Sin considerar como sistemas de grabación del sonido a los dispositivos y soportes que reproducían música de forma automática utilizando procedimientos mecánicos, y que describiremos sucintamente al final de este artículo como música mecánica, el primero en construir una máquina que permitía grabar el sonido fue el francés Édouard-Léon Scott de Martinville, quien obtuvo una patente para su “fonautógrafo” en diciembre del año 1857. Su invento, inspirado en la técnica fotográfica descubierta poco antes, consistía en una bocina para captar las ondas sonoras, la cual estaba unida a un diafragma que transfería sus vibraciones a un pelo grueso de animal. Los movimientos de éste servían para registrar una imagen, representación gráfica del sonido, en un cilindro recubierto de negro de humo que se hacía girar mediante una manivela. Este aparato permitía grabar sonidos como las palabras o la música, pero no permitía su reproducción.

National Museum of American History
Charles Cros, escritor e inventor, depositó el 18 de abril de 1877 un paquete en la Academia de Ciencias de Francia que contenía la descripción de un «método para registrar y reproducir fenómenos percibidos por el oído». El documento realizaba una explicación detallada del mecanismo y de la posible realización práctica de una máquina similar al fonógrafo que posteriormente desarrollo Edison, al que Cros llamó «paléophone», aunque no se tiene constancia de que llegara a construirse.
El fonógrafo
Fue Tomas Alba Edison, el que con su fonógrafo, consiguió por primera vez en 1877 grabar y reproducir la voz, en primer lugar con la palabra ”Hallo” y después con la frase inicial de una canción infantil –“Mary had a little lamb” (“María tenía un corderito”). Edison registró la patente de su invento el 18 de diciembre de ese año, siendo concedida el 19 de febrero de 1878 (patente estadounidense 200 521). El fonógrafo consistía en un cilindro giratorio con ranuras helicoidales recubierto de una lámina de estaño. Mientras el cilindro giraba, una aguja, fijada a un diafragma o membrana que recogía las vibraciones sonoras captadas por una bocina, iba hundiendo la lámina en las ranuras del cilindro produciendo surcos verticales, que producían huellas redondeadas de distinto ancho y profundidad, correspondientes al tono e intensidad del sonido. La reproducción se realizaba de la misma manera, guiando la aguja sobre el papel de estaño hundido, lo que provocaba vibraciones en el diafragma, que se amplificaban mediante una bocina. Este método tenía el inconveniente de que el papel de aluminio se desgastaba rápidamente.

Ohio, EE.UU. 1847 – 1931
Una versión mejorada, denominada “grafófono” fue patentada por Chichester Bell y Charles Tainter en 1886. En ella se sustituía la lámina de estaño por un cilindro recubierto de cera con ranuras grabadas en vertical, consiguiendo una mayor resistencia del soporte así como una mejora de la calidad del sonido. También sustituyeron las primeras membranas realizadas con pergamino por diafragamas de láminas de mica. Otros fabricantes utilizarían diafragmas de láminas de metal y ya en el siglo XX de baquelita. Edison adopta el cilindro de Tainter en torno a 1888 y un año después presenta su “Perfected Phonograph” en la Esposición Universal de Paris, e inicia la comercialización de cilindros registrados, que presentan la firma de Edison, y el número de patente en uno de los extremos.

American Graphophone Co.
La grabación de los cilindros se realizaba de uno en uno, generalmente se instalaban varios fonógrafos y se obtenían tantas grabaciones como fonógrafos captaran el sonido, lo que dificultaba en gran medida su comercialización. Estos cilindros de cera se presentaban en color negro o marrón. En 1991, Edison patenta el modelo “Gold Molded” cilindro de cera obtenido a partir de un molde, lo que permite la realización de copias. Este molde se obtiene recubriendo la grabación en cera con una fina capa de oro, consiguiendo una impresión de la grabación original, a la que posteriormente se le añade una capa más gruesa de otro metal, para darle consistencia. Las copias se ralizan al cubrir el molde con cera fundida. En 1908, Edison patenta también un nuevo modelo de cilindro, denominado “Amberol”, de color azul y mayor calidad acústica, con grabaciones de hasta 4 minutos de duración, mientras que las versiones anteriores eran de 2 minutos. A partir de 1910 los cilindros se elaboran con lámina de celuloide sobre un soporte resistente de metal o cartón, obteniendo un soporte más estable y resistente. La velocidad de reproducción variaba entre 74, 90, 160 y 180 rpm.


