Ricardo Vásquez tiene 22 años, estudia el grado en Ingeniería Mecánica y desde el pasado noviembre es delegado de alumnos en la ETS de Ingeniería y Diseño Industrial, ETSIDI. Nació en Venezuela, de donde le viene su interés por la política, y por lo que hace cuatro años al llegar a la ETSIDI se introdujo en la Delegación de Alumnos. Cree en el trabajo en equipo, en aunar fuerzas y en que cada uno con nuestra pequeña aportación somos capaces de cambiar las cosas.
Hablamos con él para que nos cuente un poco más sobre la Delegación.
¿Por qué te metiste en Delegación? ¿Recomendarías a los estudiantes que se unieran? ¿Por qué?
Me metí por vocación. Como dije antes, soy de Venezuela y allí los temas de la política han tenido mucha influencia en muchos aspectos, positivos o negativos, así que desde pequeño me ha gustado mucho el tema de la política y la representación. Entonces llegué a la universidad, vi que existía la oportunidad de formar parte de la representación estudiantil y me animé.
Cuando la gente me pregunta esto siempre digo los mismo, al fin de al cabo, estamos en una universidad pública, una universidad que es de todos. Porque la universidad no son los profesores, no son los secretarios, no son sólo los alumnos, al final somos todos y de alguna manera todos como miembros de la universidad creo que tenemos algo que aportar para mejorarla. Lo de meterse es un tema muy personal que tiene que valorar cada uno. Si tienes algo que aportar, independientemente de cómo seas, puedes aportar. Puede ser mediante la representación estudiantil, participando en alguna asociación, o como sea, lo importante es aportar.
¿Cómo funciona? ¿De verdad se puede conseguir algo?
La Delegación como tal está compuesta por el delegado de alumnos, que en este caso soy yo, y por distintas subdelegaciones. Cada subdelegación se encarga de un tema en particular. Por ejemplo, nosotros tenemos la subdelegación de calidad, de comunicación, de relaciones externas y de relaciones internas. Básicamente es eso, no es un funcionamiento muy complejo que digamos.
Esa pregunta me la hacen mucho la verdad, y yo siempre digo que sí, sí se puede. Lo que pasa es que hay que intentarlo. El problema que tenemos a veces como estudiantes es que cuando vemos que algo está mal sólo lo decimos, nos quejamos entre nosotros, pero no hacemos algo para intentar cambiarlo. A partir de mi experiencia como representante de alumnos llegué a la conclusión de que si lo intentas y sigues los caminos que están marcados, al final sí se consigue. Pero lo importante es eso, intentarlo.
Pero es duro, vaya.
Es duro, pero por varios motivos. Lo primero, porque a veces no nos organizamos como estudiantes como deberíamos. Es duro porque conseguir a las personas para intentar hacerlo no siempre es sencillo. Eso por una parte. Por otra, tenemos que tener en cuenta lo que comentaba antes, que la universidad no somos solo los estudiantes, entonces al final del día cada uno tiene sus propios intereses. Y de alguna manera hacer que los intereses coincidan en un mismo punto es complicado. Pero es cuestión de sentarse, hablar las cosas, tratar los temas, buscar soluciones y al final la solución sí llega.
¿Qué ha cambiado desde que llegaste? ¿En qué estáis trabajando actualmente?
Cambios desde que estuve en la Delegación yo creo que muchos. Hasta hace 3 años digamos que la Delegación no funcionaba. En ese momento llegó Mario de Pablo, que fue una persona que se presentó a delegado y salió elegido, y a partir de ahí empezamos a trabajar. Empezamos a poner en marcha lo que era el tema de objetos perdidos, de las taquillas, empezamos a integrar los órganos de representación, los consejos de departamento, juntas de escuela, etc.
Después de Mario vino Andrés y seguimos mejorando un poco. Y después de Andrés llegué yo. Durante este año yo creo que lo que hemos conseguido ha sido hacerles ver un poco más a los estudiantes que la Delegación sí que es importante de verdad. A lo mejor todavía no hemos llegado a la cantidad de alumnos que a mí me gustaría llegar, pero sí se nota una diferencia. También hemos participado más activamente con las asociaciones. Hemos conseguido de alguna manera llegar a trabajar todos juntos para conseguir objetivos comunes. Nos ayudamos entre todos, que creo que es algo muy positivo que no sucede en todos los sitios.
En cuanto a temas de Delegación así como tal, estamos creciendo, cada vez hay más personas interesadas en participar en representación estudiantil, en el cambio de la escuela, en aportar ese granito de arena que podemos aportar cada uno en hacer que esto mejore y que vaya a mejor. Me siento muy satisfecho con el trabajo que hemos estado haciendo.
En cuanto a proyectos que tenemos ahora mismo, pues la verdad es que como está el periodo a punto de acabarse, ya hay pocos proyectos en activo. Estamos trabajando ahora en los premios al mérito docente. Esta semana fueron las votaciones y la verdad es que participó muchísima gente, más de 550 personas. Personalmente no me lo esperaba.
¿Cuál es tu labor como delegado?
Es como todo y nada a la vez. ¿Por qué? Porque al fin de al cabo mi idea es delegar. Como dije, en la Delegación existen varias subdelegaciones que se encargan de temas concretos, pero estas subdelegaciones se tienen que coordinar de alguna manera y ahí es cuando entra un poco en juego el papel del delegado, coordinar el trabajo que se hace dentro de la Delegación. Y tomar decisiones.
Eso dentro de la Delegación. Fuera de la escuela también existe otra delegación que engloba a todos los alumnos de toda la Universidad Politécnica de Madrid. Ahí la función principal que tiene el delegado es ser una referencia en cuanto a la situación de los alumnos de la ETSIDI. Es decir, quien traslada las principales inquietudes, quien es digamos el responsable de hacer llegar a esa delegación los problemas de la ETSIDI. Y cuando se tiene que tomar una decisión que nos afecta a todos como alumnos de la UPM a quien se recurre es al delegado de la ETSIDI o de las distintas escuelas en cada caso para saber la opinión que podría llegar a tener ese centro. Esa es básicamente la función. Eso y comerte 7 horas de reuniones a la semana (risas)
¿Qué te ha aportado todo esto?
La verdad es que me ha aportado muchísimo. Primero he aprendido cómo funciona la universidad. Segundo, me ha ayudado mucho a entender algunas circunstancias que se pueden producir en la universidad. He aprendido a trabajar en equipo, a liderar un equipo y a tomar decisiones que afectan a muchas personas, algunas más acertadas que otras, por supuesto. Son cosas que no se aprenden en una clase y que son importantes para el día de mañana cuando vayas a trabajar en una empresa.
También entendí que la universidad somos todos y que si queremos conseguir algo no tenemos que quedarnos esperando a que ese algo llegue, tenemos que ir a buscarlo.
¿Un consejo para el próximo delegado?
Más que un consejo es una reflexión personal, que si queremos un cambio tenemos que ir a buscarlo, que tenemos que trabajar para mejorar. Y ya esto no es solamente en el ámbito de la universidad sino en el ámbito de uno como ciudadano o ciudadana de la vida. Muchas veces nos preguntamos por qué nadie hace nada, pero somos nosotros los que tenemos que preguntarnos por qué nosotros no lo hacemos. El cambio sale de uno mismo y si creemos podemos cambiar nosotros y las cosas.
Muchas gracias, Ricardo.
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Fotografía: Ana Basterrechea Salido
Redacción y producción del vídeo: Paula Álamo Tamayo
