Un encendedor de chispa funciona gracias a una piedra que, por fricción contra otra superficie dura, produce una chispa que inflama un combustible.
La producción de fuego, bien mediante fricción de palos o por percusión de piedras, podría haber sucedido con el Homo erectus hace quizás 1,6 millones de años. Los encendedores, en un sentido moderno, surgieron en el siglo XVI para el uso de armas de fuego (por ejemplo, la llave de rueda que encendía la pólvora de la cazoleta), si bien sería en el s. XIX cuando aparecerían los de uso no bélico. A partir de los 1960s empezarían a usarse los encendedores con su propio depósito de gas o, más modernamente, con sistema piezoeléctrico para generar la chispa, esencialmente un cuarzo que produce diferencia de potencial eléctrico al ser presionado fuertemente.
El encendedor de nuestra colección consiste en un brazo metálico con una estructura que aloja una pequeña piedra en forma de cilindro, sujeta por un muelle, que se hace rozar contra una pequeña rueda metálica estriada que se gira mediante un pulsador rectangular, a modo de palanca, la cual se acciona con el pulgar la mano. Al saltar la chispa producto de la fricción entre la piedra y el metal, se consigue iniciar la ignición de un combustible, por ejemplo del gas que sale de un quemador de cocina o de un laboratorio.
Las piedras cilíndricas de estos encendedores, típicamente de 2 mm de diámetro y 5 mm de longitud, se llamaban pedernales porque, al principio, estaban hechas de este tipo de roca, también llamada sílex. Más tarde, estas piedras serían sustituidas por otras de ferrocerio, una aleación metálica sintética cuyo nombre procede de que, en su composición, entra tanto el hierro como el cerio y que fue inventada en 1903 por el científico e inventor austríaco Carl Auer Freiherr von Welsbach (1858-1929). En la actualidad, en el ferrocerio se han incluido varias “tierras raras” (en el sentido de escasas en su forma pura) para mejorar su calidad, de modo que suele constar de un 19% de hierro, un 38% de cerio, un 22% de lantano, un 4% de neodimio, un 4% de praseodimio, un 4% de magnesio y restos menores de otros elementos. Este tipo de ferrocerio es el que lleva la piedra que da la chispa de ignición en los famosos mecheros norteamericanos Zippo, que empezaron a fabricarse en 1933.
El mechero de nuestra colección es de acero inoxidable, con mango de madera, y tiene unas dimensiones de 17,5 cm x 3,5 cm x 2,5 cm. Fue fabricado probablemente hacia 1960 y se utilizó para encender la llama en los aparatos de gas de nuestros laboratorios de Termodinámica y Termotecnia.
Catalogación, documentación, texto y fotografía: Prof. A. Vitores (2021)
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