“La captura de carbono por parte de los bosques constituye un instrumento para mitigar la influencia de los gases de efecto invernadero. De ahí el creciente interés de los poderes públicos en incentivarlo. Sin embargo, a la hora de diseñar políticas, el foco se centra casi exclusivamente en el lado de la demanda, es decir, el de aquellas empresas que quieren compensar sus emisiones a través de créditos asociados a la captura de carbono en tierras forestales.
En otras palabras, las políticas actuales se basan en el conocido principio “quien contamina paga”. Este enfoque es necesario, pero no es suficiente.
Habría que incluir también el lado de la oferta, es decir, aplicar también el principio de “quién descontamina recibe una compensación”. Este enfoque mejoraría las políticas actuales tanto en términos de eficiencia como de equidad. Implicaría no solo que los poderes públicos incrementen sus ingresos fiscales, sino también que, olvidando afanes recaudatorios, dediquen parte de esos ingresos a compensar a los capturadores de carbono.”