El sistema de tendido eléctrico proporcionado por Argelia actualmente, ha dotado de electricidad a todos los campamentos a excepción del Aaiún, que se encuentra aún en proceso de la implementación de la red de tendido eléctrico. En el Aaiún se ha intentado reducir el problema a través de una solución económicamente viable y ambientalmente amigable, como es la instalación de paneles solares.
El equipo del Instituto de Energía Solar (IES) de la Plataforma Refugiados, visitó varias de estas instalaciones fotovoltaicas en viviendas y negocios del Aaiún para su evaluación. A través del recorrido de campo, se repararon varios de los sistemas fotovoltaicos y se mostró a sus dueños los cuidados necesarios para mantenerlos operativos. La gran cantidad de paneles y baterías en mal estado o en funcionamiento deficiente evidencian la necesidad de capacitación de la población en cuanto a tecnología fotovoltaica se refiere.
Por su parte, la población que se encuentra asentada fuera de los campamentos de Tindouf, en la zona libera del Sáhara Occidental, en su convicción de no abandonar su tierra natal, vive en condiciones extremas.
En esta zona liberada del Sáhara aún no llega la electricidad y el abastecimiento de agua se basa en los escasos acuíferos disponibles. La población asentada realiza grandes travesías hacia los campamentos para abastecerse de alimento y cría ganado que les proporciona leche y carne. Los servicios básicos de salud y educación prácticamente no existen y la ayuda humanitaria no llega. Por todo ello, el acceso a energía confiable y rentable es uno de los desafíos que debe ser abordado por todos los expertos en el tema.
Andrea Eras, investigadora de la Plataforma de Refugiados de la UPM que formó parte del trabajo de campo en los campamentos saharauis, propone estudiar la viabilidad de microrredes renovables e híbridas en los campos donde no exista acceso a electricidad, ya que estos sistemas son recomendables en zonas de alta concentración poblacional . La introducción de tecnología renovable ayudaría a disminuir la vulnerabilidad energética de la población, mejorando su calidad de vida y generando nuevas oportunidades en ambientes hostiles, como es el desierto en el que ha sido obligada a vivir.