VI Sesión de Martes Solidarios

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Volvemos, queridos lectores, con un resumen de la VI sesión de Martes Solidarios en la ETSIDI, en este caso contamos con la presencia de Carmen Amador Guerra, que nos habló del análisis de factibilidad técnica y social de soluciones de desinfección mediante cloración en sistemas de abastecimiento de aguas rurales. Aplicación a las comunidades de Maore y Kihuro, en el distrito de Same, Tanzania, proyecto que realizó con la colaboración de J.A. Mancebo y M.T. Hernández Antolín.

El acceso de todos al agua potable es uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, hasta ahora nos habíamos concentrado en el acceso al agua, más que en su calidad, en esta ponencia nos ocupamos de este punto, ya que el agua contaminada es una fuente de enfermedades como la fiebre tifoidea o el cólera, en el caso particular de Tanzania, con épocas de fuertes sequías y épocas de inundaciones, a calidad del agua varía considerablemente (en épocas de inundaciones, el agua disponible está mucho más sucia), está en el puesto 152 de 186 según el índice de desarrollo humano (el 65% de la población vive en la pobreza), aunque ha ido desarrollándose significativamente en los últimos años. La gestión del agua es por parte de la comunidad (Comunity Owned Water Supply Organisation), por medio de comités de 10 personas elegidos por la comunidad. Para conseguir el éxito del proyecto, es vital que la comunidad comprenda la relación directa entre enfermedades y agua no potable. Tras analizar el agua de los ríos Ingiriri y Sesami en tres ocasiones, se llegó a la conclusión de que la calidad del agua era muy mala y se hace necesaria la sedimentación y filtración antes de la cloración.

La cloración es el método más utilizad para la desinfección, por su bajo precio, facilidad de uso y por el cloro residual, que desinfecta en caso de que vuelva a contaminarse el agua. El cloro es un oxidante fuerte, por lo que oxida el medio (primero oxida la materia no orgánica presente, formando precipitados, una vez oxidada toda esta materia, comienza a oxidar la orgánica, en este paso pueden producirse subproductos tóxicos, cancerígenos a largo plazo (trihalometanos, THM) y, una vez alcanzado el punto de ruptura, todo el cloro añadido es desinfectante, antes de este punto no. Para evitar los subproductos durante la oxidación de materia orgánica, conviene retirarla (sedimentación y filtrado). A continuación vemos una fotografía de Carmen junto a la grafica de combinación del cloro.

Carmen1

El cloro puede manejarse de distintas maneras:

-Cloro gaseoso, que es un gas tóxico, con un 99% de cloro activo. Hay que tener mucho cuidado con su manejo.

-Hipoclorito de calcio: en forme de pastillas, es mucho más manejable, y la cantidad de cloro activo ronda del 65 al 70%.

-Hipoclorito de sodio (lejía) con tan sólo un4 al 18% de cloro activo.

La cantidad de cloro a añadir depende de parámetros como el tiempo de contacto, el tipo de microorganismos presentes en el agua a tratar, el pH y la temperatura del agua (a mayor temperatura, mayor volatilidad del cloro). Según la ley de Chuick-Watson, toda desinfección tiene una pendiente recta descendiente en la escala logarítmica (CN*t=k).

Existen otros muchos métodos de desinfección, aunque generalmente son más caros, algunos de ellos son: la ozonización, la desinfección solar (método gratuito, ampliamente utilizado), hervir el agua o la desinfección ultravioleta.

En el proyecto llevado a cabo en la región de Same, la toma de agua se hacía en dos ríos, el Ingiriri y el Sesame, cada una de las dos líneas debería disponer de un sedimentador y de un filtro, pero no pudo conseguirse, por lo que una línea contó con el sedimentador y la otra con el filtro. El sistema de depuraba el agua contenida en siete tanques de almacenamiento).

Se estudiaron ocho distintas alternativas:

  • Generación de cloro a partir de salmuera (agua muy salada), generando hipoclorito de sodio mediante electrólisis de moléculas de agua con sal, esta alternativa necesitaba de una fuente de energía, lo que encarecía el proceso considerablemente.
  • Dosificador de tabletas por erosión: barato, fácil de instalar y mantener, y productos disponibles en la zona, aunque el sistema no es muy preciso.
  • Dosificación con vaso y botella: fácil de mantener y reparar, aunque se atasca con facilidad.
  • Bomba dosificadora: necesita una fuente de energía, imposible encontrar repuestos en la zona.
  • Dosificación de tubo con orificio: no requiere electricidad, poco mantenimiento, aunque se pueden producir depósitos que obstruyan el orificio.
  • Dosificador por goteo, muy similar al método anterior.
  • Molino con émbolo: sistema más complicado, aunque ofrece una gran flexibilidad en función del flujo.
  • Dosificador de Venturi: que se basa en el principio de venturi.

Se evaluaron estas ocho opciones según criterios de sostenibilidad, estabilidad, coste,… siendo el más conveniente el sistema dosificador por goteo, usando hipoclorito de calcio en polvo. Se previó que el mantenimiento por parte de miembros del comité local, además de un sistema de pago mensual de tarifa de agua. Para momentos puntuales en los que la contaminación aumente, se podría aplicar la desinfección solar con botellas de plástico como solución temporal (para evitar THM resultantes de la oxidación de materia orgánica).

El impacto ambiental directo resultante de la limpieza de los tanques es muy bajo, aunque de modo indirecto, el impacto es mucho mayor (crecimiento de las comunidades, que conlleva un aumento en el consumo de recursos naturales, de la actividad agraria, del uso de fertilizantes químicos,…). El impacto social también es muy positivo, pues se reducen las muertes por enfermedades derivadas del consumo de agua no potable.

Hasta aquí el resumen de la ponencia del 21/04/215, muchas gracias a Carmen Amador por compartir su tiempo y sus vastos conocimientos en potabilización con nosotros. Os esperamos el próximo martes.

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