La Gran Depresión de 1929 marcó una de las peores crisis económicas de la historia, con devastadores efectos sobre millones de personas. Milton Friedman y Anna Schwartz, en su monumental obra A Monetary History of the United States, 1867-1960, ofrecieron una perspectiva renovadora sobre sus causas, rompiendo con el consenso previo. Posteriormente, Friedman explica las conclusiones obtenidas en esa investigación en el tercer capítulo de su libro Liberta de Elegir. En este artículo exploraremos esta interpretación siguiendo una estructura que nos permita comprender la importancia de la reserva fraccionaria, las explicaciones tradicionales y la contribución clave de Friedman y Schwartz.
1. La realidad de la reserva fraccionaria
Cuando depositamos nuestro dinero en un banco, podría parecer que este permanece intacto, resguardado en una caja fuerte. Sin embargo, el sistema bancario moderno opera bajo un modelo de reserva fraccionaria, lo que significa que solo una fracción de los depósitos se mantiene en efectivo disponible. El resto se presta o invierte para generar beneficios.
Por ejemplo, si depositas 1.000 euros, el banco puede guardar 100 como reserva (suponiendo un coeficiente del 10%) y prestar los 900 restantes. Este mecanismo multiplica la cantidad de dinero disponible en la economía, lo que se conoce como el multiplicador monetario. Si bien esto impulsa el crecimiento económico en tiempos de estabilidad, también puede generar fragilidad. Si muchos depositantes intentan retirar su dinero al mismo tiempo, el banco no podría satisfacer todas las demandas, llevando a un “run” bancario. Este fue uno de los elementos detonantes de la crisis de 1929.
La reserva fraccionaria, así, no solo es una herramienta para la expansión económica, sino también un factor de vulnerabilidad si no se gestiona adecuadamente. Esta tensión entre beneficio y riesgo sería crucial para entender las dinámicas de 1929.
2. Razones de la crisis de 1929 – el consenso previo a Friedman
Antes de la interpretación de Friedman y Schwartz, las explicaciones sobre el crack de 1929 se centraban principalmente en la narrativa de una crisis financiera que arrastró a la economía real. Entre las razones tradicionalmente esgrimidas se encuentran:
- Especulación bursátil: Durante la década de 1920, se desarrolló una burbuja especulativa alimentada por el crédito barato y el entusiasmo excesivo en los mercados financieros. Cuando esta burbuja estalló el 24 de octubre de 1929 (“Jueves Negro”), se produjo un desplome en los valores bursátiles.
- Crisis de confianza: La caída de los mercados generó un pánico generalizado entre consumidores e inversores, lo que provocó una retracción masiva del gasto y la inversión.
- Efecto dominó en el sistema bancario: La crisis financiera afectó a los bancos, que enfrentaron retiros masivos de depósitos (“runs”). Como resultado, muchas instituciones bancarias quebraron, exacerbando la escasez de crédito y profundizando la recesión.
- Deflación: La caída de los precios empeoró las cargas de deuda, agravó las quiebras empresariales y aumentó el desempleo.
Esta versión, ampliamente aceptada durante décadas, veía la crisis como una combinación de exceso especulativo y fallas estructurales del capitalismo. Sin embargo, Friedman y Schwartz ofrecieron una lectura radicalmente distinta.
3. Las explicaciones de Friedman y Schwartz al crack de 1929
Friedman y Schwartz desviaron la atención de los excesos del mercado y se centraron en el papel de la Reserva Federal (FED) como actor clave en la crisis. Su tesis principal fue que la Gran Depresión no fue un fallo inherente del capitalismo, sino el resultado de errores catastróficos en la política monetaria.
- Contracción de la oferta monetaria: Argumentaron que, entre 1929 y 1933, la FED permitió que la oferta monetaria se contrajera en aproximadamente un tercio. Este colapso monetario agravó la deflación y profundizó la crisis.
- Inacción frente a los “runs” bancarios: En lugar de actuar como prestamista de última instancia, la FED adoptó una postura pasiva mientras los bancos quebraban en cascada. Esto no solo destruyó el sistema financiero, sino que también erosionó la confianza pública.
- El papel del sistema de reserva fraccionaria: Aunque este sistema permite la expansión crediticia, también amplifica los shocks negativos. Friedman y Schwartz argumentaron que la FED debería haber intervenido para estabilizar el sistema monetario y evitar una contracción tan severa.
Anna Schwartz desempeñó un papel crucial en el desarrollo de esta interpretación, aportando un rigor histórico y empírico que respaldó la teoría monetaria de Friedman. Juntos, demostraron que las decisiones de la FED, en lugar de las fallas del mercado, habían sido las principales culpables.
4. Conclusiones
La interpretación de Friedman y Schwartz transformó la comprensión de la Gran Depresión, destacando la importancia de la política monetaria en la estabilidad económica. En un gesto notable, Ben Bernanke, expresidente de la FED, reconoció públicamente la validez de sus argumentos en una conferencia en 2002, por el 90 cumpleaños de Friedman: “Milton y Anna, tienen razón. Nosotros [la FED] lo hicimos. Lo sentimos mucho. Pero gracias a ustedes, no lo volveremos a hacer”.
Sin embargo, la actuación de Bernanke durante la crisis financiera de 2008, marcada por una expansión monetaria sin precedentes, plantearía dudas sobre cómo Friedman habría evaluado dichas medidas. Aunque Friedman favorecía una política monetaria estable y predecible, podría haber sido crítico con el grado de intervencionismo implementado por la FED en ese momento.
En definitiva, la obra de Friedman y Schwartz no solo reconfiguró el debate académico, sino que también dejó una huella indeleble en la formulación de políticas económicas. Su análisis subraya que las instituciones que gestionan el dinero tienen un poder inmenso para provocar o mitigar crisis. Entender esta lección es esencial para prevenir futuros desastres económicos.