“El complejo español de que no podemos competir es una ridiculez. Las barreras nos las ponemos nosotros”
Hablamos con Emilio Martínez y Javier Castaño, dos de los fundadores de AGNITIO, compañía líder en biometría de voz, que a finales del 2016 fue adquirida por Nuance Communications, segunda empresa del Nasdaq a la que consiguen vender la empresa.
AGNITIO, compañía nacida en el 2005 de un grupo de investigación de la Universidad Politécnica de Madrid, es hoy líder mundial en soluciones biométricas de voz y acaba de ser adquirida por Nuance Communications, gigante norteamericano del sector, que cotiza en el Nasdaq. Entre sus clientes se encuentran cuerpos policiales, organizaciones militares, de inteligencia y gubernamentales a lo largo y ancho del mundo. Nosotros hablamos con Javier Castaño y Emilio Martínez, dos de los 5 fundadores de AGNITIO, que han permanecido al pie del cañón hasta hoy, para que nos cuenten cómo ésta pequeña compañía, a la que se ha prestado menor interés del que se debiera de nuestro país, ha acabado convertida en todo un referente a nivel internacional.
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Emilio y Javier durante los Premios de la 14 actúaupm |
Pero volvamos al origen, ¿cómo surge AGNITIO?
Esta historia con final feliz surge de una conversación telefónica. En 2003, Javier Castaño recibe la llamada de un amigo, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, contándole que tienen una tecnología y están desarrollando un producto muy incipiente para la Guardia Civil. A raíz del mediático secuestro de Anabel Segura, en el que se hizo un llamamiento de ayuda a otras policías europeas, un agente de la BKA se encontró aquel prototipo que habían cedido a la Guerdia Civil, y se lo llevó a Alemania, donde otras policías empezaron a interesarse por él.
Y ahí fue donde surgió el “problema”, ya que ellos, como profesores, ni sabían ni querían montar la empresa. “Pero ya sabíamos que había algo” nos cuenta Javier. Fue entonces cuando él se decidió a llamar a Emilio, compañero de Lucen Technologies, y juntos hablaron con la Guardia Civil, vieron que era viable y se lanzaron.
Ambos venían de un mundo que no tenía mucho que ver (hardware), tenían un trabajo estable… Pero se atrevieron a dar el salto y fundaron la empresa en el 2004 junto con los profesores. “Teníamos ganas de montar algo por nuestra cuenta. Es España en aquella época si le decías a tu madre que querías montar un negocio era como decirle que querías dedicarte al juego”, nos cuenta Emilio, recordando aquel inicio de la aventura. Y es que, aunque ahora parezca todo muy bonito, han estado a punto de cerrar más de una vez, y más de dos. De hecho, hasta 2007 no consiguieron la primera inversión. “Algo que gustaba mucho era la combinación de profesores universitarios y gente del mundo de la empresa, que se juntan para sacar un proyecto adelante”, nos cuentan.
La expansión de la compañía: “Nos pasamos un poco en la internacionalización”
Debido a la propia naturaleza de la compañía, su expansión internacional no tardó en llegar. “La internacionalización venía dada, ya que vendíamos a policías y una vez que vendes a la Guardia Civil y a la Policía Nacional… intentas a la Ertzaintza y a los Mossos como mucho, pero te tienes que ir fuera” interviene Javier.
De hecho, según reconocen, llegaron a pasarse en la internacionalización, viajando por países como Taiwán, Shanghái o Corea, en un solo viaje, a los que además luego era complicado suministrar. Pero no se arrepienten de nada. “Todo podría haber quedado en una cosita que se vendía a la policía española y nada más. Y sin embargo se ha convertido en el centro de la biometría de voz en el mundo”.
“El emprendedor tiene que ser alguien que quiere dedicar su vida a ello. Va a dejar lo que está haciendo, va a poner dinero y va a dirigir la empresa a tiempo completo. Tiene muchos años por delante y debe echarlo todo”
Además, desde el primer momento la expansión fue muy rápida; a lo que contribuyó la propia policía. “Hay una diferencia entre vender a un banco y a la policía. El banco compite con el resto de bancos. Pero la policía no compite con otras policías; colabora”.
Por otro lado, también tuvieron claro que debían pivotar. “Una empresa tiene que buscar nuevos negocios desde el primer día, por mucho que te esté yendo muy bien”. Y lo lograron precisamente hablando con los clientes, preguntándoles.
