En abril del año 1899 se realizaron varias demostraciones por parte de un delegado de la empresa de Marconi ante diferentes autoridades, en primer lugar, en Sevilla y posteriormente en Madrid. También el 27 de mayo de 1899 se realizaron experiencias de telegrafía sin hilos en la Escuela de Ingenieros Industriales de Barcelona por George St. Noble, ingeniero inglés afincado en esa ciudad, y fundador de la “Sociedad Anglo-Española de electricidad”, utilizando para las demostraciones un equipamiento de Marconi con una bobina ruhmkorff, una batería de acumuladores, un cohesor de limaduras de plata y un aparato inscriptor Morse.
A la vista de esas primeras demostraciones, el mismo año de 1899 el ingeniero y militar Julio Cervera Baviera fue comisionado para estudiar el enlace de telegrafía sin hilos que acababa de establecer Marconi en el Canal de la Mancha. A su regreso, convencido de que se podía construir equipos en España con una tecnología propia, inició sus desarrollos sobre los cuales solicitó una patente en agosto, registrando dos adiciones a la misma y realizando varias demostraciones antes de finalizar el año. Los siguientes ensayos con los equipos inventados por él se realizaron entre Ceuta y Algeciras y posteriormente en 1901 y 1902 entre Tarifa y Ceuta separados 32 km, tras los cuales solicitó nuevas patentes.

1854-1927. Segorbe. España
Mientras tanto, se instaló en España en noviembre de 1901 el primer enlace de telegrafía por radio de 5 km, entre la Factoría Naval de Matagorda y las oficinas de la delegación de la Compañía Trasatlántica tenía en Cádiz, utilizando equipos construidos en Francia.
En marzo de 1902 se fundó la Sociedad Telegrafía y Telefonía sin Hilos, de cuyo consejo de administración formaba parte Cervera, con el fin de: explotar las patentes que había registrado, construir equipos y realizar instalaciones de telegrafía sin hilos. En ese año, se puso en funcionamiento un sistema de comunicación sin hilos con las Baleares, entre Jávea e Ibiza, del que posteriormente no se tuvieron más noticias. En 1903 el comandante Cervera abandonó el ejercito y dio un giro a su carrera con la fundación de Internacional Institución Electrotécnica, una de las primeras experiencias de educación a distancia de todo el mundo, donde se impartían enseñanzas por correspondencia de ingeniería en diferentes ramas.
En el año 1904 y posteriores se realizaron por parte del ejército y la armada diferentes pruebas de telegrafía sin hilos con equipos de la marca Telefunken, pero no es hasta el año 1908 cuando se completaron instalaciones fijas en Madrid y Guadalajara y un enlace permanente entre Almería y Melilla; también ya en ese año, 5 buques de la armada disponían de equipos de comunicación.
