186a. Receptor de radio con válvulas de vacío (1948)

Un receptor de radio es un equipo electromagnético en el que, mediante un montaje eléctrico, y actuando sobre un condensador variable, se consigue que su circuito eléctrico funcione, de modo resonante, a la misma frecuencia que la de la onda electromagnética emitida por una estación de radio, esto es, sintoniza sólo la emisora que se desea escuchar. La señal eléctrica generada tras la recepción es luego amplificada y enviada a un altavoz de bobina con un imán que empuja y hace oscilar a una membrana, y que convierte, finalmente, las vibraciones eléctricas en ondas de sonido.

Tras el desarrollo de la telegrafía por cable desde 1837, surgirían los primeros deseos de transmitir información a distancia por el aire, sin la necesidad de ese medio material metálico de transporte. La primera patente de radio se debe al italiano Guglielmo Marconi (1874-1937) en 1904 (Premio Nobel de Física en 1909 por su contribución a la telegrafía sin hilos), si bien no deben olvidarse las decisivas contribuciones, entre otras, del croata de origen serbio Nikola Tesla (1856-1943) y del físico ruso Aleksandr Stepánovich Popov (1859-1906).

Los primeros receptores de radio utilizaban un cristal semiconductor de sulfuro de plomo (galena) para detectar y rectificar las ondas de radio que recibían de la antena emisora. No sería hasta 1920 cuando se iniciaría la radiodifusión comercial con fines de entretenimiento (en España, sería en 1923-24), especialmente con el desarrollo de los receptores superheterodinos por parte, entre otros, del ingeniero estadounidense Edwin Howard Armstrong (1890-1954) y del científico ruso Oleg Vladimirovich Losev (1903-1942). Este nuevo principio de recepción utiliza un proceso de mezcla de frecuencias llamado superheterodinación (“superheterodino” es una contracción de “supersónico heterodino”, donde “supersónico” indica las frecuencias por encima del rango del oído humano y “heterodino” se deriva de las raíces griegas hetero- “diferentes”, y -dina “poder”). En este ingenioso proceso, las ondas de entrada se combinan con las de un oscilador local interno, para convertir la señal recibida en una nueva señal de frecuencia intermedia (IF) fija, que puede ser mejor tratada, filtrada y amplificada que la frecuencia de radio de la portadora original, lo que proporciona un nivel fijo de sensibilidad y selectividad.

Por entonces, este principio de recepción superheterodino se realizaba mediante válvulas termoiónicas de vacío (al principio, diodos, esto es, con dos terminales o electrodos) que, controlando el flujo de electrones, transformaban y amplificaban la señal recibida. Y no sería hasta 1954 cuando, tras el desarrollo de los transistores, este proceso de recepción de ondas para la radio se haría más cómodo y eficiente, además de permitir la reducción en el tamaño físico del receptor.

El receptor de radio de nuestro museo, donado por D. Jorge López Galera a través del profesor de Ingeniería Eléctrica D. Julio Amador Guerra, es del modelo Colon 154 GWK de la marca Telefunken, con el número de fábrica 1505 grabado en la tapa trasera de cartón rígido, en la que aparece un dibujo de la disposición de las cuatro válvulas. Está albergado en una caja de madera, con unas dimensiones de 39,2 cm x 21,7 cm x 27,7 cm (el uso de válvulas de vacío penalizaba la reducción de su tamaño), con un frontal de vidrio (con los diales de las emisoras grabados) y de tela (para cubrir el altavoz), y con dos botones de giro en baquelita, uno para regular el nivel de volumen y otro para sintonizar la emisora. Funciona según el principio de recepción superheterodino general (con una frecuencia intermedia, IF, de 468 kHz), con cuatro válvulas termoiónicas de vacío y tiene cinco circuitos de sintonía AM (con bandas de onda larga OL, media OM y corta OC). Su altavoz es de tipo dinámico, con imán permanente, de 14 cm de diámetro. Su alimentación es de corriente alterna (AC), a 110 V, 125 V y 220 V. Esta radio fue fabricada en 1948 en la sede de Getafe (sur de Madrid) de la empresa Telefunken Radiotécnica Ibérica.

La empresa matriz alemana Telefunken nació en 1903 en Berlín como Sociedad de Telegrafía Inalámbrica (a partir de un proyecto comercial entre AEG y Siemens & Halske) y comenzó a diseñar receptores de radio en 1923. Como en la España de los 1940s las importaciones eran políticamente obstaculizadas, si las empresas extranjeras querían vender aquí sus productos, se veían obligadas a construirlos dentro de nuestras fronteras, naciendo así la filial española de la casa alemana, la Telefunken Radiotécnica Ibérica, hacia 1942. En 1967, la Telefunken alemana se fusionó con AEG, pero cuando ésta fue comprada por Daimler, en 1985, la casa Telefunken, como tal, desapareció. Sin embargo, la marca comercial Telefunken, sigue siendo utilizada por otras compañías (unas treinta y cinco, dentro de la “Telefunken Partner Alliance”, creada en 2009) gracias a la concesión de licencias para usar el prestigio de ese nombre en sus productos (televisiones, teléfonos móviles, etc.).

Catalogación, documentación, texto y fotografía: Prof. A. Vitores (2021)