Greenwashing

El greenwashing haría referencia al lavado de imagen de grandes empresas, cuyas campañas de publicidad y marketing presentan como verdes productos y actividades económicas que en realidad no lo son, o lo son de forma muy sesgada. Muchas de estas empresas promocionan presuntas políticas de respeto al medio ambiente como una forma de mantener y aumentar su cuota de mercado, aprovechando el creciente interés de la ciudadana antes estas cuestiones.

Un riesgo grave es que debido a la proliferación de los reclamos ambientales y el greenwashing se aumente la desconfianza de forma generalizada hacia el sector, afectando a las propias empresas y los productos que realmente están comprometidas con el consumo sostenible.


La agencia de marketing ambiental TerraChoice ha identificado los “siete pecados del greenwashing” que permiten al consumidor y a las organizaciones de consumidores y usuarios contar con información suficiente para prevenir, detectar y, en su caso, actuar contra las malas prácticas de comunicación constitutivas de “greenwashing”.
Estos siete pecados son:

  • Pecado de la compensación oculta o trade offs: se trata de afirmaciones que sugieren que un producto es “ecológico” en función de un conjunto limitado de características, sin prestar atención a otras cuestiones importantes. Por ejemplo, productos de ahorro energético, que contienen materiales peligrosos o papel que puede proceder de bosques de explotación sostenible, pero son transportados cientos de kilómetros hasta llegar a su destino.
  • Pecado de la ausencia de pruebas: Declaraciones ambientales que no están respaldadas por pruebas objetivas o por una certificación de terceros. Por ejemplo, productos que declaran ciertos porcentajes de contenido reciclado sin proporcionar evidencia.
  • Pecado de la vaguedad: afirmaciones demasiado generales cuyo significado se puede mal interpretar, siendo su principal finalidad la de confundir a los consumidores. Por ejemplo, la declaración ‘totalmente natural’ en las botellas de champú ya que, por ejemplo, el mercurio también es natural, pero es un material peligroso.
  • Pecado de la irrelevancia de la información: afirmaciones que pueden ser ciertas, pero que no son importantes o útiles para los consumidores que buscan productos preferiblemente sostenibles. Un ejemplo común es la característica “libre de cfc”: es una afirmación frecuente, a pesar de que los cfcs están prohibidos por ley en muchos países.
  • Pecado de “el menor de los males”: se trata de afirmaciones que pueden ser verdaderas dentro de la categoría del producto, pero que desvían la atención del consumidor al no señalar otros impactos ambientales más importantes. Por ejemplo, un vehículo deportivo (que contamina más que uno convencional) comercializado como de “bajo consumo de combustible”.
  • Etiquetas falsas: etiquetas que dan la impresión del respaldo de un tercero cuando no existe dicho respaldo; en otras palabras, etiquetas falsas. Por ejemplo, los fabricantes que agregan sus propias etiquetas de origen o composición natural, bio, eco, orgánico, etc.
  • Pecado de las mentiras: afirmaciones ambientales que son simplemente falsas. Por ejemplo, electrodomésticos que afirman falsamente estar en posesión de algún certificado energético de reconocido prestigio.
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