Espacio Lab

Fairphone: teléfonos inteligentes, sostenibles y responsables. La economía circular se hace realidad.

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI) en 2016 se vendieron 1.500 millones de teléfonos móviles. Se estima que la vida media de estos es de solo 2 años, debido a la obsolescencia programada y tecnológica que sufren los dispositivos. El remplazo del terminal se ve favorecido por la incapacidad de reparación de los móviles, dado el diseño hermético que los fabricantes imponen para maximizar las ventas. Con estos datos se intuye fácilmente la gran cantidad de residuos que este mercado genera y el importante consumo de recursos naturales que representa. A todo esto, se debe añadir la gran cantidad de materiales diferentes que conforman estos dispositivos. Hasta 50 tipos diferentes de metales se han identificado en los modernos smartphones. Pero la problemática de los materiales empleados no acaba aquí, sino que estos son en su mayoría materiales escasos que provienen de países subdesarrollados, de minas explotadas por milicias armadas y donde las condiciones laborales presentan violaciones de los derechos humanos.

Ante esta situación nació la empresa holandesa Fairphone. Esta compañía ha creado el primer teléfono móvil modular, de comercio justo y fácilmente reciclable del mundo. Aplicando el ecodiseño, han creado un smartphone hecho para durar y tener una vida útil lo más larga posible. Para ello, no solo evitan incorporar cualquier elemento de obsolescencia programada, sino que el teléfono está construido de manera modular. Es decir, el móvil está dividido en diferentes módulos (pantalla, cámara delantera, trasera, batería, micrófono, procesador, etc.) que pueden ser desensamblados muy fácilmente por el propietario del teléfono. De esta manera se facilita al máximo la reparación. En la propia página web de la empresa existen tutoriales para la reparación del teléfono. Si algún módulo falla, puede reemplazarse por uno nuevo, pero mantener el resto del teléfono que está en perfecto estado.

De esta manera se evita el despilfarro de compra de un nuevo teléfono cuando solo uno de los elementos funciona de manera defectuosa. El objetivo es tener un móvil que tenga una vida útil lo más larga posible, 5 años o más. Pero el ahorro de material no acaba ahí, sino que la propia empresa recoge las piezas defectuosas a reemplazar, asegurándose de la recuperación de materiales y de su reciclado. No solo eso, sino que ha traído de vuelta 100.000 teléfonos desde el vertedero de Agbogbloshie de residuos electrónicos, en Ghana (destino de gran cantidad de residuos electrónicos de países europeos), y se encarga de su reciclaje y extracción de metales, que utilizan como materia prima para sus nuevos smartphones. Además, los plásticos incorporados en el dispositivo son reciclados, o bien son bioplásticos provenientes del maíz. En cuanto a los materiales más conflictivos, los metales provenientes de la minería, la empresa trata, en la medida de lo posible, determinar la trazabilidad de cada uno de ellos, y utilizar solamente aquellos que proceden de explotaciones mineras donde los trabajadores tienen unas condiciones de trabajo dignas y unos salarios justos, donde se respetan los derechos humanos. Como en muchas ocasiones determinar el origen inicial de los metales es extremadamente complejo, Fairphone dedica parte de sus ingresos a inversiones en estructuras de negocio de comercio justo en los países de los que provienen sus materias primas.

Lejos de quedarse en una anécdota o la producción de una tirada limitada de producto, hasta 2018 Fairphone había vendido más de 125.000 smartphones y 70.000 módulos para reparaciones. Actualmente tiene dos modelos en el mercado, el Fairphone 1 y el Fairphone 2, teniendo en desarrollo el tercer modelo. Así, una empresa holandesa ha conseguido hacerse un hueco en el competitivo mundo de la telefonía móvil con un producto que escapa al modelo lineal de economía y que tiene en consideración todo el ciclo de vida. La empresa consigue por tanto un desarrollo sostenible, generando no solo beneficios económicos, sino también ambientales y sociales, y demostrando como la economía circular se puede integrar en el sistema productivo, sin que restar valor a un producto y generando modelos de negocio rentables que incorporan otras variables de rentabilidad, no solo la económica.

Autor del post: Javier Guijarro García

Estudiante del Grado en Ingeniería en Tecnologías Ambientales de la UPM

Fairphone: teléfonos inteligentes, sostenibles y responsables. La economía circular se hace realidad. por Innova-ambiental está licenciado bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional.

César García Aranda

Administrador del blog / Profesor en la UPM / Twitter: @cg_aranda

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *