En los artículos Ciencia Explicada incluimos resúmenes de los artículos científicos publicados por los miembros del Grupo de Innovación Educativa Economía para Ingenieros /oikonomos/. En este artículo se resumen las contribuciones del artículo:
Este trabajo nace de una colaboración académica entre la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad Tor Vergata de Roma.
Empresas y Objetivos de Desarrollo Sostenible: entre el compromiso real y la apariencia
En los últimos años, la sostenibilidad ha pasado de ser un asunto marginal a ocupar un lugar central en el discurso empresarial. Las empresas hablan cada vez más de impacto social, medioambiental y de su contribución a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Informes, memorias y documentos corporativos están repletos de referencias a estos objetivos, presentados como una hoja de ruta global hacia un desarrollo más equilibrado y responsable.
Sin embargo, una pregunta clave subyace a este fenómeno: ¿hasta qué punto estas declaraciones reflejan un compromiso real y profundo con la sostenibilidad, y hasta qué punto responden a una estrategia más superficial orientada a mejorar la imagen corporativa? El artículo que aquí se resume aborda precisamente esta cuestión, proponiendo una forma novedosa de distinguir entre ambas situaciones.
El auge del reporting en sostenibilidad
La presión política, social y regulatoria sobre las empresas para que informen de su impacto no financiero ha aumentado de manera notable. Las organizaciones ya no solo rinden cuentas de sus resultados económicos, sino también de cómo afectan al entorno natural, a las comunidades y a la sociedad en su conjunto. Este proceso ha dado lugar a distintas formas de reporting: informes de sostenibilidad, memorias de responsabilidad social, informes integrados o declaraciones no financieras.
Con la adopción de la Agenda 2030, muchas empresas comenzaron a alinear su comunicación con los ODS, señalando explícitamente cómo sus actividades contribuyen a cada uno de ellos. En principio, este movimiento tiene un enorme potencial: el sector privado desempeña un papel crucial en la innovación, la inversión y la transformación productiva necesarias para avanzar hacia un desarrollo sostenible.
El problema surge cuando esta comunicación se convierte en un fin en sí mismo y no en el reflejo de cambios reales en la forma de operar de la empresa.
Sostenibilidad simbólica frente a sostenibilidad sustantiva
El artículo parte de una distinción fundamental entre dos enfoques de la sostenibilidad empresarial. Por un lado, el enfoque sustantivo, en el que la sostenibilidad se integra en el núcleo del modelo de negocio, influyendo en la estrategia, en los procesos productivos y en la toma de decisiones a largo plazo. Por otro, el enfoque simbólico, en el que la sostenibilidad se utiliza principalmente como un recurso comunicativo para reforzar la legitimidad de la empresa ante sus grupos de interés.
En este segundo caso, las acciones reportadas pueden estar desconectadas del negocio principal, ser marginales o carecer de impacto real. El riesgo es evidente: se genera una apariencia de compromiso que no se corresponde con la realidad, dando lugar a prácticas conocidas como SDG washing, una variante del más conocido greenwashing.
Detectar estas prácticas no es sencillo, ya que las empresas pueden presentar informes extensos y visualmente sofisticados sin aportar información relevante o verificable sobre sus actuaciones.
Los índices para mirar más allá del discurso
La principal contribución del artículo es la propuesta de un método que permite identificar enfoques simbólicos en el reporting de los ODS mediante la comparación de dos dimensiones complementarias.
La primera es el índice de cobertura de los ODS, que mide hasta qué punto una empresa menciona y cubre un amplio abanico de indicadores relacionados con los ODS en sus informes. En términos simples, evalúa la amplitud del discurso: cuántos objetivos, metas e indicadores aparecen reflejados.
La segunda es el índice de compromiso con los ODS, que analiza el nivel de detalle, precisión y profundidad de la información proporcionada. Aquí no se trata de cuántas cosas se mencionan, sino de cómo se explican: si se describen acciones concretas, resultados, impactos y mecanismos de seguimiento, o si se recurre a formulaciones vagas y genéricas.
La comparación entre ambos índices resulta especialmente reveladora. Una alta cobertura acompañada de un bajo compromiso sugiere la existencia de un enfoque simbólico: se habla mucho, pero se dice poco.
Un análisis amplio y transversal
Para aplicar este método, los autores realizan un análisis detallado de los informes de sostenibilidad de 376 empresas, abarcando distintos países, sectores y tamaños empresariales. Este enfoque transversal permite superar algunas limitaciones habituales de estudios anteriores, que se centraban en un solo país, un sector concreto o exclusivamente en grandes multinacionales.
