Pueblos Solares Andinos

La directora ejecutiva de la Fundación Ecoandina, Silvia Rojo, nos explicó en la pasada conferencia “Tecnología e Innovación para el Desarrollo” en qué consistía dicha iniciativa, que opera en la provincia argentina de Jujuy (donde desde hace 30 años la desertificación es un gran problema).

La Fundación comenzó en 1988 a importar artefactos solares para sustituir a la leña como fuente de energía, sabiendo que la región era una de las seis que reciben mayor radiación solar en el mundo. A partir de 2001, debido a la gran crisis económica que atravesó Argentina, la importación ya no fue una opción y tuvieron que empezar a desarrollar tecnología propia para responder a las expectativas que habían creado, creando los pueblos solares andinos: 30 pueblos a los que proporcionan tecnologías solares como cocinas familiares y comunitarias, calefacción solar por aire caliente, secadores solares para agricultura, riego por goteo, bicicletas eléctricas…

La Fundación ha acompañado los 20 años de trabajo de una iniciativa nacional de electrificación (con fondos del Banco Mundial) llamada PERNER, con la cual han logrado subir al 98% la cobertura de servicio en todas las zonas rurales de la provincia de Jujuy. Silvia señala esta iniciativa como un magnífico ejemplo de que la energía descentralizada funciona desde hace más de 20 años.

La Fundación ha pasado por varios procesos de transformación y actualmente cuenta con 2 centros de investigación (en los cuales se prueban las tecnologías) y una sede en la ciudad de Jujuy: el Centro Ecoandina Para el Desarrollo de Energías Renovables y Ambiente, donde se está desarrollando una casa bioclimática y disponen de un taller para el desarrollo de la tecnología que usan (tecnología que ellos mismos fabrican, instalan y capacitan para su uso). Todos los artefactos y sistemas desarrollados tienen una vida de 15 a 20 años prácticamente sin mantenimiento. El éxito del modelo ha sido debido a varios factores:

• Consulta permanente a la población para saber exactamente qué es lo que necesitan.
• Bajo costo de los materiales pero cuidando la calidad.
• Conseguir a nivel local materiales adecuados que resistan el clima (en la región hay diferencias térmicas de 20ºC entre el día y la noche).
• La durabilidad de estos materiales.
• Accesibilidad de estas tecnologías para la apropiación.

Los mayores escollos que la Fundación ha encontrado han sido la logística, las distancias, los costes de traslado del personal y la falta de financiamiento para quienes necesitan la solución. En cuanto a esto último, Fundación Ecoandina intenta influir en políticas públicas para extender en la medida de lo posible sus soluciones solares.

La Fundación Ecoandina, mediante sus acciones, cubre muchos temas de la agenda de las Naciones Unidas como la lucha contra la desertificación, la mitigación del cambio climático, la recuperación de la biodiversidad, la mejora de la situación de la pobreza y la colaboración en el desarrollo local para evitar la migración de los pueblos. Gracias a unos 7 millones de dólares logrados en concursos públicos nacionales e internacionales se han diseñado, fabricado, instalado y capacitado para su uso unos 1500 sistemas y soluciones sostenibles. La demanda de estos productos se ha extendido a zonas urbanas, para las cuales se ha creado juysolar (una micropyme en forma de empresa social que fabrica estas soluciones solares y dona un porcentaje de sus beneficios a la Fundación Ecoandina para mantenimiento institucional y de sus proyectos).

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