218a. Receptor telegráfico Morse de cinta (ca. 1885)

El telégrafo es un dispositivo que utiliza señales eléctricas para transmitir mensajes, normalmente codificados en alfabeto Morse, a distancia, bien, inicialmente, mediante cables eléctricos o, más tarde, de modo inalámbrico, vía ondas de radio.

Un sistema telegráfico consta de dos partes: el emisor o manipulador, en el que, mediante una palanca, el telegrafista emite el mensaje original Morse; y el receptor, sistema que recibe los impulsos eléctricos enviados y los convierte de nuevo en texto Morse impreso sobre una cinta de papel o en señales de sonido.

En el caso del receptor, este consta de un electroimán de bobina que, al recibir los impulsos eléctricos enviados, atrae o aleja a un cursor que deja caer una punta entintada sobre la banda de un rollo de papel continuo para escribir los puntos (una pulsación corta que marca un punto sobre la cinta) y rayas (una pulsación larga que, al avanzar la cinta, crea un trazo) del mensaje Morse recibido. Además, dispone de una llave para dar cuerda al resorte de un mecanismo de relojería que arrastra la cinta de papel.

El código Morse fue desarrollado en 1835 por el inventor estadounidense Samuel F. B. Morse (1791-1872) en colaboración con su compatriota Alfred L. Vail (1807-1859) y consistía en representar las letras y los números mediante combinaciones de puntos y rayas: así, la e es un punto, la t una raya, la a es punto y raya, la n es raya y punto, el 1 es un punto y cuatro rayas, el 7 es dos rayas y tres puntos, etc.).

Tras algunos precedentes en los años 1830s, el primer sistema práctico de telegrafía eléctrica surgiría en 1844, cuando Morse y Vail inauguran la primera línea telegráfica del mundo, entre Washington y Baltimore. En España, la telegrafía eléctrica se inicia en 1854 y se desarrolla a partir de 1855 con la Real Orden de Isabel II en la que se establece el carácter público de la nueva red nacional de telegrafía eléctrica. Así, a finales del s. XIX, España contaba ya con 32500 km de líneas telegráficas.

Tras conseguir el éxito al lanzar cables submarinos, en 1870 el hilo del telégrafo ya conectaba todo el planeta, y en 1903 el presidente norteamericano Theodore Roosevelt lanzaría su primer mensaje alrededor del mundo, mensaje que volvió a Washington nueve minutos más tarde. Ya en 1899, se desarrollaría la telegrafía eléctrica pero inalámbrica, sin cables, esto es, a través de ondas de radio.

El aparato de nuestra colección es un receptor de telégrafo inscriptor, esto es, con cinta de papel para recoger impreso el mensaje en caracteres Morse (otros modelos posteriores ya imprimirían el texto traducido al lenguaje convencional). Tiene unas dimensiones de 31,6 cm x 14,7 cm x 32,5 cm y está hecho en latón, montado sobre una base de madera. En su parte derecha está el sistema de electroimán que recibe los impulsos eléctricos del mensaje Morse lanzado por el emisor y el mecanismo que acciona la subida y bajada de la lámina metálica con su punta entintada que, hacia el centro del aparato, imprime los puntos y las rayas morse sobre una cinta de papel, de 1,2 cm de ancho, que va enrollada sobre una bobina situada en la parte superior del equipo. En la parte izquierda del cuerpo principal del aparato está el sistema de llave para dar cuerda al mecanismo de relojería que permite controlar el avance de la cinta de papel.

Este telégrafo presenta, en la parte inferior derecha de su frontal, la inscripción, grabada en letras negras sobre el metal, de la Compagnie de Télégraphie et de Téléphonie Internationales (Société Anonyme) de Bruxelles y, dado su diseño, fue fabricado muy probablemente hacia 1885, lo que le convierte en uno de los objetos más antiguos de nuestro museo.

Catalogación, documentación, texto y fotografía: Prof. A. Vitores (2021)