“Cuando el cuerpo baila, la mente descansa”. Entrevista a Diego Pelayo y Mario Ruiz.

Una de sus pasiones es la electrónica y han hecho de ella su profesión. La otra, el baile, su vía de escape y ahora la de muchos otros. Hoy conocemos a Diego, estudiante, y a Mario, graduado, ambos del Grado en Electrónica y Automática, y fundadores de Universalsa.

¿Por qué Ingeniería? ¿Por qué vuestra especialidad?

M: Escoger ingeniería fue, principalmente, porque me di cuenta de que la rama de letras no era lo mío. Y, en especial ésta, porque desde pequeñito tenía ciertas inquietudes por conocer temas de electrónica y demás y, conté con el apoyo de mi familia.

D: En mi caso, algo similar a Mario; ya de pequeño arraigó en mi la vena ingenieril, montar cacharros y juntar piezas para con ello intentar crear algo. En eso ocupaba la mayor parte de mi tiempo. En los últimos cursos del Instituto tienes que elegir un poco hacia dónde vas a ir y me llamaba mucho la electrónica, le veía muchas posibilidades, un área de futuro. Todo ello desembocó en la especialidad de electrónica que curso aquí en la ETSIDI.

¿Por qué la ETSIDI?

M: Elegí la ETSIDI porque dentro de las Escuelas de industriales para mí era la mejor; estaba cerca de casa y, cuando conoces un poco su pasado, te dices: “bueno, pues no me importaría conocer lo que fue la Escuela de Peritos”.

D: He tenido familiares o amigos cercanos que han estudiado en la UPM. Me hablaban de su buena fama y del prestigio que tiene un ingeniero que ha estudiado aquí la carrera. Además, estaba muy vinculada la titulación que se ofrecía aquí en la ETSIDI con lo que yo quería hacer de electrónica y automatización industrial, no me lo pensé dos veces ¡y aquí me vine!

¿Qué es la primera cosa que se os viene a la cabeza si digo “BAILAR”?

M: Desconectar.

D: Felicidad.

¿Cómo surgió Universalsa?

M: Diego y yo estábamos apuntados a las clases que organizaba el Rectorado. También éramos del mismo grupo de amigos de aquí de la Escuela y poquito a poquito, con esto, fuimos haciendo nuevas amistades fuera.

D: Yo creo que también nos pilló a los dos en un momento en el que estábamos muy saturados con la carrera y buscábamos una actividad diferente. Descubrimos el baile y nos apuntamos a las clases del Rectorado, pero eran muy “de andar por casa”. Están muy bien para iniciarte en el baile pero nosotros habíamos descubierto “un mundo de luz y de color” con profesores internacionales de máximo nivel en otras clases y congresos, así que pensamos que estaría muy bien, sabiendo que hay profesores tan buenos en Madrid, intentar hacer algo en nuestra propia escuela.

M: Fue un poco “si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña”.

D: No empezamos aquí realmente; comenzamos con un grupo de amigos de la ETSIDI en un garaje, al igual que otras grandes compañías como Amazon o Microsoft (bromea). Después hablamos con Isabel Carrillo, desde el primer momento nos dio todo su apoyo, y desde ahí el proyecto fue creciendo. Nos liamos la manta a la cabeza y dijimos “¿por qué esto que nos gusta tanto no se lo ofrecemos a gente dentro de la Escuela y la Universidad?” Y ya hace cuatro años desde que fundamos la asociación.

¿Qué creéis que os aporta el baile como personas?

M: Una de las cosas de las que te das cuenta cuando llevas un tiempo bailando es que te fomenta una capacidad de improvisación que inicialmente no tienes. Al principio cuando te pones a bailar con alguien haces los pasos muy secuenciales, todo tiene que ser muy parecido, tiene que ser como te han dicho en clase, hasta que llega un momento que hay como un “click” en tu cabeza, un cambio de mentalidad. Como persona, lo que te hace es que al orientarte hacia nuevas situaciones eres más resolutivo, tienes más fuerza, más confianza en ti mismo.

