#hoyleemos: “El caso de la viuda negra” de Jerónimo Tristante

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Un valioso anillo desaparecido. Un asesinato pasional. Una amistad peligrosa. Un nuevo caso para Victor Ros.

El día de Nochebuena, el detective Víctor Ros recibe la visita de un humilde sepulturero que acude a pedirle ayuda en un caso muy delicado: el cuerpo del coronel
Ansuátegui, un militar asesinado por los radicales, ha sido mutilado dentro del depósito de cadáveres y, al parecer, alguien ha robado un valioso anillo que el fallecido llevaba puesto. Al mismo tiempo, Víctor Ros debe investigar el asesinato del anciano Marqués de la Entrada, supuestamente envenenado. Este caso afectará muy de cerca al detective cuando Lucía, la joven y bella esposa del marqués y amiga íntima de su mujer, se convierte en la principal sospechosa.

A caballo entre el Madrid decimonónico y la Córdoba milenaria, Víctor Ros se ve involucrado en dos casos inexplicables cuya resolución será apasionante.

“Los cuatro jugadores parecían ensimismados en la partida de tute, aunque uno de ellos miraba de vez en cuando hacia el fondo del local, donde un misterioso desconocido bebía un cafe con leche a pequeños tragos sin quitarles la vista de encima. La Fonda del Rulo, situada en el callejón de San Ginés, en pleno centro de Toledo, estaba hasta los topes. Eran muchos los parroquianos allí reunidos huyendo del frío de la noche castellana.
-Ese petimetre no nos quita ojo -dijo uno de los jugadores.
-No hagas caso —contestó el más joven de los cuatro, un hombre moreno, de estatura media, bien formado y de rostro agraciado.
La camarera se acercó a traer otra jarra de vino haciendo monerías y lanzando miradas ardientes al joven bien parecido. El desconocido no perdía detalle. Iba bien vestido y se notaba que venía de la ciudad. Vestía un elegante traje de color gris con una discreta corbata azul marino. En la mesa descansaban guantes, bombín y un llamativo bastón. El abrigo negro que había colgado en el perchero era de calidad, sin duda. Un hombre de posibles, pensaron los parroquianos.

-Perdón, ¿es usted Teodoro Garriga? -preguntó el desconocido refiriéndose al joven que jugaba al tute. Se había acercado a ellos sigilosamente.
-¿Quién quiere saberlo? -repuso muy chulesco el interpelado.

– Victor Ros, inspector de policía, Brigada Metropolitana — dijo el detective al tiempo que mostraba su placa–. Acompáñeme a mi mesa por favor.

Todos quedaron en silencio. Teodoro arrojó sus cartas hacia un lado, como asqueado, a la que decía: — Ahora vuelvo.”

El caso de la viuda negra /  Jerónimo Tristante — Maeva Ediciones
Disponible en la sección NO Sólo Técnica. Sig. 82N TRI cas
Victor Ros en Wikipedia