Máquinas de Calcular

Las máquinas de calcular analógicas de Torres Quevedo resuelven ecuaciones matemáticas. Las cantidades se representan por magnitudes físicas, como rotaciones de determinados ejes, valores eléctricos o electromagnéticos. El proceso matemático se asocia con un proceso operativo de ciertas magnitudes físicas, y el resultado físico obtenido se corresponde con la solución matemática buscada.

La pieza conocida como máquina de resolver ecuaciones algébricas resuelve una ecuación de segundo grado con coeficientes complejos. Esta  máquina calcula las raíces del polinomio de ocho términos y comenzó a construirse en 1910 y se concluyó en 1920.

Cuando estaba ya alumbrando sus máquinas de calcular electromecánicas presentó en la Academia de Ciencias de París, en 1911 su Memoria “Construction mécanique de la liaison exprimée par la formule y’ = dy/dx” en la que presenta una nueva máquina, el Integrador, que es otra clara manifestación de su portentosa imaginación.

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