Salud accesible

Al comenzar un nuevo año, es frecuente desearnos buenos deseos, incluida mucha salud. El artículo 25 de la Declaración Universal de Derechos Humanos realza que “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios”. ¡Pues hágase accesible el artículo 25 en este año 2025!

Esta es una reivindicación antigua, tanto en el acceso a los entornos sanitarios, como en la accesibilidad de los productos y dispositivos para el cuidado de la salud. El itinerario accesible, en lo cognitivo, físico y sensorial, es una condición esencial para que la población pueda disfrutar de los servicios sanitarios en igualdad de condiciones. Aún nos encontramos con plataformas elevadoras que no funcionan, accesos en rampa por la parte de mercancías del centro de salud, señalización incomprensible de la ubicación de la consulta, o pantallas sin acceso alternativo por voz para indicar los turnos. Estas limitaciones, muy heterogéneas y variopintas según el centro sanitario al que nos dirijamos, provocan grandes diferencias entre insfraestructuras nuevas o antiguas. medio urbano o rural, limitando el añorado derecho universal a la salud, indispensable para el ejercicio de los demas derechos humanos.

Confío en que los requisitos técnicos y la legislación que ha de cumplirse en accesibilidad digital logren que los portales web y las aplicaciones sanitarias, así como los dispositivos de monitorización de variables biomédicas, cumplan efectivamente con la condición de poderse usar de modo satisfactorio y equitativo por cualquier persona, sin exclusión. El “derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud”, que establece el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, depende críticamente de que la accesibilidad en salud sea una prioridad, una estrategia global y un hecho efectivo.

Sea pues 2025 un año para la salud accesible en el que las buenas prácticas ya existentes se extiendan y multipliquen, y aquello que aún está pendiente o por hacer, sea subsanado desde un enfoque centrado tanto en la población como en los profesionales sanitarios.

” Las ideas no duran mucho. Hay que hacer algo con ellas.”

Santiago Ramón y Cajal

Foto de Miguel Ángel Valero

About Miguel Ángel Valero Duboy

Profesor Titular en la Universidad Politécnica de Madrid desde 2003. Inicia su actividad de I+D+i en salud y accesibilidad digital en 1994, trabajando hasta la actualidad en el análisis, diseño, desarrollo y evaluación de servicios y aplicaciones telemáticas en los ámbitos sanitario, social, móvil, del hogar y la cooperación al desarrollo.

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