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Los primeros aparatos telefónicos se conectaban directamente entre ellos, es decir, era necesaria una línea independiente para comunicar cada par de teléfonos, esto dio lugar a que se utilizaran sólo por personas adineradas que podían permitirse el elevado coste de una instalación de este tipo. Una mayor necesidad de comunicaciones con el incremento del número de usuarios y el interés en poder comunicar todos los teléfonos entre sí, obligó a buscar un sistema que permitiera la conexión de los terminales telefónicos sin tener que tender un número imposible de líneas de abonado. Esto se resuelve mediante una estructura de red en estrella, con lo que a cada terminal sólo le llega una línea telefónica, y un elemento central que permita realizar cambios en las conexiones, es decir un sistema de conmutación. Esta es inicialmente una solución válida para un área local, pero puede ser ampliada todo lo que se deseé, uniendo entre sí varias centrales, mediante enlaces interurbanos y estableciendo centros de conmutación de diferentes niveles: centrales locales, de zona, interurbanas,… hasta las internacionales, que van a permitir conectar las redes telefónicas de diferentes países. La primera forma de establecer esas conexiones es mediante la utilización de centrales de conmutación accionadas manualmente.

Centralitas manuales

La primera centralita de conmutación manual comercial se puso en marcha en New Haven (Connecticut) EE. UU. en enero de 1878 y atendía a 21 abonados. La primeras formas de conexión de estas centrales usaban clavijas conectando barras perforada, pero cambiaron rápidamente a un tablero de interconexiones en el que un operador podía conectar las líneas de quienes deseaban establecer comunicación mediante la inserción de unas clavijas (jacks), asociadas a unos circuitos denominados de cordón y unas llaves conmutadoras. Estos operadores eran en la mayoría de los casos personal femenino.

Centralita manual. 1935.
Standard Eléctrica S.A.

El abonado que quería realizar una llamada, generaba una corriente alterna mediante una magneto activada manualmente. La indicación de las llamadas entrantes se realizaba en el cuadro mediante la liberación de unas chapitas y posteriormente mediante el encendido de una pequeñas lámparas. La operadora introducía la clavija del cordón en el contacto señalizado y preguntaba al usuario quién era el destinatario de la llamada, introduciendo el cordón de salida en el contacto de ese abonado y enviando una señal de llamada que activaba el timbre. Una vez descolgado y aceptada la llamada, se accionaba la llave conmutadora para conectar a ambos usuarios. Al finalizar la llamada la operadora desconectaba los cordones.

Centrales Automáticas

Las centrales telefónicas manuales empezaron a ser sustituidas por centrales automáticas que van a permitir el establecimiento de una comunicación sin la intervención de un operador. La primera patente de un sistema automático, en 1891, corresponde a Almon B. Strowger, empresario de pompas fúnebres de Kansas City, que se consideraba perjudicado por las telefonistas de la ciudad, que de mala fe o por inadvertencia, pasaban a sus competidores las llamadas dirigidas a su empresa.

Su sistema, que fue construido en 1892 y se puso en servicio en 1893 en La Porte (EEUU), estaba equipada para 75 usuarios, aunque podía atender hasta un máximo de 99 líneas. Esta central utilizaba un cilindro en cuya cara interna disponía una serie de contactos eléctricos unidos a las líneas de los abonados, de forma que por el interior del cilindro una varilla central con un juego de escobillas iba desplazándose “paso a paso”, en primer lugar verticalmente y después transversalmente, hasta encontrar y establecer, mediante esas escobillas, el contacto apropiado. Para poder poder dirigir ese movimiento y seleccionar el contacto de destino deseado era necesario establecer un sistema de numeración de los usuarios y un elemento que permitiera indicar el número del abonado al que se quería llamar. Para esto se utilizó inicialmente una serie de interruptores en el teléfono que indicaban las unidades y decenas. Posteriormente, en 1895, se registra por la “Strowger Automatic Telephone Exchange Company” la patente del disco de marcado o dial, que generaba un serie de impulsos con cada cifra marcada.

