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En el taller se desarrolla el trazado, la conformación de la piedra por procedimientos manuales, su colocación y su asiento. Se dibuja a tamaño natural; se desbasta y se labra comprobando la diversa dureza del material; se mueven y levantan piedras pesadas con máquinas sencillas como palancas y poleas; y se elabora el mortero tradicional para tender o verter en las juntas. Pero la principal actividad se centra en los procedimientos de definición de las formas y superficies que posibilitan la talla y el control de las piezas. La talla de la piedra requiere, en primer lugar, de un entendimiento del propio material; en segundo lugar, del dominio de las herramientas de talla (maceta, cincel, puntero…) y sus funciones. La obtención de la forma sobre la piedra es un proceso sustractivo que requiere el uso de instrumentos de comprobación y referencia; todo esto se utiliza en combinación en un proceso de talla cuyo avance se realiza mediante pasos intermedios para referenciar el trabajo posterior.