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Las tres vidas profesionales y la estrategia de búsqueda de trabajo

Tras alguna reflexión, y viendo a mi padre, sus amigos, mis profesores y mis colegas egresados, he llegado a la conclusión de que hay un modelo que explica cómo se busca trabajo: las tres vidas profesionales. En cada momento, el objetivo es claramente diferente, aunque la estrategia pueda parecer similar.

Estrategias de búsqueda de trabajo

La estrategia es sencilla, y doble. Todos tenemos un perfil especialista y otro oportunista. La gente que tiene un éxito asimétrico (tiene un bien trabajo, pero no le satisface) pueden y suelen tener una estrategia triple, porque añaden una tercera a las otras dos. Las estrategias son:

  • el perfil especialista
  • el rol oportunista
  • el nicho encontrado

a) el perfil especialista

El perfil especialista está definido por tu trabajo más satisfactorio. La vocación entra aquí, pero mucha gente sin vocación encuientra este tipo de ocupación remunerada. Es el tipo de trabajo que te satisface, el que desearías encontrar, si pudieras.

Este perfil es el que domina tu currículum vitae detallado, el que responde a tu deseo. Puedes haber trabajado en él o no, pero quieres desplazar a otr@s candidat@s de una entrevista para este trabajo. Si te sientes así ante una oportunidad, ese es tu perfil especialista. El perfil especialista TIENE que reforzarse año a año. Lee tu currículum cada seis meses; cada dos veces que lo leas tienes que haber hecho algo que mejore tu perfil especialista, poco o mucho. Si te pagan, son tus trabajos. Si no, abre y alimenta un blog, escribe artículos, investiga, habla con tus profesores para ver si te pueden dar un marco mejor, remunerado o no.

A lo mejor piensas que tienes más de un campo de interés. ¿Se puede tener más de un rol profesional? Es evidente que sí. Muchos roles profesionales lo son por tus estudios y titulaciones, obvio, pero muchos otros salen hobbies, de dedicaciones porque te gusta dibujar, cantar, hacer algún deporte, tener una habilidad especial que te satisface. Si se te da bien, te gusta y lo practicas, es un rol profesional. Hace un siglo eran pocos los roles de los que podías vivir, hoy son casi infinitos, en una sociedad occidental desarrollada. Piensa en ello, y haz una lista generosa de tus roles profesionales hoy, y los que pueden llegar a serlo en cinco años (es lo que se tarda en estudiar una carrera, piénsalo, es tiempo más que suficiente)

En tu currículum , si lo haces en serio, se pueden ver esos varios perfiles. Conviene que tengas varias versiones de tu currículum, señalando con fuerza en cada uno solo un rol profesional, y mencionando los demás como “otras habilidades y experiencias”. Así facilitarás la tarea de selección, no distraerás a quien selecciona.

b) el rol oportunista

el oportunismo no es un perfil (al menos, no debe serlo), ni siquiera si tu historia profesional se define por ua sucesion de oportunismos. Lo que permite saber si estamos en el oportunismo es si ocurre lo contrario de lo dicho en el punto anterior. No tienes un interés especial personal, interno, en ser mejor en el campo de la oportunidad que tienes ante tí. Si te la dan, bien, si no, a otra cosa. A tu perfil especialista, si se puede, a otro oportunismo, si lo hay.

Frente a una candidatura que, para ti, es oportunista, juegas a que no haya nadie más con tus cualificaciones, que, la verdad, no son muchas, y por eso se define así. Si tu calibre en esta coyuntura es apreciable, no es oportunismo, es o bien rol profesional o nicho encontrado. Si la candidatura tiene éxito, y logras el puesto, ya tienes un nicho que no era el elegido, que puede pasar a ser, en el futuro, un nicho encontrado. No lo buscabas, pero no te importa añadirlo a tu CV como un campo de desempeño. Si no te gusta, no lo cultivarás

Si el oportunismo tiene éxito, algo tenemos. Si no lo tiene, y ni siquiera es para ti un nicho encontrado, si una oportunidad similar apareciera dentro de dos años, seguiría siendo oportunista. Repites la jugada, y no te duele si no te la dan porque han encontrado a alguien para quien esto no es oportunismo, y tiene alguna experiencia anterior que aportar.

c) el nicho encontrado

Es posible que en un momento dado aceptes una ocasión oportunista. Estabas en el lugar idóneo en el momento idóneo, no había competencia a tu alrededor, y te eligieron. Hay varias razones para ello, igual quien busca no tiene tiempo, o cree en tus posibilidades, o tienes alguna conexión para que te den la oportunidad a ti. En todo caso, esta no era una oportunidad del campo buscado, el de tu rol profesional elegido. Pero la tienes, y la desempeñas lealmente, trabajas bien. Y tienes éxito, al menos algún éxito.

Es muy importante hacer hincapié en que, para que sea un nicho encontrado, eres leal con esa oportunidad, que trabajas lo que el puesto pide. Si no lo haces, no cuentes con recomendaciones de quien trabaja contigo.

Contamos con que lo has hecho bien. Puedes seguir en ese campo, pero no es el que te gusta de verdad. Si lo es, has encontrado un rol profesional, la primera opción. Cultívalo, mejora. Por supuesto que es posible tener más de un rol profesional, como dijimos antes. En cambio, si no te gusta, pero piensas que puede pagar tus garbanzos, es un nicho encontrado.

