Día de la Fascinación por las Plantas 2019

La fascinante Sansevieria trifasciata

La comúnmente conocida como lengua de suegra o espada de San Jorge, Sansevieria trifasciata, es  una especie  muy conocía, ampliamente cultivada como planta de interior, y de exterior si el invierno lo permite.

La parte aérea o visible de esta planta son sus hojas, muy características. Son carnosas, firmes, erectas, de forma alargada, y acaban en una punta aguda aunque no punzante. Nacen de un rizoma, un tallo subterráneo poco profundo dispuesto horizontalmente. Son de un color verde oscuro, con numerosas franjas transversales grisáceas de borde irregular (Fig. 1). Las formas variegadas, con una franja amarilla a lo largo de cada margen foliar, son también muy apreciadas en cultivo (Fig. 2); fueron denominadas S. trifasciata var. laurentii, aunque actualmente no se acepta la validez taxonómica de esta variedad. Las flores, que raramente aparecen en cultivo, son blanquecinas, poco vistosas y de escaso interés ornamental aunque con un agradable aroma (Fig. 3).

        

  

 

 

 

 

 

Una de las razones del gran interés que despierta esta planta y de su popularidad como planta de interior es la facilidad con que se cultiva y se multiplica. Se la puede poner tanto a la luz (aunque a pleno sol, en zonas cálidas, las hojas puede sufrir daños) como en zonas de la casa poco iluminadas, y requiere muy poco riego.  De hecho, es una planta considerablemente resistente a la falta de agua. Para propagarla se puede recurrir a la clásica división de matas (separación de trozos del rizoma con sus correspondientes hojas), o bien utilizar un método que pocas especies admiten: el esqueje de hoja.  En efecto, la lengua de suegra puede reproducirse vegetativamente plantando una de sus hojas, o incluso solo un segmento de hoja.

Hay otra razón importante que le ha dado fama y está contribuyendo cada vez más a la difusión de su  cultivo en el interior de los hogares. Es la creciente reputación de esta, así como de otras varias especies, como plantas “purificadoras” del aire.

Un informe publicado por la NASA en 1989, accesible en internet (https://ntrs.nasa.gov/search.jsp?R=19930073077), recoge resultados experimentales que demuestran la capacidad de varias especies de plantas (sobre todo de algunas de las llamadas plantas de interior) para retirar de la atmósfera varios compuestos químicos nocivos que suelen contaminar el interior de las viviendas, tales como benceno, tricloroetileno y formaldehido. Entre las especies estudiadas se encuentra la lengua de suegra, el potos (Epipremnum aureum), el Spathiphyllum wallisii y la Dracaena marginata. El benceno se emplea en la fabricación de plásticos, fibras sintéticas, resinas, lubricantes, tinturas, detergentes, explosivos, medicamentos, mientras que el tricloroetileno  se usa como disolventes, y es un ingrediente importante de decapantes y adhesivos y el formaldehido (o formol, conocido por su empleo en la conservación de cadáveres y restos orgánicos)  se utiliza ampliamente en la producción de barnices, pinturas, colas, telas, cosméticos y productos de higiene, por lo que las vías por las estos compuestos llegan a los hogares son múltiples. Todos ellos son capaces, en función de su concentración,  de producir diversos daños a la salud, desde irritaciones respiratorias hasta anemia, daños en el sistema inmunitario o cáncer, por lo que, además de tratar de evitar su presencia en las viviendas, conviene disponer de un medio sencillo de reducir sus concentraciones, como es el cultivo en casa de la Sansevieria trifasciata u otras de las especies estudiadas.

Por último, al hablar del cultivo de plantas dentro del hogar, conviene aclarar cuál es el efecto general de las plantas en la atmósfera durante el día y durante la noche, asunto sobre el que hay cierta confusión cuando se habla de si conviene o no dormir con plantas en la habitación.

En presencia de luz, es decir, durante el día, la fotosíntesis consume CO2 del aire y genera O2, que se libera a la atmósfera. Aunque al mismo tiempo la respiración, y la fotorrespiración, liberan CO2 y consume O2 de la atmósfera, lo hacen en cantidades menores, de manera que el balance se inclina hacia la liberación de O2 y la captación de CO2. Durante la oscuridad de la noche, la liberación de  O2 por fotosíntesis y la fotorrespiración, ambas dependientes de la luz,  se detienen, mientras que la respiración continúa, por lo que es cierto que durante la noche las plantas consumen Odel aire y liberan CO2. Este hecho ha generado una especie de “leyenda negra” según la cual sería peligroso dormir con plantas en la misma habitación, porque podríamos “quedarnos sin oxígeno”. Sin embargo, a nadie le preocupa dormir con otras personas o con mascotas, que también consumen O2 y liberan CO2. Debe tenerse presente que las cantidades de gases (O2 y CO2) intercambiadas por estos organismos (personas, animales, plantas) son poco relevantes en relación al volumen de aire en la habitación, especialmente si ésta está mínimamente ventilada, y no afectan a nuestra respiración.

Juan B. Martínez-Laborde