En España, la casa Dalmau inició en 1878 la importación de algún aparato y el 12 de septiembre de ese año organizó una audición de cilindros Edison en el Ateneo Libre de Barcelona. Las primeras audiciones fonográficas en Madrid tuvieron lugar en 1879. Estas demostraciones servían para poco más que presentar el invento y la sorpresa de la grabación y reproducción del sonido. El “Fonógrafo Perfeccionado” llegó a España el 2 de noviembre de 1892, realizando su presentación en Madrid a los periodistas en el hotel París y al público, la noche siguiente en el Teatro de la Comedia. En 1896 se empiezan a exhibir vistas cinematográficas sincronizadas con fonógrafo y en este mismo año aparecen anuncios del Fonógrafo Edison en la revista Blanco y Negro, si bien hay que hay que importarlos de Francia. En 1898 hay ya cilindros en venta con repertorio de música popular y monólogos. En 1899 se constituyo la Sociedad Fonográfica Española en la madrileña calle del Barquillo.
El gramófono
Emile Berliner, inventor estadounidense nacido en Alemania, sustituye el cilindro como registro sonoro por un disco plano, junto con un aparato, al que denominó gramófono, en el que se modifica la posición y el movimiento de la aguja, y donde la grabación se realiza mediante un surco en el disco con un registro lateral del sonido lo que conlleva una mejora en la nitidez del registro y la reproducción del sonido. La patente del método de producción de corte lateral es del 18 de mayo de 1887 y al año siguiente presentó un prototipo funcional del gramófono.

Hannover, Alemania. 1851 – 1929

El proceso de realización de ese surco, que recogía las variaciones de sonido, se realizaba en cera con un método similar al del fonógrafo mediante la utilización de una bocina, un diafragma y una aguja. Las huellas del sonido quedan registradas lateralmente en los surcos presentando desplazamientos de distinto tamaño y frecuencia, equivalentes a la intensidad y altura del sonido. Posteriormente se transfería esa huella mediante grabado sobre una lámina de cinc, que permitía la producción de copias en discos planos realizados sobre un material de goma vulcanizada que, con el uso, se deformaba y gastaba. Es a partir de 1893, cuando Berliner inicia la producción industrial de discos utilizando moldes de cobre obtenidos por electrólisis. Estos discos de 17,5 cm de diámetro, de 2 minutos de duración por una sola cara y reproducidos a 70 revoluciones por minutos son fabricados sobre una base compuesta de pizarra, piedra caliza y otros componentes y recubierta de goma laca. Con el tiempo, se presentan nuevas dimensiones y velocidades de reproducción, apareciendo discos de 25, 30 y 35 cm, reproducidos entre 74 y 82 revoluciones por minuto, grabados por las dos caras y con duraciones entre 2 y 4 minutos, hasta la aparición de los discos microsurcos de vinilo en 1948.
En la reproducción, la aguja se movía en el surco espiral desde el exterior hasta el centro del disco. La aguja se unía mediante un diafragma a una bocina que reproducía el sonido grabado sobre el disco. Las primeras agujas de metal en contacto con la superficie dura del disco se desgastaban y sólo podían emplearse una vez, posteriormente se utiliza acero, mejorando la calidad del sonido y la duración de la aguja.
Las bocinas utilizadas para amplificar el sonido también van evolucionando utilizando distintas formas, tamaños y materiales. Las bocinas exteriores son inicialmente de metal y forma de trompeta, como las utilizadas en los fonógrafos, y luego adoptan forma de flor con pétalos y son realizadas también en madera. En modelos de gramófonos portátiles se emplean bocinas interiores, aprovechando la estructura del aparato para actuar como caja de resonancia.

Maestrophone, ca. 1920
Berliner fundó varias empresas para producir y comercializar el gramófono, pero no fue hasta que conoció a Eldridge R. Johnson (un ingeniero que introdujo un motor de cuerda para el gramófono y realizó varias mejoras en el reproductor) que en 1901 constituyo la “Victor Talking Machine Company” (adquirida en 1930 por la RCA), convirtiéndose en el Reino Unido en “His Master’s Voice“, con el logotipo del perro “Nipper” escuchando un gramófono. Berliner también fundó en alemania la Deutsche Grammophon y la británica Gramophone Co., Ltd. para comercializar su dispositivo en Europa.

