Etnobiología: plantas, animales y cultura

‘BEATA BEATRIX’: UN FASCINANTE EJEMPLO DE SIMBOLISMO FLORAL EN EL ARTE

| Sin comentarios

De origen italiano y sobrino del famoso Dr. Polidori, sufrido médico de Lord Byron y autor de culto para los amantes de la literatura vampírica, el británico Dante Gabriel Rossetti fue, sin duda alguna, el más carismático de los integrantes del movimiento prerrafaelita. Una vanguardia artística que, surgida en la Inglaterra victoriana, se atrevió a desafiar a la Royal Academy of Arts con el fin de devolver al arte británico la autenticidad que veía en los pintores italianos anteriores a Rafael1.

Provocador, bohemio y vividor, Rossetti fue un seductor nato que si por algo se caracterizaba era por su tendencia a mantener relaciones con sus modelos. Especialmente con aquellas que como Annie Miller, Fanny Cornforth o Jane Burden, la esposa de su amigo William Morris, posaban de forma asidua para él. Sin embargo, la mujer que marcaría la vida de nuestro hombre no sería ninguna de estas sino una esbelta pelirroja, tan bella como frágil, que respondía al nombre de Elizabeth Siddal y que hoy puede ser considerada como la musa rossettiana por excelencia.

Elizabeth Siddal (Dante Gabriel Rossetti, 1850–1865). CC BY-NC-ND. © The Fitzwilliam Museum.

Siddal conoció a los prerrafaelitas en 18492. Fue entonces cuando Lizzie (así la llamaban cariñosamente) dejó la sombrerería en la que trabajaba como ayudante y pasó a ser la modelo preferida de, entre otros, Holman Hunt, Millais y, por supuesto, Rossetti, con quien terminaría casándose.

Por desgracia para Elizabeth, su matrimonio no fue precisamente feliz pues su marido no solo le fue infiel en repetidas ocasiones sino que además la desatendió. A consecuencia de esto su salud, ya de por sí delicada, se fue deteriorando poco a poco hasta que finalmente, en 1861, sufrió un aborto espontáneo3. Este hecho la sumió en una profunda depresión que la conduciría al suicidio un año después4. Presa de los remordimientos, Rossetti no tardaría en empezar a pintar la que puede considerarse su obra maestra: la fascinante Beata Beatrix. Un cuadro con el que inmortalizaría a Lizzie, de cuya muerte siempre se sentiría culpable.

Beata Beatrix (Dante Gabriel Rossetti, c. 1864–70). CC BY-NC-ND 4.0. © Tate.

Inspirado en la Vita nuova, obra de Dante en la que este se lamenta por la pérdida de su amada, Beata Beatrix representa, en realidad, a Elizabeth Siddal, a la que Rossetti identifica con Beatrice Portinari, en el instante de su muerte. Ataviada de rojo y verde (los colores de la vestimenta de Beatrice en el Paraíso, según la Divina Comedia)5, Lizzie, cuya ambigua expresión tiene tanto de mística como de orgásmica, es contemplada desde el fondo del lienzo por dos figuras enfrentadas que, alzándose delante del Ponte Vecchio (no olvidemos que, en teoría, la escena de este cuadro se desarrolla en Florencia)6, se corresponden respectivamente con:

– Dante (‘es decir, el propio Rossetti’)7, que viste de oscuro.

– La personificación del amor, la cual, además de llevar una larga túnica roja, aparece rodeada por un halo y con una llama en la mano izquierda.

Inquietante donde las haya, Beata Beatrix es una obra plena de simbolismo. Así, aunque en principio pueda creerse que el reloj de sol (dorado, como el astro que lo dirige) está ahí para indicar la hora del fallecimiento de Beatrice (las nueve), la verdadera finalidad del mismo es anunciar el suicidio de Elizabeth y proclamar la inexorabilidad del tiempo8. En cuanto al siniestro pájaro rojo que lleva en el pico una flor blanca de adormidera, este es en realidad un ‘mensajero de la muerte’ (Rossetti dixit)9 que entrega a Lizzie la fuente del preparado con el que se quitaría la vida: el láudano.

Adormidera (Papaver somniferum L., Papaveraceae). Fuente: BHL. Sus frutos producen el opio, la base del láudano. Solución alcohólica, en principio medicinal, que debido a sus propiedades narcóticas hacía que aquel que la ingería en dosis superiores a las recomendadas viviera ‘una especie de sueño contemplativo’10. Una experiencia que Rossetti, a juzgar por la atmósfera onírica de Beata Beatrix, debió conocer de primera mano.

Tras la muerte de su esposa, y torturado por el recuerdo de esta, Dante Gabriel Rossetti, ‘el más simbolista de los prerrafaelistas’11, no solo perdería su famoso atractivo. También caería en el alcoholismo y la drogadicción, hundiéndose en una grave depresión que le llevaría a intentar suicidarse. Aunque no antes de haber ordenado la macabra exhumación del cuerpo de Elizabeth que, según cuenta la leyenda, estuvo rodeada de hechos extraños . . . Pero esa es otra historia y como tal, será contada en otro momento.

Bibliografía

Birchall, H. (2010). Prerrafaelitas. Taschen. Köln.

Crepaldi, G. (2000). Prerrafaelistas. La discreta elegancia del siglo XIX inglés. ArtBook. Electa Bolsillo. Electa. Madrid.

Cuéllar, C.A. (2006). El Prerrafaelismo y su influencia en la creación contemporánea. Debats 22. Institució Alfons el Magnànim. Valencia.

Gibson, M. (2006). El simbolismo. Taschen. Köln, London, Los Angeles, Madrid, Paris, Tokyo.

Hilton, T. (1993). Los prerrafaelitas. El mundo del arte 22. Ediciones Destino, Barcelona.

Rivera, D. & C. Obón (1991). La guía de INCAFO de las plantas útiles y venenosas de la Península Ibérica y Baleares (excluidas medicinales). Las guías verdes de INCAFO. INCAFO. Madrid.

  1. Rafael (Raffaello Sanzio) es hoy considerado uno de los principales artistas del Renacimiento italiano. ↩︎
  2. Cuéllar (2006: 35). ↩︎
  3. Crepaldi (2000: 82). ↩︎
  4. Birchall (2010: 72); Crepaldi (2000: 82, 143); Hilton (1993: 178). ↩︎
  5. Birchall (2010: 72). ↩︎
  6. Birchall (2010: 72). ↩︎
  7. Gibson (2006: 75). ↩︎
  8. Birchall (2010: 72); Cuéllar (2006: 74); Hilton (1993: 181). ↩︎
  9. Birchall (2006: 72). ↩︎
  10. Rivera & Obón (1991: 277). ↩︎
  11. Gibson (2006: 75). ↩︎

Deja una respuesta

Los campos requeridos estan marcados con *.