Un voltímetro es un instrumento destinado a medir la diferencia de potencial eléctrico entre dos puntos de un circuito. Su fundamento, el galvanómetro, es el mismo que el de un amperímetro, es decir utiliza una bobina que, al ser recorrida por una corriente y estando dentro de un campo magnético creado por un imán o por otra bobina, experimenta un par de giro que mueve una aguja indicadora sobre una escala. La diferencia estriba en que, en el caso del voltímetro, su resistencia interna es elevadísima y es conectado en paralelo con el elemento a medir.
Este milivoltímetro tiene una doble escala, en forma de sector circular: una escala para medir diferencias de potencial eléctrico, de hasta 23 mV (en el aparato figura grabado 23 MV, pero no debe entenderse como millones de voltios, algo que destruiría cualquier aparato de este tipo; y tampoco debe considerarse como un error del fabricante, ya que este aparato es muy anterior a la adopción, por parte de la Conferencia General de Pesos y Medidas de 1960, de los símbolos a usar para múltiplos y submúltiplos del Sistema Internacional de Unidades); y la otra escala, para medir temperaturas, va de 0 ºC hasta 1600 ºC. Como dato de calibración, figura en su pantalla que el aparato tiene una resistencia de 277 ohmios a 15 ºC.
Dado que esta correspondencia entre 23 mV de tensión y 1600 ºC de temperatura se ha encontrado en una gráfica de un termopar de Le Châtelier en un texto del año 1900, este instrumento debió ser fabricado para ser usado con dos termopares platino-platino iridio y platino-platino rodio, un dispositivo muy usado a principios del s. XX para medir temperaturas en los hornos de fabricación cementera o metalúrgica. El químico y metalúrgico francés Henry Louis Le Châtelier (1850-1936) había presentado ya su pirómetro basado en estos termopares en un artículo de 1886.
El nombre original que el fabricante dio a este equipo era “pirómetro para pares termoeléctricos”, en el sentido de que era un medidor de altas temperaturas diseñado para acoplar a termopares, esto es, para medir temperaturas mediante la medida directa de diferencias de potencial eléctrico, en base al efecto Seebeck, descubierto en 1821 por el médico e investigador estonio Thomas Johann Seebeck (1770–1831). Así, un termopar consiste en la unión de dos metales diferentes (por ejemplo, cobre y constantán —una aleación de cobre y níquel—) de modo que la diferencia de temperaturas entre dos uniones distintas de dichos metales genera una diferencia de potencial (típicamente de unos pocos milivoltios por cada grado Celsius) medible con un voltímetro muy sensible. Puesto que en la doble escala del aparato figura no sólo la lectura de la tensión (en mV) sino la de la temperatura (en ºC), se trataría pues de un “pirómetro de lectura directa”, como indica el propio fabricante en su catálogo.
El equipo, muy robusto, con unas dimensiones de 15,7 cm x 15,7 cm x 16,2 cm, está hecho en metal negro y base de madera, con nivel de burbuja y patas regulables para nivelación, y va presentado dentro de una elegante caja de madera barnizada, de dimensiones 17,1 cm x 17,6 cm x 22,5 cm, con puerta de bisagras y asa metálica. El tubo vertical que sale del cuerpo del instrumento aloja un sistema de suspensión y compensación para la bobina que, a su vez, arrastra a la aguja indicadora. En la parte superior derecha de la base de lectura tiene un tornillo liberador de la escala que se bloquea para transportar el aparato sin que se mueva la aguja. Este milivoltímetro fue diseñado hacia 1910 por Jules Carpentier (1851-1921), un ingeniero, inventor y empresario francés que, tras construir numerosos equipos cinematográficos y telegráficos, alcanzó gran prestigio como fabricante de equipos de medida eléctrica de gran precisión, además de ser miembro de la Oficina de Medidas de Longitud (Bureau des Longitudes).
Catalogación, documentación, texto y fotografía: Prof. A. Vitores (2017 y 2021)