226b. Linterna a dinamo manual (1942)

Una linterna a dinamo manual no utiliza pilas de alimentación, sino que funciona gracias a la energía eléctrica proporcionada por una dinamo interna (o generador) accionada mediante el movimiento de una palanca apretada con la mano.

La dinamo es un sencillo, pero ingenioso, dispositivo capaz de transformar la energía mecánica en energía eléctrica. Básicamente, consiste en una bobina de espiras de cobre situada en una región magnética creada por los polos de un imán. Cuando, accionando, por ejemplo, una palanca, se hace girar el imán, la bobina sufre una variación del flujo magnético que la atraviesa, por lo que, según la ley de inducción electromagnética de Faraday, se inducen en ella una fuerza electromotriz y una corriente eléctrica que duran mientras dure dicha variación de flujo. Por eso, a veces, este tipo de linternas se llaman linternas de Faraday. En realidad, lo que se genera es una corriente alterna, pero, gracias a un conmutador, se transforma en corriente continua que ilumina la bombilla. En estos dispositivos, en cuanto se deja de apretar la palanca, se detiene la corriente inducida, si bien en otras versiones posteriores se puede acumular la carga en un condensador, o en una batería de almacenamiento recargable que, al liberar la carga, enciende la bombilla de la linterna.

La ley de inducción electromagnética fue descubierta experimentalmente en 1831 por el químico británico Michael Faraday (1791-1867), gran estudioso de la electroquímica y del electromagnetismo. Esta ley establece que, cuando un circuito experimenta una variación del flujo magnético que lo atraviesa, aparece en él una fuerza electromotriz inducida de valor igual a la variación en el tiempo de dicho flujo magnético (por ello, cuanto más rápido se accione la palanca, más intensa es la luz generada). Poco después, en 1834, el físico alemán (nacido en la actual Estonia) Heinrich Friedrich Emil Lenz (1804-1865) añadiría un signo menos a la ley de Faraday para expresar que dicha fuerza electromotriz inducida tiende a oponerse a la causa que la provoca, por lo que la ley se conoce como ley de inducción de Faraday-Lenz, y es una de las ecuaciones fundamentales del electromagnetismo. Poco después, aprovechando este fenómeno, las primeras dinamos serían desarrolladas, en 1870, por el obrero mecánico e inventor eléctrico belga Zénobe Théophile Gramme (1826-1901), mejorando un modelo previo, de 1863, del físico e inventor italiano Antonio Pacinotti (1841-1912).

Este tipo de linternas, que funcionan igual que las luces de la bicicleta, tiene la gran ventaja de que, al no depender de pilas para su funcionamiento, están siempre listas para su uso, por lo que son muy útiles en situaciones de emergencia por cortes de suministro o para actividades en el campo.

La linterna de nuestro museo tiene unas dimensiones de 8,5 cm x 3,0 cm x 4,5 cm, está hecha en metal lacado en color marfil y su pequeña bombilla, de 2,5 V y 0,1 A, está cubierta por una funda de plástico transparente que hace de lente enfocadora del haz de luz. La manivela accionadora, en forma de L, es de metal pintado en color rojo, teniendo una pestaña para su bloqueo que la sujeta plegada para un transporte más cómodo. Al presionar la palanca con la mano, una rueda dentada hace girar el sistema de la dinamo (formada por un imán que gira como rotor y la bobina fija como estator) para que se induzcan unos 2 V de diferencia de potencial y su corriente, y un muelle de torsión devuelve la palanca a su posición previa para volver a ser presionada.

Este objeto, que fue donado a la Escuela en 2020 por un antiguo alumno, es del tipo 7424 de la empresa Philips, famosa empresa de electrónica neerlandesa fundada en 1891 por el ingeniero Gerard L. F. Philips (1858-1942) y su familia, en Eindhoven, para producir, en principio, lámparas incandescentes. Esta linterna fue inicialmente diseñada con carcasa de aluminio, pero, cuando este metal escaseaba, se hizo de latón o de cinc. Fue fabricada en el campo de concentración nazi de Vught (en la Holanda ocupada) en 1942 debido a que, en plena guerra, escaseaban las pilas, y, de hecho, este modelo fue utilizado, por ejemplo, por los paracaidistas alemanes durante la II Guerra Mundial para moverse, discretamente, en la oscuridad.

Catalogación, documentación, texto y fotografía: Prof. A. Vitores (2021)