¡¡Volvemos al campo!!
Ecología a pie de barrio llegó al 2022 cargado de muchísima energía y con algunas novedades que lograron mantener tanto a estudiantes como profesores/as y por qué no, a futuros científicos del medio ambiente varias mañanas completamente entretenidos, ya no solo cacharreando con los sensores para medir contaminación atmosférica o de agua sino, además conociendo más en profundidad la flora y la fauna que nos rodea, las funciones ecosistémicas que cumplen estos seres vivos, el impacto que tienen algunas especies exóticas, la importancia de los corredores ecológicos como adaptación al cambio climático y muchísimas cosas más.
Durante los meses de mayo y junio a pesar de que ya empezaba a sentirse ese potente calor de verano, se logró llevar al campo nada más y nada menos que a 74 estudiantes de distintos coles, algunos con los que ya habíamos participado como el Ponce de León y Comunidad Infantil de Villaverde, y a los que se sumaron Nuestra Señora de Fátima y Nuestra Señora de Gracia. A todo ello hay que sumar 6 profesores/as que gracias a su participación activa nos ayudaron a centrar el desarrollo de la actividad a varios temas que ya previamente habían tocado en clase, lo cual, valga resaltar, nos sirvió de herramienta clave para finalizar nuestra salida de campo con resultados muy positivos.
Al igual que en el 2021 nuestro recorrido inició en el metro San Fermín, donde con ayuda del equipo docente tomamos medidas de CO2, partículas en suspensión, temperatura y humedad atmosférica, todo ello para luego irnos desplazando y tomando medidas en distintos puntos hasta llegar al Parque Lineal del Manzanares donde comparamos datos y los equipos pudieron comprobar por ellos mismos cómo influía la presencia de distintas edificaciones, coches, vegetación, etc., en la calidad ambiental de su entorno.
Una vez llegamos al parque, para hacer más dinámica la participación repartimos fichas para identificación de las especies de flora y fauna más comunes de la zona y de este modo fomentar el trabajo en equipo mientras repartíamos puntos a los distintos grupos que acertaran al reconocer físicamente lo que se plasmaba en aquellas fichas. Además no podía faltar la recogida de muestras de agua en distintos puntos del río utilizando varios métodos: acercarnos a zonas de playa o lanzando botellas sujetas a cuerdas desde los puentes. Se les explicó a los alumnos los valores reflejados en las distintas muestras de agua que ellos/as tomaron: conductividad eléctrica, pH y temperatura y aunque no medimos la concentración de oxígeno disuelto, el gas más importante para la vida, se les habló de su importancia y cómo interaccionaban las demás medidas en su concentración.
También se repartieron puntos por el interés puesto en la actividad, el respeto por el entorno, la participación activa y trabajo en equipo para luego culminar nuestra excursión con una magnifica lluvia de ideas y soluciones en las que los distintos grupos dejaron volar a la imaginación y propusieron distintas alternativas para mejorar la calidad ambiental de su entorno y el cuidado de nuestro planeta, porque todo aquello que se haga desde lo local se reflejará a nivel global.
Lo más gratificante de esta actividad aparte de la gran participación que tuvimos, fueron esos comentarios anónimos por parte de los alumnos/as que recibimos en las encuestas finales, como: “Ha sido una actividad muy interesante y muy necesaria sobretodo en la actualidad. Cuanto antes aprendamos cosas nuevas sobre ecología más lo tendremos en cuenta. ¡Muchas gracias!” o “me gustaría estudiar algo relacionado con el tema de hoy y me es gratificante lo aprendido el día de hoy”.
Al terminar la jornada práctica hemos dado a cada uno de los estudiantes un diploma por parte de la Universidad Politécnica de Madrid para reconocer su participación como Investigadores por un día en nuestras jornadas prácticas de verano.