D: A parte de todo lo que te ofrece el baile como actividad divertida y social; está demostrado que el baile en pareja ayuda a reducir el estrés, mejora la memoria, la autoestima, etc. Yo también lo relacionaría con lo que he dicho antes, con “felicidad”, lo introduciría en esto porque, gracias a Universalsa y gracias al baile, he conocido a algunos de mis mejores amigos y a mi pareja. Me llena como persona y creo que eso es lo más importante.

¿Qué creéis que le aporta a un ingeniero?

M: Siempre se ha dicho que “un buen ingeniero no baila” y creo que con esto somos la excepción que confirma la regla. Gracias a esto del baile tenemos habilidades que de otra manera, teniendo en cuenta los estereotipos que existen dentro del ámbito ingenieril, no conseguiríamos.

D: Nosotros planteamos, cuando creamos la asociación, que Universalsa sería una válvula de escape, una forma diferente de divertirse. Sobre todo, se pretendía enseñar a gente muy joven que no hace falta salir a emborracharse y hacer lo que creemos que es lo normal cuando quizás no tendría que ser así. Ves a la gente que después de pasar aquí todo el día entre clases y laboratorios, entran en las clases de baile a última hora con la mochila y la cara que les pesa, y salen con una sonrisa, con alegría. Ya son cuatro años y  muchos compañeros que están acabando la carrera nos dicen: “me habéis dado ese plus de alegría y una forma de desconectar de la rutina”.

M: He llegado a ver en perfiles laborales de algunos compañeros secciones en las que indican que han participado en Universalsa ¡Así que está claro que algo les aporta! (bromea). No olvidemos también que tenemos alumnos de fuera de nuestra escuela, de máster, doctorado, incluso algún que otro profesor ha pasado por nuestras clases.

D: Mucha gente que ha terminado la carrera nos cuenta que se acuerdan mucho de nosotros, que gracias a las clases de baile mejoraron su rendimiento académico al sentirse mejores en otros aspectos de sus vidas. Eso, sinceramente, nos llena de orgullo y son testimonios que nos guardamos para siempre.

 

https://youtu.be/1Uxnw48qmmo

¿Cómo ha cambiado el club deportivo?

M: Cuando Universalsa nació como tal, surgió como una parte del Club Deportivo. El Club Deportivo venía de haber estado con Sergio (Sergio Olivares) y Manu (Manuel Ocaña) dos años antes de que estuviéramos nosotros; le habían dado un gran empuje. Luego estuvo Aaron (Aaron Paz) con el resto de la directiva (Sergio Caballero y Daniel Squittieri) y ahí aportamos también nosotros nuestro granito de arena. El club deportivo, aparte de mover muchísima gente, ha generado una importante interconexión entre las personas de la Escuela.

D: Yo creo que el club, como bien ha dicho Mario, con dos amigos nuestros como son Manu y Oli (Sergio Olivares), pasó de estar prácticamente perdido a ir remontando poco a poco. Junto con otros compañeros como Aaron, Dani, conseguimos que poco a poco llegara a lo que es hoy en día: con trofeos, InterEUITIs y demás. También fue la cuna de Universalsa, que nació como una actividad de él hasta que fue algo tan grande en sí mismo que tuvimos que sacarlo fuera y formarlo como una asociación. Y hasta donde yo sé los compañeros que lo llevan ahora, Naipí, Óscar y compañía, siguen dando muchas alegrías al club.

M: ¡Fear the bear!

¿Qué os ha aportado la ETSIDI?

M: La ETSIDI me ha aportado mucho tanto a título personal como profesional. A nivel profesional, te hace plantearte retos, enfrentarte a situaciones adversas, adquirir conocimientos que no tienes; todo ello utilizando distintas herramientas. A nivel personal, conocer un poco más hasta dónde puedes llegar. A veces, la pereza tira de ti, pero aquí, gracias a la motivación de algunos profesores, al final terminas sacando algo productivo.

