Mi futuro profesional

A día de hoy pensar en el futuro profesional que nos espera a los jóvenes (aún teniendo un empleo actualmente) es desalentador. Las condiciones laborales a las que aspiramos son peores que las de nuestros padres, sufrimos una competitividad excesiva en todo lo que realizamos para desarrollarnos personal como profesionalmente.

En la Universidad, o incluso el instituto, se nos enfoca a competir con el que tenemos al lado. No se nos enseñan competencias sociales que permitan el desarrollo conjunto o el desarrollo de empatía entre iguales. Desde el momento que un puntaje decide nuestro futuro universitario vemos al compañero como rival para entrar en la carrera que deseamos, a nuestro compañero de carrera como un rival para encontrar nuestro puesto de trabajo soñado y a nuestro compañero de trabajo como otro rival para lograr un ascenso o simplemente para mantener nuestro puesto laboral.

Unido a esta competitividad se junta el hecho de que para muchos puestos de trabajo se pide una sobre cualificación. Esto provoca que existan grandes inconvenientes para que los jóvenes podamos introducirnos en el mercado laboral con garantías, por no hablar de que este hecho reduce mucho las oportunidades laborales y que muchos jóvenes acaban trabajando en sectores que no son los suyos o en trabajos precarios, poco remunerados.

En definitiva, siento que la vida profesional a la que se enfrenta esta generación se va a basar en la capacidad de reciclaje y adaptación a los cambios que se van a ir produciendo en todo el mundo. Esta capacidad de adaptación va a permitir optar a puestos de trabajo de mejores remuneraciones y condiciones laborales óptimas al esfuerzo académico que llevamos desarrollando durante nuestros años universitarios. Por tanto, creo que somos una generación que vamos a vivir constantemente en la incertidumbre y que necesitamos desarrollar las capacidades personales para que los cambios que se produzcan nos afecten lo menos posible o de la mejor manera.

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