La marmita de Papin es un recipiente cilíndrico de metal, con paredes muy gruesas y resistentes, y con una tapadera que se cierra herméticamente mediante un grueso tornillo vertical. En su interior se introduce agua para calentarla a alta temperatura y, mediante una válvula de seguridad que se abre automáticamente cuando la presión interior es muy elevada, se consigue mantener el líquido confinado sin peligro de que el recipiente explote. Como, al elevarse la presión interior, la temperatura de ebullición del agua se eleva, ésta puede mantenerse aún como líquida muy por encima de los 100 ºC en los que, en condiciones normales, el agua se habría convertido en vapor.
Por ello, este dispositivo es el precedente de nuestras actuales ollas a presión con válvula de seguridad, en las que se puede mantener el agua líquida a unos 130 ºC con unas 3 atm de presión, lo que permite cocinar los alimentos mucho más rápido. Y también es la base de los autoclaves en los que se usa vapor muy caliente para destruir microorganismos y esterilizar, por ejemplo, material quirúrgico o líquidos inyectables y viales.
La marmita de Papin fue diseñada en 1679 por el médico francés Denis Papin (1647-1712), quien la presentó en 1681 en la prestigiosa Royal Society de Londres, bajo los auspicios del ya famoso físico experimental inglés Robert Hooke (1635-1703). En realidad, la idea inicial de su marmita era para aprovechar los restos de comida y, de hecho, su inventor la denominó “un nuevo digestor o ingenio para ablandar huesos”. Así, el médico y fisiólogo suizo Victor Albrecht van Haller (1708-1777) utilizó el invento de esta marmita para comparar el estómago con una especie de máquina digestora de Papin.
Sin embargo, el invento de Papin no se materializó como olla a presión para cocinar hasta la patente doméstica de “olla express” del zaragozano José Alix en 1919 y las posteriores mejoras del alemán Alfred Vischler, quien la presentó en la Exposición Universal de Nueva York en 1939.
Pero, por otro lado, los trabajos de Papin con el vapor a presión fueron decisivos en cuanto a que el vapor producido en una caldera puede, tras su condensación (y reducción de volumen), ser aprovechado para crear un vacío succionador que sirva, por ejemplo, para elevar y achicar el agua de las minas, tal y como sucedería con la máquina de vapor del británico Thomas Savery en 1698, mejorada por el también inglés Thomas Newcomen en 1712, lo que supondría el inicio de la brillante época de las máquinas térmicas y, con ellas, de la llamada Primera Revolución Industrial.
La marmita de Papin de nuestro museo es de bronce y acero, con unas dimensiones de 17,5 cm x 11,5 cm x 34,5 cm. Tiene un sistema de cierre en forma de asa metálica, un tornillo vertical de apriete que se gira mediante una barra metálica horizontal y una válvula de seguridad que se abre para liberar la presión del vapor. Aunque no consta el fabricante ni la fecha del aparato, podría haber sido adquirida por nuestros laboratorios de Física y Termotecnia hacia 1960, si bien, por su apariencia podría haberse fabricado mucho antes.
Catalogación, documentación, texto y fotografía: Prof. A. Vitores (2021)
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