El análisis es manual y detallado, lo que permite evaluar no solo la presencia de determinados términos o referencias, sino la calidad real de la información divulgada. El objetivo no es cuantificar con exactitud el grado de sostenibilidad de cada empresa, sino identificar patrones que revelen comportamientos simbólicos.
Mucha cobertura, poco compromiso
Los resultados del estudio son claros y, en cierto modo, inquietantes. Una amplia mayoría de las empresas analizadas declara informar sobre su contribución a los ODS. Además, estas empresas suelen cubrir un número elevado de indicadores relacionados con dichos objetivos.
Sin embargo, esta amplitud no se traduce necesariamente en un mayor compromiso. En muchos casos, el nivel de detalle y precisión de la información es bajo, lo que sugiere que la atención se centra en “marcar casillas” más que en rendir cuentas de actuaciones concretas y resultados medibles.
Este desajuste entre cobertura y compromiso pone de manifiesto la existencia de enfoques simbólicos en el reporting de los ODS y confirma que el riesgo de SDG washing es real y significativo.
Cuatro perfiles de empresas frente a los ODS
A partir de la combinación de ambos índices, el artículo identifica cuatro grandes perfiles de comportamiento empresarial.
En primer lugar, las empresas simbólicas, que presentan una alta cobertura de indicadores pero un bajo nivel de compromiso. Estas organizaciones son las más sospechosas de utilizar el reporting como una herramienta de legitimación sin un respaldo sólido en la práctica.
En segundo lugar, las empresas plenamente comprometidas, que combinan una amplia cobertura con un alto nivel de detalle y precisión en la información. Son las que integran de forma más coherente los ODS en su estrategia.
En tercer lugar, las empresas mínimamente comprometidas, con baja cobertura y bajo compromiso, que parecen rezagadas en materia de sostenibilidad.
Por último, las empresas focalizadas, que informan con gran detalle sobre un número limitado de ODS, generalmente aquellos más relacionados con su actividad principal. Este enfoque puede reflejar una estrategia sensata, aunque también entraña el riesgo de seleccionar únicamente los aspectos más favorables.
Factores que influyen en el reporting
El estudio analiza también qué factores están asociados a una mayor cobertura y a un mayor compromiso. Entre ellos se encuentran el tamaño de la empresa, la experiencia previa en reporting de sostenibilidad, la utilización de verificación externa y la adopción de certificaciones ambientales.
Los resultados muestran que muchos de estos factores están claramente relacionados con una mayor cobertura, pero no necesariamente con un mayor compromiso. Es decir, contribuyen a que las empresas informen más, pero no mejor. Esto refuerza la idea de que buena parte del esfuerzo responde a la presión de los grupos de interés y a la necesidad de mostrar conformidad con las expectativas sociales, más que a una transformación profunda.
También se observan diferencias relevantes entre sectores, especialmente en aquellos con mayor impacto ambiental, donde la presión social es más intensa y el incentivo para recurrir a enfoques simbólicos puede ser mayor.

Implicaciones para empresas y sociedad
Las conclusiones del artículo tienen importantes implicaciones prácticas. Para inversores, reguladores y otros grupos de interés, confiar únicamente en la extensión o apariencia de los informes de sostenibilidad puede resultar engañoso. Es imprescindible analizar no solo qué se reporta, sino cómo se reporta.
Para las propias empresas, el mensaje es igualmente claro: la sostenibilidad no puede limitarse a un ejercicio de comunicación. Si no se traduce en cambios reales en la gestión y en el modelo de negocio, el riesgo reputacional y la pérdida de credibilidad son elevados.
Conclusión
Este trabajo aporta una herramienta útil para desenmascarar enfoques simbólicos en el reporting de los ODS y para avanzar hacia una evaluación más rigurosa del papel real de las empresas en el desarrollo sostenible. Al distinguir entre cobertura y compromiso, invita a ir más allá del discurso y a centrarse en la sustancia.
En un contexto en el que la sostenibilidad se ha convertido en un elemento central del relato empresarial, este tipo de análisis resulta esencial para evitar que los ODS se vacíen de contenido y se conviertan en meros eslóganes. La credibilidad del proyecto de desarrollo sostenible depende, en gran medida, de que las palabras vayan acompañadas de hechos.











