La iluminación solar reduce los asaltos sexuales en campos de refugiados

Fuente: CBSNEWS

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Ver a mujeres charlando tranquilamente fuera de sus casas es algo completamente nuevo en el anteriormente oscuro campo de refugiados de Mogadiscio, capital de Somalia. En una ciudad donde la oscuridad trae consigo la amenaza de ataques, las 79 luces solares recientemente instaladas por el Consejo Danés para los Refugiados ayudan a estas mujeres a protegerse de asaltos sexuales.

“Se siente como si estuviéramos comenzando una nueva vida”, dice Sadiya Hussein, madre de cuatro hijos, mientras descansa con otras mujeres cerca de sus casas, que están hechas de chapa o de palos y tela. “Gracias a las luces podemos juntarnos para charlar y tomar algo de aire fresco. Ningún violador puede colarse ahora. Está todo totalmente iluminado.”

Desde que una devastadora hambruna azotó Somalia en 2011, los campos de refugiados en Mogadiscio han acogido a decenas de miles de personas que huyen tanto del hambre como de la violencia. El número de violaciones aumentó considerablemente, haciendo del simple hecho de ir al baño una actividad en la que se arriesga la vida. “Ellos simplemente vienen y esperan a que las mujeres pasen entre su casa y los baños”, dijo Fátima Nor, quien fue atacada una vez pero escapó gracias a que su marido intervino. “Realmente nos sentimos un poco más seguras que antes. Creo que tiene la luz asusta a los violadores.”

Mohamed Bundu, el director el Consejo Danés para los Refugiados en Mogadiscio, dijo que además de mayor seguridad las luces también están ayudando a que los niños estudien y que las empresas atraigan clientes. “Todos los hechos delictivos que se cometían a menudo debido a la oscuridad se han reducido considerablemente”, dijo. Las 79 luces erigidas sobre postes altos en el campamento de Mogadiscio cuestan alrededor de 2,000 dólares cada una.

Heather Amstutz, el director regional para el Consejo Danés para los Refugiados, dijo que el grupo también ha instalado luces solares en el norte de Somalia. El grupo contacta previamente con las comunidades beneficiarias para pedir su aceptación, lo que reduce la amenaza de vandalismo o robo. Dichos proyectos son pagados por fondos de las Naciones Unidas. Las luces “añaden cinco horas productivas a estos pequeños asentamientos. Los niños pueden estudiar gracias a la luz, y los vendedores están vendiendo sus verduras gracias también a las luces”, dijo.

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