Por otro lado, el 21 de mayo de 1905 se publica el decreto que establece las condiciones para la explotación de la radiotelegrafía en España, mediante la constitución de una Comisión mixta integrada por los ministerios de Gobernación, Marina y Guerra; pero no es hasta el 24 de enero de 1908, en que un nuevo decreto, que desarrollaba una ley de 26 de octubre de 1907, fijaba las bases y el reglamento para el establecimiento del servicio radiotelegráfico en España, determinando el monopolio del Estado para la explotación de todos los sistemas y aparatos de la telegrafía hertziana. Se fijaron en ese decreto la creación de varias estaciones telegráficas de distintas categorías según el alcance: dos de primera clase, ubicadas en Cádiz y Santa Cruz de Tenerife, con un alcance mínimo eficaz de 1.600 kilómetros; cinco más de segunda clase, con un alcance mínimo de 400 kilómetros; y diecisiete estaciones de tercera clase, con un alcance de 200 kilómetros. Sin embargo, al cabo de un año sólo se habían construido tres estaciones: Las Palmas, Tenerife y Cádiz. El incumplimiento del contrato llevó al gobierno a autorizar en 1911 el traspaso de la concesión a una nueva compañía: la Compañía Nacional de Telegrafía sin Hilos, con participación de la Marconi’s Wireless, que tampoco cumplió con las obligaciones contraídas, construyendo únicamente diez de las veinticuatro estaciones estipuladas y una adicional en Aranjuez, inaugurada por Alfonso XIII el 27 de enero de 1912. En 1914 se establece mediante esta estación un enlace fijo de radiotelegrafía con Inglaterra utilizando la estación de Poldhu.
Mediante real decreto del 3 de junio de 1913 se creó la Escuela General de Telegrafía, a cargo del Cuerpo de Telégrafos con el objetivo de la formación para desempeñar en España todos los servicios de Telecomunicación dependientes del Estado. Dentro de esa Escuela se creó una sección de “estudios superiores”, origen de los estudios de ingeniería de telecomunicación y de las escuelas de esa especialidad de la Universidad Politécnica de Madrid.
Primeras emisiones de radiodifusión en España
Las primeras emisiones radiofónicas en España fueron realizadas en Madrid de forma experimental en septiembre de 1923 y en mayo de 1924 ya con un programa diario, por Radio Ibérica, empresa fundada por los hermanos De la Riva (Carlos, Jorge y Adolfo) y Antonio Castilla. Previamente, en 1917 el ingeniero Castilla había fundado en Madrid la “Compañía Ibérica de Telecomunicación”, dedicada a la fabricación de material radioeléctrico, de forma que los primeros equipos transmisores y receptores construidos íntegramente en España salieron de la fábrica que esta empresa tenía en el Paseo del Rey, N.º 8 y que fueron instalados en los buques del ejército. Las primeras emisiones de voz se realizaron captando con un micrófono el sonido de un gramófono. Por otro lado, los hermanos De la Riva, también ingenieros, habían fundado la “Sociedad de Radiotelefonía Española” para la distribución de aparatos radiotelefónicos y una sociedad de aficionados con el nombre de “Radio Club de España”. En 1923 nació Radio Ibérica como una fusión de ambas empresas, comenzando con la instalación, en los propios locales de la fábrica del Paseo del Rey, de un estudio y una emisora de radio en la longitud de onda de 1700 metros y de 500 W de potencia. Las primeras emisiones se realizaron en septiembre de ese año con una retransmisión de opera desde el Teatro Real.

