Portada del informe

El potencial de la electricidad en la reducción de la desigualdad

El 16 de enero de 2017, el Banco Mundial presentó en España el informe “La pobreza y la prosperidad compartida: Abordar la desigualdad” , en un acto organizado conjuntamente entre Máster en Estrategias y Tecnologías para el Desarrollo y la Agencia Española de Cooperación al Desarrollo (AECID).

Uno de los puntos principales del informe destaca la electricidad como una de las intervenciones clave de política interna que son efectivas para reducir la desigualdad, que es el Objetivo de Desarrollo Sostenible 10 (ODS 10).

Numerosos estudios demuestran que el acceso a la electricidad aumenta los ingresos de los hogares mediante la expansión de la oferta de mano de obra y el fomento del cambio de la mano de obra agrícola al empleo formal.

La electrificación también puede generar ingresos adicionales para los hogares al hacer que las pequeñas empresas basadas en el hogar sean económicamente viables o más productivas.

La disponibilidad de iluminación eléctrica también brinda oportunidades adicionales para estudiar y se asocia con una mayor asistencia escolar y mejores tasas de finalización de estudios escolares, especialmente entre las niñas.

La electrificación rural puede tener efectos positivos también en la comunidad. Por ejemplo, el alumbrado público mejora la seguridad; las clínicas con acceso a la electricidad pueden permanecer abiertas por más tiempo y proporcionar cadenas de frío para las vacunas; y el acceso a la electricidad puede ayudar a reducir el absentismo entre los trabajadores de salud y los maestros.

Además, los programas de electrificación pueden tener grandes beneficios inmediatos para la salud al disminuir la contaminación del aire en el interior de los hogares pobres, permitiendo que el queroseno y la leña sean reemplazados como fuentes de energía para la iluminación o la cocción.

También hay evidencia de que el acceso a la electricidad aumenta el ingreso controlado por las mujeres a través del empleo formal y la creación de pequeñas empresas dirigidas por mujeres.

Uno de los usos más importantes de la electricidad después de la iluminación es el acceso a la televisión, lo que potencialmente puede mejorar la educación sanitaria, reducir la fertilidad y desafiar las percepciones arraigadas de los roles de género.

A pesar de las ventajas que proporciona la electricidad doméstica, la Agencia Internacional de la Energía calcula que en 2013 había 1.200 millones de personas sin acceso a la electricidad, es decir, el 17% de la población mundial.

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