Las tres vidas profesionales

Las tres vidas profesionales son:

  1. la vida guiada por el papelito
  2. la vida guiada por el entorno elegido
  3. la vida guiada por el disfrute ordenado

1) La vida guiada por el papelito

En un primer momento, cuando eres joven, y no tienes especiales compromisos a largo plazo, buscar un lugar en el mundo. Normalmente, tu mejor opción es apoyarte en tu perfil profesional más fuerte. Quieres fortalecerlo, para el futuro, y, además, puedes pagar el precio ahora. El que sea: cobrar poco, irte lejos, tener una jornada laboral larguísima, lo que sea.

Para los que terminan cualquier nivel de estudios, el título obtenido (“el papelito”) es una de las mejores bazas. Al fin y al cabo, te has dedicado unos años a ese perfil, puedes usarlo como base de mejora. Vas donde puedas fortalecer el papelito, hacerte un lugar en el mundo. Cada oportunidad vale lo que vale, y en las primeras se mejora pronto, se parende deprisa. Puedes seguir buscando las mejores oportunidades que te da el papelito.

Esta etapa, esta vida profesional marcada por oportunidades donde y como sea, dura un rato. ¿Cuánto es un rato? Básicamente, hasta que pasan una de estas dos cosas: una, tienes relaciones personales que hacen que ya se haga demasiado caro pagar el precio de cambiar de vida o de sitio; dos, tienes un lugar en el que te gusta mucho más vivir que los demás que conoces.

Volver a casa, o a un sitio donde has vivido y sido razonablemente feliz, es una resolución habitual. Vivir en pareja, tener hjijos, es otra. A partir de ese momento, sea cual sea la razón, entras en tu segunda vida profesional.

Hay gente que no tiene esta primera vida profesional. Se la salta, porque hereda una ocupación, o por razones familares muy poderosas, o porque no cree suficientemente en las posibilidades de su perfil profesional, o porque tiene miedo a moverse. Elige quedarse donde está, y, por supuesto, es una elección personal legítima (pero luego no vale quejarse).

2) La vida guiada por el entorno elegido

Superada u omitida la primera vida profesional, llega la segunda, que, en general, es la más larga. En esta etapa, lo que manda es dónde vivimos. En ese lugar, buscamos maximizar nuestro bienestar. Esta maximización depende de la situación personal y familiar, por supuesto. Intentamos equilibrar la remuneración, la dedicación y los viajes necesarios, para que el resultado sea óptimo.

Por esto, no nos restringimos al perfil profesional, ni lo apartamos. Buscamos la mejor oportunidad en ese entorno. Como se ve muchas veces en los programas de expatriad@s, el oportunismo puede jugar un papel decisivo, y la gente se dedica, por ejemplo, a enseñar su idioma, si eso vale. Para el inglés y el español vale seguro, y puedes intentarlo con el alemán, el chino o el francés. Abrir un bar o restaurante es otra opción. Y, claro, también lo es ejercer la profesión. Esa combinación de oportunismo, relaciones y carrera llevan a unas pcupaciones que, en general, no son las de sueldo más elevado, pero resultan ser las que pagan mejor, en esta elección subordinada al lugar.

Por supuesto, pueden ocurrir accidentes, provocados o no, que obligan a replantear la vida, y, a veces, volver a la primera vida “del papelito”, o elegir otro entorno, o, en menos casos, pasar a la tercera vida directamente. Como esta segunda vida es la más larga, es la que más fácil es que se interrumpa por accidente. Si el accidente resulta devastador, puede que una persona encalle, como un barco en un bajío. Si es un accidente motivador, que también los hay, rejuvenece a qjuien lo tiene.

Esta segunda vida profesional es la más larga, dura lo que tardan en independizarse los hijos, si los tienes, lo que tardas en pagar las deudas e hipotecas contraídas, o cuidar a tus mayores. En general, se termina cuando decides que ya no tienes largos proyectos de futuro, que requieren ahorro y previsión. Se llega así a la tercera vida profesional.

3) La vida guiada por el disfrute ordenado

Si a partir de un momento dado no tienes ya proyectos a futuro lejano, y sientes que tu vida va a ser, esencialmente, la que ya tienes, lo más aconsejable es librarse de ataduras y disfrutar más. Hay apetencias gustos que no te permitías antes,por ser gastos no necesarios, que ahora te puedes permitir. Empezar esa colección, o continuarla con ejemplares más caros, viajar, dedicar tiempo a lecturas, conciertos, la naturaleza u otras actividades. Hacer más a menudo eso que te gusta desde siempre, pero no te permitías.

Ahora tienes mucha más libertad para elegir actividades. La única guía es gastarte tus ahorros a una tasa adecuada. Si puedes ganar dinero, gánalo, si tu patrimonio disminuye, que sea porque lo has disfrutado. O porque se eviten males mayores. Es cierto que, por el declive físico, es más frecuente aque los gastos médicos sean uno de los capítuos reseñables. Mi madre decía siempre: “¿Para qué son mis bienes? Para curar mis males”. Y Juan Miguel Villar Mir solía aconsejar que buscáramos un@ médic@ de la especialidad de gerontología antes de ser viejos. “Es preciso prepararse para la mejor vejez posible”, y no sé si cito textualmente, pero sí el espíritu de lo que le oí varias veces en conferencias o charlas.

En la tercera vida profesional puedes viajar con mucha libertad, ya que no hay nadie que te retenga todos los meses en un lugar.

(Tengo que volver a este texto, a ilustrarlo, y a añadir la teoría de los siete años, que es complementaria de esta)