La empresa tuvo importantes dificultades económicas no pudiendo mantener sus emisiones regulares debido a que el único ingreso era la venta de aparatos receptores y al inicio de la importación de éstos por parte de los comerciantes de equipos eléctricos. Posteriormente pudo reiniciarlas incorporando publicidad.
También en septiembre de 1923 se iniciaron emisiones de prueba en Barcelona mediante un equipo francés montado sobre automóviles que recorría varios países y en febrero de 1924 se constituye la “Asociación Nacional de Radiodifusión” con el objetivo de instalar una emisora en la ciudad, que finalmente se llevó a cabo con la puesta en funcionamiento en el Hotel Colón de los estudios, un equipo emisor importado de la marca Western Electric Co. y la colocación de una antena en la azotea del hotel.

Con el fin de regular las emisiones que se estaban realizando, el gobierno del General Primo de Rivera promulgó el 14 de junio de 1924 un Reglamento de estaciones Radioeléctricas. A partir de este reglamento se iniciaron las concesiones de las licencias para emitir, otorgándose a Radio Barcelona perteneciente a la Asociación Nacional de Radio, la primera autorización con el indicativo EAJ-1 que comenzó sus transmisiones el 14 de noviembre de 1924. La programación diaria se realizaba entre las 6 de la tarde y las 11 de la noche.
Sin embargo, Radio España, con el indicativo EAJ-2, por haber solicitado la licencia posteriormente, inició sus trasmisiones cuatro días antes, el 10 de noviembre. A Radio Ibérica se le asignó el indicativo EAJ6, dado que se retrasó en la solicitud de la licencia. Los indicativos EAJ de las emisoras se corresponden con un código aprobado en la “Conferencia Radiotelegráfica Internacional” de 1912, donde se asignó una letra para cada país (E para España), seguida de otras para el tipo de emisión y la banda de frecuencias utilizada. El número indicaba el orden de aprobación de la emisora.
A finales de 1924, se estimaba que había en España unos 15.000 receptores de galena que costaban alrededor de 60 pesetas, y otros 4.000 más de receptores a válvulas. Empresas como Marconi, Philips, Bell, Radiola, Telefunken, etc. vendían la mayoría de estos aparatos cuyos precios oscilaban entre las 490 y las 2.600 pesetas. Hasta los años 50 los poseedores de un aparato de recepción tenían que pagar un canon anual a la administración, al igual que en muchos países europeos, lo que suponía unos ingresos considerables y un control de los receptores existentes, pudiendo llegar a incautarlos como así sucedió durante la guerra civil en 1936.
Estabilidad de las emisoras en España
Los inicios de la radio en nuestro país fueron difíciles por las dificultades técnicas y la precariedad económica. Esta situación cambió con la aparición de Unión Radio en Madrid, inaugurada el 17 de junio de 1925 con el indicativo EAJ7, una emisora que en pocos años integraría a la mayoría de las estaciones de radio existentes en las grandes ciudades de España: Madrid, Barcelona, Sevilla, Cádiz…, que habían sido inauguradas en los años 1925 y 1926.
La emisora Unión Radio de Madrid y la revista Ondas fueron fundadas Ricardo Urgoiti y por los principales fabricantes internacionales de aparatos de radio. Ambos medios fueron utilizados como plataformas publicitarias para la promoción de sus productos. Anteriormente habían aparecido un número importante de revistas sobre el mundo de la radioafición y la radiodifusión: Radio-Sport, Tele-Radio, Radiosola, Radio Ciencia Popular, T.S.H y otras.

N.º 1, julio 1923

N.º 1, julio 1923

N.º 1, junio 1925
Los primeros contenidos ofrecidos por las emisoras de radiodifusión eran espacios musicales: reproducción ante el micrófono de discos de gramófono y algunas interpretaciones con violín, con una calidad de sonido muy deficiente. Se incorporaron enseguida transmisiones de conciertos y conferencias, e información meteorológica y algo más tarde boletines de noticas y otros programas.
La aparición de Unión Radio a partir de junio de 1925 supuso un salto en la calidad de las emisiones, con una estructura programática, técnica y comercial en sus emisoras, incorporando la publicidad como la vía principal de ingresos de sus emisoras. A partir de aquí se establecieron las bases de los géneros y narrativas radiofónicas vigentes durante las siguientes décadas: el radioteatro, los conciertos, los concursos, la información radiofónica, el deporte. También se desarrollaron las emisiones en cadena y las transmisiones internacionales. Unión Radio se convirtió en 1951 en la Sociedad Española de Radiodifusión (cadena SER).
Radio Club Tenerife EAJ-34, emite el bando de declaración de guerra firmado por el General Franco en Las Palmas el 18 de Julio de 1936. En enero de 1937, Franco inaugura en Salamanca Radio Nacional de España (RNE) con equipos instalados sobre camiones, como medio de propaganda del bando sublevado en la guerra civil. A partir de 1940 se produce un desarrollo de la radiodifusión en España concentrada en cuatro cadenas de emisoras: Radio Nacional de España, la SER, Radio Cadena Española y la Cadena de Ondas Populares. Este desarrollo conlleva un importante crecimiento en la fabricación y comercialización de receptores de radio.
Referencias
- Diario de Barcelona , mayo de 1899, págs. 5 878 y 5 879.
- Las comunicaciones en la construcción del Estado contemporáneo en España. 1700-1936. Bahamonde Magro, A.; Martínez Lorente, G. y Otero Carvajal. Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, Madrid,1993.
- La introducción a las radiocomunicaciones en España (1896 – 1914). Jesús Sánchez Miñana. Fundación Rogelio Segovia. Madrid, 2004
- Radio Historia y Técnica. Juan Juliá Enrich. Edit. Marcombo, Barcelona, 1993
- La radio en España. 1923-1997. Lorenzo Díaz. Alianza Editorial, Madrid, 1997