Viernes 23 de octubre del 2020.
Hemos tenido nuestra primera sesión con los chicos y chicas de los centros Educativos de Comunidad Infantil de Villaverde, y Colegio de Nuestra Señora de Montserrat.
Muchos nervios y ganas de arrancar la propuesta y de poner nombre y rostro a los jóvenes con los que vamos a compartir las siguientes semanas de experimentación y aprendizaje activo.
Lástima que la distancia física siga estando marcando nuestra realidad y, aunque no es lo mismo, aún reconforta saber que estando cada cual en nuestra casa somos capaces de hacer proyectos comunes. Sí, comunes, porque cuando los retos a los que tenemos que hacer frente son complejos y nos afectan por igual, es desde una comunidad de jóvenes y adultos, de entidades e instituciones, de conocimientos y habilidades diversas que podemos hacerle frente. Y el reto de la mejora del medio ambiente así lo requiere.
Esta misma idea de crear equipo lo llevamos al aula, donde en cada centro se organizarán los chicos y chicas en grupos cooperativos en donde cada uno tendrá un role: Portavoz, Facilitador/a, Reportera/o, Maker.
Para romper la distancia física y tener espacios en los que trabajar conjuntamente es útil contar con herramientas que lo permitan. Durante una primera parte de la sesión hemos tratado de introducir de forma amena y divertida como manejar y usar las herramientas que nos servirán para comunicarnos, reflexionar y pensar conjuntamente. En nuestro caso estas son: Zoom y Jamboard.

Tras ello, hemos entrado en materia, y hemos empezado a acotar el espacio sobre el que podemos influir y empezar a trabajar. Nuestro barrio. La experiencia que atesora cada uno de nosotros desde nuestra vivencia nos permite ser los mejores observadores y analistas de nuestro entorno, calles y parques. Y eso ha quedado claro cuando los chicos y chicas han reflexionado sobre la calidad ambiental de su barrio: Suciedad. Falta de reciclaje. Mal estado del arbolado. Quema de elementos. Malos olores. Contaminación lumínica. Tráfico… Muchas son los elementos que identifican y señalan como perjudiciales para el medio ambiente y la naturaleza.

Desde ahí, nos hemos centrado en las consecuencias de estos problemas. ¿Dónde va a parar la basura que generamos? ¿Cómo nos afecta la contaminación?
El ciclo de la basura siempre nos lleva a la contaminación del aire, ese que respiramos para vivir, y el agua. Necesaria para beber, lavarnos, pero también riega los alimentos que comemos. La contaminación del medio nos afecta y puede tener consecuencias muy graves para nuestra salud, por eso, es importante conocer como está nuestro medio y para ello es útil medir y emplear indicadores.
Indicadores que son muy variados, como líquenes, presencia de cierta fauna sensible al deterioro ambiental, o el empleo de instrumentos que pueden ser muy costosos, pero también muy económicos cuando los hacemos nosotros mismos.
El desafío que les proponemos será hacer los sensores en los centros educativos. Un reto complicado que, como decían los chicos y chicas, “vamos a intentarlo”. Paso necesario e imprescindible para conseguirlo.
Mientras, para seguir explorando más sobre su entorno, los equipos de jóvenes realizarán una Gymkhana tomando fotos sobre la situación del medio ambiente ¿Cuál será el resultado de la Gymkhana? En una semana lo sabremos.