Dalmacio Negro Pavón es un destacado pensador y profesor español, reconocido por su profunda reflexión sobre el liberalismo y su crítica a las tendencias contemporáneas en la política y la sociedad. Nacido en 1943 en una familia con fuertes raíces católicas, se forma en la Universidad Complutense de Madrid y se convierte en una figura influyente en el ámbito académico y en la difusión de ideas liberales. A lo largo de su carrera, publica numerosas obras que abordan temas como la historia del pensamiento político, la ética y la filosofía, así como ensayos que exploran las conexiones entre el liberalismo y el cristianismo.
Su obra se caracteriza por una defensa apasionada de la libertad individual y la importancia de la responsabilidad moral en el ejercicio de esa libertad. Negro sostiene que el liberalismo no debe ser visto simplemente como una ideología, sino como una tradición que se entrelaza con la historia y los valores cristianos. Su visión crítica del estado contemporáneo lo lleva a denunciar la tiranía de la opinión pública y la falta de auténtica libertad en el contexto democrático actual. Su labor es reconocida con el premio Juan de Mariana, un galardón que celebra su contribución al pensamiento liberal y su compromiso con la verdad.
Resumen del Discurso de Aceptación
En su discurso de aceptación del Premio Instituto Juan de Mariana 2022, Dalmacio Negro se ha adentrado en una reflexión crítica sobre la situación actual del liberalismo. Comienza señalando la decadencia del liberalismo en un mundo donde la democracia se ha convertido en un gran enemigo de sus principios. Para Negro, la democracia actual está marcada por una tiranía de la “opinión pública”, dominada por los medios de comunicación, que moldean no solo la opinión, sino también la verdad misma. Al referirse a la “posverdad”, argumenta que esta es una manifestación del poder de los medios, que han suplantado a las ideologías y a la religión en la configuración de la sociedad.
Negro destaca que el liberalismo es más que una ideología; es una tradición que se deriva de la interpretación cristiana del mundo. En su visión, el cristianismo es la única religión que sostiene la absoluta libertad del ser humano, situándolo en una conexión con su creador. Esta libertad, sin embargo, viene acompañada de una responsabilidad, un aspecto que ha sido desatendido en la actualidad. Critica el “liberalismo liberticida”, donde los deseos personales prevalecen sin consideración por la responsabilidad social, un fenómeno que, según él, amenaza los fundamentos del auténtico liberalismo.
A lo largo de su discurso, Negro también reflexiona sobre la naturaleza de la legislación y su intrusión en la vida privada. Enfatiza que la libertad política es esencial para proteger todas las demás libertades y que la legislación actual a menudo se interpone en esta libertad, atribuyendo culpabilidad a los individuos sin un juicio justo. Además, aborda la cuestión de las ideologías modernas, afirmando que han sustituido a las religiones y que su propósito es recuperar un “paraíso perdido” mediante la justicia social, un concepto que él considera una perversión de la verdadera idea de justicia.
Negro insiste en que el auténtico liberalismo debe organizarse como un movimiento de pensamiento serio, resaltando la necesidad de un “think tank” que contrarreste las fuerzas destructivas que amenazan la libertad y la tradición liberal. En su mirada hacia el futuro, advierte que la desorientación de la gente ante la situación actual requiere un esfuerzo renovado por parte de los liberales para guiar a la sociedad hacia principios verdaderamente liberales.
Finalmente, Negro recuerda la figura de Juan de Mariana, un defensor de la verdad que fue perseguido por sus convicciones. Para él, el legado de Mariana y su crítica a las injusticias de su tiempo resuena con los desafíos que enfrenta el liberalismo contemporáneo. Con una conclusión poderosa, agradece a todos los presentes y al Instituto Juan de Mariana por reconocer su labor, dejando claro que la lucha por el liberalismo auténtico debe continuar, pues el futuro de la libertad depende de ella.