“En la ETSIDI he encontrado gente maravillosa” Entrevista a Nina López

Nina López es encargada de la cafetería de la ETSIDI. Aunque algunos no se lo crean, “Nina” no es un diminutivo, es un nombre bastante común en los países del Este, aunque en España no lo sea tanto, ella es de León. Nos cuenta que entró a la Escuela siendo casi una niña gracias a un conocido y que se tiraba las mañanas pelando patatas. Con cada nueva empresa ha ido cambiando de puesto: camarera, en el autoservicio, sirviendo las comidas, encargada… pero lo cierto es que lleva 30 años mirando la Escuela, y a todos los que la hemos habitado alguna vez, desde la barra. Conoce nuestros gustos y manías, y en ocasiones sabe lo que queremos incluso antes que nosotros mismos.

Hablamos con ella para que nos cuente más sobre sí misma y sobre cómo ha cambiado la ETSIDI, y su gente, en los últimos años.

Cuéntanos, Nina, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

Lo que realmente me gustaría es tener más tiempo libre. Aunque la verdad, es que trabajar aquí es un lujo. El horario es de Lunes a Viernes y en un ambiente muy agradable. Me gusta el teatro, salir de vinos con los amigos, leer, hacer deporte y ver jugar al fútbol al mejor equipo del mundo, el Real Madrid, por supuesto. 

Tú que llevas tantos años en la ETSIDI, ¿cómo era la cafetería antes?

Estaba dividida, el comedor solo estaba abierto durante las comidas. La cafetería era solo de azulejos y esto hacía que el ambiente fuera muy ruidoso. 

Cuando estaba permitido fumar, esto parecía Londres. Las fiestas de la universidad se hacían aquí y era una locura.

¿Alguna anécdota?

No se me ocurre. Algún loco sí que se nos ha colado alguna vez.

¿Y alguien que te haya pedido algo raro?

Sí, un chico me pedía siempre la cerveza caliente. Se casó con una alemana y ahora vive allí, evidentemente.

¿Se nota que las generaciones han cambiado? ¿o al final los estudiantes somos todos iguales?

Creo que no se puede generalizar en ningún tema, pero la verdad es que sí que han cambiado. Yo ahora os veo "más niños", pero quizás sea porque yo soy más mayor. Los cambios son evidentes, creo que las tecnologías han marcado un antes y un después. Antes los alumnos venían a la cafetería a tomar un café y charlaban con sus compañeros, ahora están cada uno con su móvil. También antes pasaban más tiempo aquí, se saltaban más clases y jugaban al mus. 

Por suerte, otra cosa que ha cambiado es que ahora hay muchas chicas, nada que ver con hace 25 años, que era más un mundo de hombres.

¿Notas cambios también en los profesores?

Yo creo que con los profesores no es lo mismo. Desde que yo entré aquí han llegado profesores nuevos, otros se han jubilado, pero hay profesorado al que conozco desde siempre. Hay gente muy maja. Luego vas a otros centros y dices “uy, como mi centro no hay ninguno”.

¿Y respecto a las relaciones entre profesores y alumnos?

Yo creo que eso no ha cambiado. El que es cercano, era cercano hace 20 años y lo sigue siendo ahora, eso va en la actitud y en la forma de ser de las personas, más que en los años que lleve, o en los tiempos, o en lo que vaya avanzando la vida. Eso es actitud, gente que lo vive y se nota.

¿Ves que hay buen ambiente?

Si, en general todo el personal que trabaja en el centro son un encanto. Hay departamentos que son como una gran familia. Yo me siento muy querida y hay personas a las que quiero mucho. Aquí he encontrado amistad y amor. Hay gente que se ha ido y lo he sentido como si fueran de mi propia familia. 

Muchas gracias, Nina.

Edición de vídeo y fotografía: Paula Álamo Tamayo

Redacción: Myriam Barnés Guevara