiente emplazamiento (Parada 1-5), en una vía de servicio junto a un talud de la autovía RM-3. El itinerario prosiguió internándose en el área de influencia de la Falla de Alhama de Murcia. A los pies de la Sierra de Espuña se encuentra el yacimiento arqueológico de Tira del Lienzo (Parada 2-2), ligado a la cultura argárica (3300 – 3800 BP). La evidencia de una potencial actividad reciente se puede encontrar en el propio yacimiento, que está construido sobre depósitos cuaternarios y donde un muro aparece desplazado, posiblemente debido a un sismo antiguo (ver Figura 4).
La visita continuó siguiendo la traza de la Falla de Alhama hacia el suroeste, con una breve pausa (Parada 2-3a) para clarificar la triple ramificación de la falla en el sector Lorca – Totana (buzando en diferentes direcciones) y tener una visión general de los abanicos aluviales de la Sierra de la Tercia. En ese contexto se sitúa una serie de trincheras para análisis paleosísmico, entre las que destaca la “Megatrinchera” (Parada 2-3b). (ver Figura 5)
El tercer día de prácticas comenzó con una breve parada al norte de la ciudad de Lorca, para tener una idea general del paso de la Falla de Alhama por la zona. El siguiente emplazamiento se situó en el entorno de las antiguas termas de Carraclaca (Parada 2-5), por donde discurre la traza septentrional de la Falla de Alhama en el sector Lorca-Totana. La próxima parada se realizó en el segmento más meridional de la Falla de Alhama de Murcia (Huércal Overa – Lorca), en la Rambla de la Torrecilla (Parada 3-2), donde existe una zona de deformación de anchura considerable (Figura 6).
En las proximidades de la rambla se encuentra una estación sísmica (ELOR) del Instituto Geográfico Nacional, con un sismógrafo en un pozo a unos 40 m. de profundidad, y otro en superficie para orientar el primero .
La última parada del día (Parada 3-1) se realizó en un pico de las estribaciones de la Sierra de Enmedio (erguida sobre el Valle del Guadalentín), donde está instalada una estación permanente GNSS, ENME (ver Figura 7), que monitorea la deformación existente en la zona para poder discriminar correctamente entre aquella asociada a la Falla de Alhama, y la asociada a la de Palomares
Durante el cuarto día se efectuaron mediciones con diferentes láser-escáner en el corte del trasvase (Parada 2-4) y en la Rambla del Salto. La mañana del quinto día se realizó el vuelo de la zona al norte de la Megatrinchera con el dron de ala fija. Los resultados obtenidos con dron y láser-escáner se espera que repercutan positivamente en el análisis geotectónico de la zona.
La última parada tuvo lugar en el Castillo de Lorca (Parada 5-1). Este edificio histórico, y, en concreto, la Torre del Espolón, sufrieron grandes daños durante el terremoto de mayo de 2011 (ver Figura 8 ).
En conclusión, la salida de campo posibilitó adquirir una mejor comprensión de conceptos relevantes que se presentan y emplean a lo largo del Máster en Análisis del Riesgo Sísmico como falla, tectónica activa, tasas de deformación, fuente sísmica, entre otros. Además, las experiencias vividas en la salida permitieron también poner en valor todo el trabajo que existe detrás de la obtención de los datos requeridos para un estudio de peligrosidad y riesgo sísmico, a veces subestimado.
Referencia
Portela Fernández, Juan J. (2019). Memoria del viaje de prácticas. Geología de Terremotos, Máster en Análisis del riesgo sísmico mediante Tecnologías Geoespaciales, Universidad Politécnica de Madrid.