¿Qué va a ser de mi cuándo sea mayor?

La tarea para esta semana ha sido ver el documental #MiEmpleoMiFuturo y reflexionar. Para mi, más que invitarme a pensar, el reportaje ha sido un bálsamo sanador ya que, al empezar la universidad, perdí la afinidad por los pilares del sistema educativo actual (especialidad en una cosa, ejercicios repetitivos, aprender datos de memoria y cumplir órdenes). Así, mi nota media se desinfló considerablemente y con él mi autoestima.

¿Qué ocurrió? Quizá es que se me diera bien porque, en el instituto, había variedad temática (física, matemáticas, biología, literatura) y en la carrera no tanto (física y matemáticas). También recuerdo que repetía todos los ejercicios que mandaban hasta sabérmelos, pero sin comprender verdaderamente los principios que operaban. Tampoco preguntaba todo lo que debería por no evidenciar ser “dura de mollera”. En consecuencia, llegaba el examen, “devolvía” todo lo memorizado y, si el profesor se ponía un poco imaginativo en el enunciado, me despedía hasta julio.

Saber que el sistema educativo está mal diseñado es, a nivel personal, un alivio. A nivel general, un desastre ¿Cuántas serán las mentes capaces que, por no poder plegarse a las exigencias, acaban abandonando su formación?¿cuántas las personas que, por plegarse a esas exigencias tanto tiempo, no sepan ya aplicar las habilidades en las que -de momento- ganamos a los robots?.

Socialmente soy muy muy optimista. Conocía todos los datos que incluye el documental salvo el detallito de “la 4ª revolución industrial destruiría la clase media”, volviendo a abrir un precipicio entre trabajos precarios y trabajos pudientes y que para poder acceder a los segundos habría que ser todo lo que no enseñan en la escuela y que ahora se está oxidando en el hangar: creatividad, ser resolutivo, pensamiento crítico.

Si bien el documental no da idea de por dónde empezar a cambiar el sistema educativo, yo sí propondría reducir la carga de tareas para fomentar otras actividades extraescolares. Asimismo, impartiría nuevas asignaturas -como programación-, y evaluaría principalmente mediante trabajos en grupo.

¿Y qué pasa con la gente que, por edad, van a quedarse “obsoletas” ya que no van a poder “desaprender”? Una idea extendida es retirarlas antes del mercado laboral y pagar sus pensiones con impuestos al uso de robots. En papel, la idea es buena. En el mundo real, sólo saldría bien si todos los países se ponen de acuerdo ya que, de lo contrario, las multinacionales moverían toda cadena a países sin impuestos y esa población activa quedaría desamparada.

La conclusión de este post es que el futuro trae consigo cosas maravillosas, pero hay que ir preparándose sin prisa, pero sin pausa.

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