El proceso final: LA(S) VENTA(S) DE AGNITIO
La venta de la compañía se hizo en dos partes, ya que AGNITIO contaba con dos líneas. La primera era la tradicional, de trabajo con el gobierno y call centers; pero hace unos años decidieron abrir una nueva más enfocada a tecnología para móviles, a autenticación a través del teléfono móvil. Eran líneas tan distintas, que creyeron más eficiente para los inversores dividir la empresa en dos y vender cada parte de manera individual. Un proceso complejo, teniendo en cuenta que hablamos de dos empresas del Nasdaq.
Se vendió primero la parte de móviles porque la primera oferta llegó en 2015 desde Cirrus, una empresa americana que tiene como principales clientes a Apple y Samsung. Ésta se llevo las patentes, el programa de software, y a 6/7 personas del equipo. “Lo curioso es que teniendo negocio cero porque aún no habíamos vendido nada, el valor de la compañía era muy bueno” nos cuenta Emilio.
“Lo que vendimos fue el trabajo de I+D de 4 o 5 años, patentado, sin un negocio detrás. La tecnología tiene valor. Tienes que demostrarlo, pero lo tiene”.
La otra parte la compró el pasado año Nuance Communications, pasando a llamarse “AGNITIO Now part of Nuance”. Y es interesante porque muchos de los empleados están tomando posiciones dentro de Nuance como líderes del sector de gobierno, que era la parte en la que eran más fuertes. “Ha sido una inversión buena, igual no la mejor en cuanto a múltiplos, pero es pura venta tecnológica, algo que no es muy habitual en España”, reconocen.
“No hemos vendido sólo producto. Hemos vendido la compañía dos veces”
Lo que tenían muy claro desde el principio era que la compañía se iba a vender. Antes o después pero se vendería. Y es que intentar dar soporte a todo el mundo, con un equipo de 20 personas trabajando desde Madrid era inviable. “No era una opción seguir creciendo indefinidamente porque existen límites al crecimiento y nosotros estábamos alcanzándolos”, nos cuenta Emilio. Más aún teniendo en cuenta que la compañía estaba participada desde 2007 por dos empresas de capital riesgo: Nauta Capital y Elaia Partners. Eso sí, como ellos mismos dicen, habían competido, “les habían hecho pupa a los grandes”, y ahora sólo quedaba negociar.
El futuro de la compañía
La huella digital tiene su origen en la Policía Argentina a finales del siglo XIX. Sin embargo, ha habido que esperar todos estos años para ver implantado su uso en los teléfonos móviles. Javier y Emilio tienen la esperanza de que en el caso de la huella por voz, el proceso sea más rápido. Pero tardará. “Muchas veces el hecho de que una tecnología esté disponible no significa que llegue el momento de su explosión a nivel de consumo. Creo que la biometría de voz está a punto, y justamente por eso hay tanta gente que se ha interesado por AGNITIO”, nos cuenta Emilio.
Lo que está claro es que la biometría de voz ha vivido un gran impulso durante estos últimos años, y AGNITIO es uno de los responsables de que así haya sucedido.
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La biometría de voz se basa en el tracto bocal, siendo independiente del idioma y estado de ánimo |
España, líder mundial en biometría de voz
Por alguna razón que tanto Javier como Emilio desconocen, España es una potencia mundial en biometría de voz, con grupos de investigación de referencia a nivel internacional en la UPM, en la Universidad de Zaragoza, País Vasco, Vigo… y con españoles con importantes cargos de responsabilidad dentro de compañías como Google o Apple.
Eso sí, ellos desde el principio lo tuvieron claro. Tenían un producto buenísimo y su mercado sería el mundo entero. “El complejo español de que no podemos competir contra los grandes es una ridiculez. La única barrera es la que se pone uno en la cabeza. De hecho, ese comentario sólo lo hemos escuchado aquí”. Para ellos, el emprendedor no puede ser una persona que se conforme. Y esa es la mentalidad que les animó a atreverse a competir contra gigantes, viajando a Palo Alto, abriendo oficina en EEUU, trabajando con empresas americanas… y consiguiendo haber llegado donde están hoy. Y es también lo que les permitió convencer a todos los que les acompañaron durante el viaje. En su caso a Nauta, Elaia, ENISA…
“Cualquier empresa española, por muy pequeña, o muy Martínez o Castaño que sea, puede venderle al FBI, al ejército de EEUU, o a quien quieras”
De hecho, ellos mismos reconocen que les resultó más sencillo vender fuera. “Si vas con un buen producto al FBI es más fácil que si vas con un buen producto a la Policía Nacional” nos comenta Emilio. Eso sí, también admiten que aunque es algo que va cambiando con el tiempo, los ecosistemas ayudan. “Los americanos te dan 10 minutos, pero igual son los últimos”. Para ellos no los fueron. Porque creyeron en AGNITIO y en que podrían conseguirlo.
nº3 I&E Innovación y Emprendimiento en la UPM
(abril 2017)
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