Almon B. Strowger.
New-York U.S. 1839- 1902

En la central un elemento de control, denominado “registrador” recibía la información numérica de forma que la sucesión de impulsos, entre 1 y 10, elevan la varilla verticalmente hasta el nivel designado; una segunda sucesión de impulsos, también de 1 a 10, gira la varilla hasta que el contacto móvil hace contacto con el fijo designado. Este tipo de central electromecánica es el origen de las que posteriormente se utilizaron hasta finales de los años 70 del siglo XX en todo el mundo.

Al igual que paso con los terminales telefónicos, mientras en EE. UU. el sistema telefónico automático se desarrollaba de forma imparable, en Europa su implantación fue mucho más lenta. El primer sistema automático en Europa se instaló por Siemens en Múnich en 1910, y la primera central automática en España fue con una central del sistema Strowger en Balaguer (Lérida) en 1923.

Evolución de los Sistemas de Conmutación

Los primeros sistemas de conmutación eran electromecánicos, como el sistema Strower o como las centrales Rotary. El sistema Rotary 7A fue desarrollado en los primeros años del siglo XX por la división de ingeniería estadounidense de AT&T,  Western Electric, en los Estados Unidos, posteriormente comprada por la “lnternational Telephone & Telegrhap” (ITT), convirtiéndose en el sistema básico de automatización de la telefonía en Europa. En este caso los dispositivos de selección efectúan únicamente giros en horizontal, evitando los desplazamientos verticales y empleando como elementos de control los registradores. Otros elementos de este tipo de central eran los denominados: combinadores, buscadores y selectores; mediante los cuales se realizaba la exploración en varias etapas del camino que permitía conectar al abonado llamante con el llamado. Las centrales disponían de unos ejes verticales en rotación continua, de ahí el nombre utilizado para este tipo de centrales, en los que se engranaban los buscadores y selectores para efectuar el movimiento de giro.

Las centrales Rotary se utilizaron en España prácticamente desde principios de la automatización del servicio telefónico, con la creación de la Compañía Telefónica Nacional de España en 1924, al participar ITT como socio tecnológico. La primera central se este tipo se instaló en Santander en 1926 y estuvieron en servicio hasta el año 1996, cuando se puso fuera de servicio la última, en Valencia. De forma casi simultánea, se creó también en España una empresa, Standard Eléctrica S.A., para el diseño y producción de equipos para este tipo de centrales.

Buscador de la central Rotary 7A
Standard Eléctrica S.A., 1950
Central Rotary 7A-2
Standard Eléctrica S.A. 1941

La extensión de las redes y técnicas de señalización más complejas dieron lugar al desarrollo de nuevos selectores, como los de barras cruzadas, desarrollados por Ericsson hacía 1930. Estos sistemas basados en los primeros paneles de conmutación manual formados por barras horizontales y verticales, realizaban las conexiones mediante relés tipo “reed” (en los que los contactos están alojados en una ampolla de vidrio y son actuados por un campo magnético exterior), evitando la utilización de ejes y de piezas móviles, por lo que el rendimiento conseguido es mayor al requerir menor tiempo para establecer las comunicaciones. Sistemas como el Pentaconta, fabricado por Standard Eléctrica (posteriormente convertida en Alcatel) en Madrid, fue sustituyendo a las centrales anteriores a partir de 1960, año en que se instaló la primera central en Barcelona.

Multiselector Pentaconta Alcatel 1960 ca.

Con el desarrollo de la microelectrónica y la Informática se produce una evolución en las centrales, primero con las centrales semi-electrónicas que utilizaban relés y transistores y posteriormente con los sistemas electrónicos de conmutación espacial y de conmutación temporal de paquetes (Sistema 12 de Alcatel y AXE de Ericsson), basados en la digitalización de las señales analógicas (MIC: Modulación por Impulsos Codificados) y el uso de ordenadores. Las actuales comunicaciones integradas de voz, imágenes y datos han llevado a una evolución de las técnicas de conmutación basadas en los protocolos de Internet (IP).

Evolución de los sistemas de conmutación telefónicos
Referencias

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