Cuando viajas, ¿consumes igual que si estuvieras en casa? La introducción de la economía circular en el sector turístico
Vivimos en un momento en el que la población, especialmente la más joven, está cambiando de mentalidad. Se escuchan noticias que como poco llaman la atención, como es el caso de Suecia con el inicio de un movimiento social en contra de volar en avión, o en Alemania, en donde se plantea que cada ciudadano tenga un crédito de 3 vuelos al año, no pudiendo viajar en avión más veces a menos que compre créditos a otro ciudadano que no los consuma. En estas noticias y otras similares, aparecen conceptos como sostenibilidad y enfoques como el que se plantea desde la economía circular .
Para introducir qué es la economía circular, se puede plantear como una confrontación con la economía lineal que hemos seguido las últimas décadas, en la que tomamos los recursos, los aprovechamos y transformamos, y cuando los productos han llegado al fin de su vida útil se desechan, independientemente del volumen de residuos generados o del valor que aún puedan tener los mismos. Sin embargo, la economía circular propone que los residuos de la actividad productiva se vuelvan a incorporar al proceso de fabricación, avanzando así hacia el residuo cero. En la TEDx Talks ‘Zero Waste is not recycling more, but less’ Bea Johnson explica cómo para realmente llegar al residuo cero esto implica reciclar menos y actuar antes. Propone seguir estos cinco principios para llegar a una casa sin desperdicio: rechazar, reducir, reutilizar, reciclar y descomponer (y sólo en este orden). De esta forma, el impacto sobre el medio ambiente será el menor posible. Esto es aplicable a todo tipo de sectores productivos, pero todavía falta avanzar más para trasladar este el modelo a cada sector y a cada tipología de empresa.
En el siguiente esquema, propuesto desde la Fundación Ellen McArthur, se describe gráficamente el proceso que hay detrás del enfoque de la economía circular, desde los dos ciclos el biológico y el técnico.
Las oportunidades de la economía circular en el sector turístico
El sector turístico se ha considerado uno de los 5 sectores prioritarios en los que se ha estudiado el desarrollo de la economía circular. Alexandre Lemille, experto en economía circular, dio las claves para poder crear un modelo sostenible basado en la economía circular y que podría ser aplicado al sector hotelero, para ello es necesario “repensar y rediseñar nuestro modelo económico basado en la reutilización constante de recursos extraídos para así conseguir una evolución positiva de nuestra economía.”
Además, en España el sector turístico supone el 11,7% del PIB (Instituto Nacional de Estadística, 2017). Por este motivo, sería un gran avance para la sostenibilidad española introducir la economía circular en este sector. Según el profesor Josep Francesc Valls, catedrático de la Escuela de Negocios ESADE: “el turismo es uno de los sectores donde la economía circular se presenta más interesante y más rentable“.
Siendo el turismo una actividad clave en la economía española, es importante que la sostenibilidad económica y ambiental estén aseguradas. La economía circular favorece que las empresas españolas de este sector sean más competitivas, al tiempo que hacen de los destinos un entorno más sostenible y a la vez atractivo.
Existen diferentes enfoques para transformar el modelo de negocio del sector turismo hacia la visión de la economía circular:
- Cadena de aprovisionamiento circular. Sería el caso por ejemplo de alfombras sintéticas para convenciones y congresos, que se pueden reciclar con facilidad y que ya están disponibles en el mercado.
- Recuperación y reciclado. Por ejemplo, el agua en los campos del golf.
- Extensión del ciclo de vida de los productos. Un ejemplo son los dosificadores de jabón en los hoteles.
- Plataformas compartidas. Este es el modelo en que inspiran diversas aplicaciones conocidas por todo el mundo como son Uber, Blabla Car o Airbnb.
- Servitizacion de productos. La idea básica es que usuario y productor compartan el coste total de la propiedad de los productos. Este es el caso los de sistemas de iluminación, por ejemplo.
A continuación, se citan ejemplos diversos de iniciativas y proyectos sostenibles, que tratan de incorporar la innovación de diferentes formas y que puedes tener en cuenta cuando viajas:
- Refill My Bottle, una aplicación para el móvil desarrollada en Reino unido, que te informa de la ubicación de fuentes públicas, para evitar así comprar botellas de plástico.
- El proyecto llevado a cabo en el Aeropuerto de Amsterdam, donde todo el sistema de iluminación es propiedad de la empresa productora de bombillas, y el Aeropuerto sólo paga por el servicio, y no por la propiedad.
- Too Good to Go, es una solución al desperdicio masivo de alimentos. Una vez se acerca la hora de cierre de los comercios de hostelería, éstos ponen a un precio mucho más barato los productos sobrantes del día, así el consumidor podrá adquirirlos a un menor precio y el restaurante evitará tirarlo, disminuyendo así la generación de residuos. Se puede hacer uso de esta aplicación sobre todo en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia etc.
- La cadena hotelera Iberostar presenta su proyecto Wave of Change cuyo objetivo es la conservación y protección de los océanos, reduciendo 500 toneladas el consumo de plásticos en sus hoteles.
- Existen ya agencias de viaje como es Mint 57 cuya filosofía de trabajo está basada en la sostenibilidad, tratando de impactar lo mínimo en los destinos a los que se viaja y compensando los posibles impactos que los clientes puedan hacer en el lugar de destino.
En cualquier caso, la responsabilidad también es de cada uno de nosotros cuando viajamos como turistas, en ese caso también existen iniciativas que nos permiten cuantificar el impacto al medio ambiente que generan nuestros viajes, My Climate, te permite calcular los trayectos que estás realizando y de alguna manera, tratar de compensar el impacto causado por dicho trayecto de manera económica en ayuda al desarrollo. Atmosfair es otra aplicación que ayuda a compensar el impacto como visitante a un destino a través de aportaciones económicas.
Como conclusión, debemos pensar en qué mundo queremos vivir las próximas décadas, qué legado nos gustaría dejar a las futuras generaciones y cómo lograr llevar a la sociedad hacia el camino de la sostenibilidad. Si cada uno aportamos nuestro granito de arena, unido a la transformación de cada sector industrial hacia un modelo mucho más sostenible, haremos del planeta un lugar mucho mejor. Volviendo a la pregunta con que se inició este artículo, ¿y tú, te comportas igual siendo turista que residente?
Autora del post: Ana García Frutos
Estudiante del Máster en Ingeniería Química de la ETSI Industriales de la UPM
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