La experiencia de los hemisferios de Magdeburgo fue la prueba clave para demostrar la existencia del vacío, algo inaceptable para muchos pensadores de la antigüedad clásica. Así, desde la antigua Grecia, los filósofos platónicos y aristotélicos defendieron la imposibilidad de la existencia del vacío al considerar que la nada era algo inasumible en el mundo natural.
En 1654, el físico alemán Otto von Guericke (1602-1686), muy interesado por los estudios sobre la presión atmosférica y el vacío (además de por los fenómenos electrostáticos), realizó en la ciudad de Magdeburgo, y ante el emperador Fernando III de Habsburgo, una experiencia para demostrar la inmensa presión que ejercía la atmósfera. Para ello, preparó dos hemisferios de cobre, de unos 56 cm de diámetro, perfectamente ajustados, que quedaban unidos formando una esfera y, de su interior, se extrajo el aire, mediante una bomba manual, para crear vacío (dentro de los límites que, por entonces, eran posibles), cerrando después la llave de paso del sistema. Cuando se colocaron dos recuas de ocho caballos cada una tirando de cada lado de la esfera, se vio que los dieciséis caballos (treinta en otro experimento) no podían separar dichos hemisferios. Ello se explicó como debido a que la presión del aire por fuera de la esfera era tan grande que la fuerza de los caballos no podía superarla. Sin embargo, cuando la esfera contenía aire (unos 100 litros), al igualarse esta presión con la externa, un simple tirón sobre los hemisferios permitía su separación. Este experimento aparece descrito por von Guericke en su obra “Experimenta nova (ut vocantur) Magdeburgica de vacuo spatio”, publicada en Amsterdam en 1672, si bien, ya en 1657, Gaspar Schott (1608-1666), profesor de Física y Matemáticas en Würzburg (en la actual Baviera alemana), ya había hecho referencia al experimento de von Guericke en su libro “Mechanica Hidraulico-Pneumatica”.
El ejemplar del museo, en latón, con una extensión de 26 cm, consta de dos semiesferas de 11,5 cm de diámetro cada una y con un asa de tracción en ambas. En uno de los hemisferios está el sistema de boca para conectar la bomba de vacío y extraer el aire del interior de la esfera y la llave de paso para cerrar, todo ello también en latón. Este objeto fue adquirido para el Laboratorio de Física de la Escuela hacia 1965 y, aunque no consta su fabricante, podría haber sido elaborado en una fecha muy anterior.
Catalogación, documentación, texto y fotografía: Prof. A. Vitores (2021)
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