Telegrafía
Evolución de la telegrafía, teletipos.
El incremento en la demanda del servicio telegráfico y por tanto del tráfico generado implicaba el aumento del número de líneas, lo que significaba importantes inversiones en su construcción y mantenimiento. Para disminuir el gasto en el tendido de nuevas líneas se adoptaron diferentes soluciones que permitían optimizar el uso de las ya existentes. Esto se consiguió aumentando la velocidad de transmisión mediante el uso de sistemas automáticos, denominados telegrafía rápida, y utilizando la misma línea telegráfica para transmitir por ellas varias comunicaciones a la vez, conocido como telegrafía múltiple y telegrafía simultánea.
Por otro lado, el uso de cintas de papel con sus puntos y rayas, o la recepción acústica, obligaba a transcribir el mensaje a caracteres comunes, retrasando la comunicación y exigiendo personal cualificado, por lo que los desarrollos se orientaron a sistemas que utilizaran caracteres alfabéticos tanto en transmisión como en recepción, dando lugar a los denominados teleimpresores o teletipos.
Leer más »Evolución de la telegrafía, teletipos.Los cables telegráficos submarinos
Hacia la mitad del siglo XIX gran parte de Europa y las zonas mas pobladas de los Estados Unidos tenían o estaban en proceso de tener telegrafía eléctrica, pero aún quedaba un obstáculo por salvar: el mar. Tanto Wheatstone como Morse propusieron proyectos en los años 40 de ese siglo para el tendido de cables submarinos, el primero para comunicar Gran Bretaña con el continente y el segundo incluso para un cable entre Europa y América. Pero la tecnología de la época no permitía una cubierta con las características adecuadas de aislamiento eléctrico y consistencia mecánica.
En 1843 se presentó un nuevo material, conocido como Guta percha, obtenido de los árboles de Malasia. Dos años después se creó la “Gutta Percha Company”, que monopolizaría la fabricación de cables submarinos durante algún tiempo, empleando ese material como aislante. También los barcos disponibles para realizar el tendido del cable no presentaban las necesarias condiciones. La superación de esos condicionantes técnicos y también los aspectos económicos, es lo que iba a permitir abordar el reto del tendido de cables submarinos a partir del año 1950.
Leer más »Los cables telegráficos submarinosTelegrafía eléctrica
A finales del siglo XVIII y principios del XIX, mientras se inicia la construcción de diferentes redes de telegrafía óptica, tienen lugar una serie de descubrimientos que van a permitir la utilización y el aprovechamiento de la electricidad, siendo una de sus primeras aplicaciones la telegrafía eléctrica. La electricidad estática se conocía desde los griegos y ya a mediados del siglo XVIII se desarrollaron máquinas que por rozamiento producían electricidad estática. Con este tipo de máquinas se realizan los primeros propuestas de telégrafos eléctricos, pero es con el descubrimiento de la pila por A. Volta en 1796, y la observación y publicación en 1820 por H. C. Oersted del fenómeno de las desviaciones producidas en una aguja por el paso de una corriente eléctrica, cuando el telégrafo eléctrico se va a convertir en una realidad.
Telegrafía óptica en España
España, como el resto de los países desarrollados de Europa, no fue ajena al interés por la telegrafía óptica. Los acontecimientos vinculados a la historia de la telegrafía óptica en España se pueden agrupar en dos periodos:
El primero, comprendido entre 1796 y 1844, en el que se proponen y experimentan varios sistemas, aunque ninguno de ellos es utilizado para la realización de una red en el ámbito nacional y por tanto se pueden inscribir en un conjunto de ensayos que tienen como protagonistas a sus autores, entre otros, Betancourt, Hurtado, Larena y Santa Cruz. Aunque algunas de estas propuestas eran comparables en prestaciones a los que se estaban instalando en Europa, la falta de decisión de los dirigentes de la nación no permitió establecer las infraestructuras necesarias para su realización.
Leer más »Telegrafía óptica en EspañaTelegrafía óptica
Más de veinte siglos hubo que esperar para que los procedimientos utilizados para comunicar a distancia en la antigüedad fueran mejorados. La invención del “telescopio” en 1608, por el holandés Hans Lippershey, mejorado por Galileo Galilei poco después, permitió un mayor alcance visual, lo que suponía la posibilidad de aumentar la distancia entre puestos de comunicación y por tanto incrementar, notablemente, la velocidad de transmisión de mensajes. Sin embargo, muy poco, por no decir nada, evolucionaron los métodos de comunicación a distancia hasta la última década del siglo XVIII, cuando con la gestación de un estado moderno en la Francia de la Revolución se incrementa el interés por las comunicaciones y se realizan las inversiones necesarias en infraestructuras que permitieron la construcción de la primera red regular de telegrafía óptica del mundo.
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