Los primeros discos que aparecen en España son de 1899 y llegan con el sello Berliner. Poco después se establece la compañía International Zonophone Company para la comercialización de gramófonos y discos. En seguida entran desde Alemania discos con las marcas Homophon, Dacap y Homko. Por su parte la casa francesa Pathé se instala en San Sebastián. Sus discos, de características especiales, son de mayor tamaño y precisan de una aguja de zafiro para su reproducción.
Música Mecánica
Ya en los siglos XVII y XVIII se utilizaban órganos y pianos que podían reproducir música de forma automática mediante el uso de cilíndros con resaltes, que al girar accionados por una manivela hacían vibrar un “peine” de acero, de forma que los extremos libres de sus púas eran puestos en vibracción por esos resaltes, reproduciendo una pieza musical.
Durante el siglo XIX se desarrollaron diferentes aparatos para reproducir música mediante procedimientos mecánicos para consumo doméstico y en lugares públicos. Los más populares fueron las Cajas de Música, descendientes de los Carillones aunque sustituyendo el juego de campanas por el sistema de cilindros y peine anteriormente mencionado, lo que permitía reducir notablemente sus dimensiones y precio. Un nuevo tipo de Caja a base de discos intercambiables con pestañas, en vez de rodillos, aparecen a finales de la década de 1880 y representó un importante avance al permitir reproducir diferentes piezas. Otra de las novedades del siglo XIX será la aparición del uso de instrumentos musicales automáticos en lugares públicos. Algunos de ellos, estaban diseñados para funcionar con monedas.
Hacia 1890 aparece el primer modelo de piano automático por medio del sistema de rollos de papel perforado y accionado neumáticamente. Los distintos modelos comercializados y concretamente la “Pianola” de la Aeolian Co., que por su popularidad generalizó su denominación al resto, tuvieron enseguida una enorme aceptación, que habría de durar hasta los últimos años de la década de 1920. La perforación del rollo de papel de la matriz original se podía llevar a cabo directamente interpretando la pieza sobre un teclado.
Los rollos de pianola se fabricaban a partir de una matriz elaborada por un copista encargado de trasladar al papel los valores musicales y la duración de los mismos. El tiempo, se representaba con una línea, a veces roja y otras veces azul; y la intensidad del sonido, se representaba mediante una línea discontinua de puntos. Así, como la pianola es considerada una mezcla entre el instrumento de interpretación y el aparato reproductor, el rollo de pianola se sitúa como soporte a medio camino entre la partitura y la grabación. Cada rollo, a partir de principios del siglo XX, contaba con 88 perforaciones, una por cada tecla de pianola. Pero las hubo anteriormente de 65.

Una vez preparada la matriz original había que agujerear, con maza de madera y taladro de acero, cada una de las notas sobre una plancha de zinc, para poder picar a la vez varios rollos de papel. Posteriormente aparecieron máquinas para la perforación de las copias, permitiendo mayor precisión que en las realizadas manualmente. Una vez obtenida cada una de las copias, se encolaba el final del rollo en un cilindro, se incorporaban las anotaciones para la interpretación de la pieza y se preparaba el comienzo del rollo con los datos de la empresa fabricante, la pieza y el intérprete, junto con una anilla de sujeción para enganchar el rollo al cilindro de la pianola.
Referencias
- Asa Briggs, Peter Burke. A Social History of the Media: From Gutenberg to the Internet», Cambridge, 2009.
- W.W. Welch. Edison and His Contributions to the Record Industry, vol. 25, pp. 660-665, J. Audio Eng. Soc., Nov./ Dec. 1977
- E. Hutto jr. Emile Berliner, Eldridge Johnson, and the Victor Talking Machine Company, vol. 25, pp. 666-673, J. Audio Eng. Soc. October/November 1977
- Barreiro, Javier. Historia de la fonografía. Historia y vida. Año 1997, Número 350. Pg. 63-70
- Alfredo Aracil, Mª Soledad Asensio Cañadas. Música mecánica. Los inicios de la fonografía. JUNTA DE ANDALUCÍA. Consejería de Cultura. 2004
- https://recording-history.org/history-of-phonautograph/
- https://www.gramophonemuseum.com/gramophones.html
- https://javierbarreiro.wordpress.com/2023/01/02/historia-de-la-fonografia-en-espana-y-las-manifestaciones-fonograficas-en-aragon/
- https://www.pianola.org/history/history_pianoplayers.cfm