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El voltímetro es un instrumento diseñado para medir la tensión en los circuitos eléctricos. Su fundamento es el galvanómetro, es decir, utiliza una bobina que, al ser recorrida por una corriente y estando dentro de un campo magnético creado por un imán, experimenta un par de giro que mueve una aguja indicadora sobre una escala. El voltímetro presenta una elevada resistencia interna y se conecta en paralelo con el elemento cuya tensión se quiere determinar.

En este caso, se trata más bien de un multímetro, puesto que no sólo permite medir tensiones eléctricas, sino que también presenta funciones de medidas de resistencias y de factor de ganancia en señales eléctricas. Así, mediante los selectores de actuación, permite medir tensiones, tanto en continua como en alterna, en escalas que van desde 0-1,5 V hasta 0-1500 V, o medir resistencias en escalas desde 0-5 Ω hasta 0-5 MΩ. En la escala de ganancias permite trabajar desde -10 dB hasta + 50 dB (recordemos que esta escala es logarítmica, y se expresa, como en el caso del sonido, en decibelios, y que compara la señal de salida con la de entrada, de modo que si es positiva es que hay ganancia en el elemento medido, mientras que si es negativa, es que el elemento atenúa la señal. Por ejemplo, si la potencia de salida de un amplificador es 40 W y la de entrada era de 20 W, la ganancia sería 10 log (40/20) ? 3 dB).

Este equipo, que podía ser alimentado a 125 V o 220 V, se usó en los laboratorios de Electrónica del Instituto de FP Juan de la Cierva (que compartió edificio con nuestra Escuela hasta 2001) como multímetro didáctico de panel, siendo sus dimensiones 48 cm x 19 cm x 17,5 cm. Es electrónico, pero aún usa válvulas de vacío, en lugar de transistores, y es de lectura analógica, mediante aguja móvil sobre las escalas. Fabricado hacia 1980, pertenece al modelo KV-151 y está numerado con el n º 666 de la serie 17, siendo de la marca KENTEL, la línea de diseños educativos de la distribuidora madrileña Distesa (Desarrollo Industrial de Sistemas y Técnicas Educativas, S.A.), que se especializó en el equipamiento de laboratorios para enseñanza y que aún existe bajo el grupo ANAYA. Esta empresa se hizo muy popular hacia 1974 cuando distribuyó el primer ordenador comercial basado en el microprocesador de 8 bits Intel 8008 (luego mejorado con el 8080); este equipo, que estaba más bien orientado al estudio de los microprocesadores por parte de los alumnos, había sido diseñado por el perito industrial eléctrico -y campeón mundial de hockey sobre patines- catalán D. Manel Puigbó Rocafort, si bien, dado su alto precio, sólo tuvo una muy reducida distribución en unos pocos centros educativos.