El pecado de David

La historia del rey David está llena de detalles interesantes. Muchos cristianos bien formados la conocen y si se les preguntara por el pecado de David seguramente les vendría inmediatamente a la memoria el suceso por el que ordena a su general Urías ponerse en primera línea de batalla con el pecaminoso objetivo de que alcance la muerte y así poder desposar a su mujer Betsabé, a la que ya había dejado embarazada. Sin embargo el propio David se da cuenta de que no es este su mayor pecado (crimen y adulterio combinados), sino realizar un censo de su nación ¿Realizar un censo? Si, pero no con intereses fiscales como suele ser frecuente, sino para conocer el poderío de su posible ejército, y plantar batalla a los enemigos ¿Es esto un pecado? Para responder, primero hay que recordar otro gran suceso de la vida del rey David, cuando todavía era un muchacho. Se enfrenta al gigante filisteo Goliat con un arma bien simple. ¿Una honda y cinco piedras planas? No, el arma es su plena confianza en Dios. Y con este arma derrota a su enemigo. Así lo seguirá haciendo durante muchos años después. Pero ahora, después de vencer en mil batallas, ha perdido el poderío de ese arma y necesita un censo. Es él quien quiere ganar las batallas.

3 comentarios en “El pecado de David

  1. Wau, impresionante reflexion!
    Asi como le paso a David, le pasa a mucha gente, que ll3ga a una cierta edad, tiene toda la bendicion y se olvida de cuanto le costo obtenerla, y la pierde pecando solo con una vez ! Ese pecado lo desvio por completo del camino.

    1. Querida Adriana, aunque es cierto que el pecado nos separa de Dios, Él en su infinita misericordia está siempre abierto al perdón. La idea de la reflexión va más a la necesaria confianza en Dios y el abandono en su voluntad. “Porque mis planes no son vuestros planes, | vuestros caminos no son mis caminos” Is 55,8

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