D: Creo que a todos los estudiantes de esta Escuela, independientemente de la titulación, nos aporta: templanza y afán de superación. . Como he dicho antes, aquí te pasas muchas horas, es muy sacrificado, pero luego, en la vida profesional, al final, lo valoras. Saber que te puedes sacar las castañas del fuego, porque ya lo has hecho en múltiples ocasiones, y al final te das cuenta de que estás bien preparado.

¿Alguien significativo en vuestro paso por la escuela?

M: Para mí, Ramón Cubeiro, que en paz descanse. Tuve bastante buen trato con él. Fue profesor mío en Química, laboratorios y demás, pero luego hablé mucho con él en los pasillos y coincidía que vivía bastante cerca de mí, por el barrio alguna vez nos habíamos visto, y poco a poco llegamos a tomar café y a tener conversaciones con él, un poco de mentorizado. Cuando me enteré de que falleció me costó asimilarlo. Era una persona que te ilustraba mucho porque había pasado por todo; por tener mucho y no tener nada, por haber montado empresas, haberse arruinado y haberse reinventado, trabajar en Alemania, haber cruzado el muro… Aquí en la Escuela era una persona reconocida, tenía mucho carisma y se sentía en deuda con la Escuela por todo lo que le había aportado; por eso había vuelto a ella y era profesor, quería dar todo lo que había conseguido con tantos años de trabajo.

D: Yo creo que no me podría quedar con una sola persona, pero si del departamento de electrónica tuviera que decir alguien, ese alguien sería Pablo Quesada, técnico de laboratorio.

M: Me sumo a ese.

D: A Pablo le conozco prácticamente desde el principio de la carrera, siempre está ahí para la gente de electrónica, a disposición de cualquier alumno. En los últimos años, gracias al laboratorio de Hiadraúlica Aplicada, he descubierto que es una persona de diez y un profesional de once. Es un placer trabajar con él y ver lo volcado que está con el alumnado, cualquier cosa que necesites él lo hace suyo, con su pasión y sus ganas de ayudar y, la verdad, me parece alguien muy a tener en cuenta y a quien se debería de cuidar muchísimo en esta escuela. Otra persona sería José Antonio Mancebo, profesor de mecánica. Es el encargado de llevar a los que estamos en el laboratorio de Hidraúlica y es un referente de lo que tendría que ser, para mí, todo ingeniero que salga recién titulado; tener esa semillita, esa inquietud de decir: “ya que soy ingeniero y tengo la capacidad de ingeniar, voy a intentar, en la medida que pueda, devolver eso a la sociedad”; como ha dicho Mario que hizo Cubeiro. José Antonio tiene una frase que es algo así como “un ingeniero tiene el deber de ingeniar para la gente”. Toda su carrera profesional, tanto dentro como fuera de aquí, ha sido dedicada a llevar a cabo esa frase. Esa manera de entender la ingeniería va mucho conmigo y es un placer poder estar dentro de su equipo y aquí en la ETSIDI.

¿Cómo os veis en el futuro?

M: Todos tenemos en la cabeza, cuando has estudiado electrónica y has visto alguna película de Ironman, acabar como él; te imaginas sentado como Ironman, tomando una copita de cava, multimillonario y con una casa al borde del mar… Pero las realidades son otras; diariamente te vas a tener que enfrentar a multitud de problemas que te van a hacer crecer. De aquí a un tiempo, una de las cosas que sí que me gustaría poder hacer es crear una empresa propia con los conocimientos técnicos que haya conseguido y, si puedo tener el traje de Ironman … tenerlo.

D: Es una pregunta complicada. El mundo es tan cambiante que uno no sabe qué decir, pero tengo claro que me gustaría seguir formándome, seguir avanzando, no quedarme sólo en el grado; no necesariamente un máster, algún tipo de postgrado o algo similar. A fin de cuentas, avanzar, en lo académico, en lo profesional. No sé hacia dónde pero bueno, somos gente emprendedora, como se puede ver y no nos cerramos ninguna puerta.

 

Redacción y grabación de vídeo: Sonia García Montañés

Fotografías: Sonia García Montaés y Carlos Vera

Montaje: Ana Bastarrechea