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STATCOM y SVC: Soluciones para la gestión de la potencia reactiva en redes eléctricas

Fuente: Tiwari, V.K., Gupta, A.R. (2021). Application of SVC and STATCOM for Wind Integrated Power System. In: Kumar, J., Jena, P. (eds) Recent Advances in Power Electronics and Drives. Lecture Notes in Electrical Engineering, vol 707. Springer, Singapore.

Autor:

Kumar V. Mahtani Mahtani

Profesor Ayudante en el Departamento de Automática, Ingeniería Eléctrica y Electrónica e Informática Industrial, Universidad Politécnica de Madrid.

En el complejo y dinámico mundo de la calidad de la energía eléctrica, la gestión eficiente de la potencia reactiva juega un papel crucial para mantener la estabilidad y la eficiencia de los sistemas de transmisión y distribución. La potencia reactiva es fundamental en el funcionamiento de las redes eléctricas, ya que contribuye a crear el campo magnético necesario para el funcionamiento de motores y transformadores. Sin embargo, cuando la cantidad de potencia reactiva es inadecuada, puede provocar fluctuaciones en la tensión y afectar la calidad de la energía. Aquí es donde tecnologías como el STATCOM (Compensador Síncrono Estático) y el SVC (Compensador Estático de VAR) entran en juego, cada una con características y aplicaciones particulares que las hacen más o menos adecuadas según las necesidades del sistema.

Potencia reactiva: el motor oculto de la red eléctrica

Para comprender cómo funcionan estas tecnologías, primero debemos entender el concepto de potencia reactiva. En un sistema eléctrico, la potencia activa es la que realmente realiza trabajo, como mover motores o alimentar dispositivos eléctricos. Por otro lado, la potencia reactiva no realiza trabajo directamente, pero es necesaria para crear los campos magnéticos que permiten el funcionamiento de equipos como motores, transformadores y generadores. La potencia reactiva, aunque no hace trabajo útil directamente, es esencial para el mantenimiento de la estabilidad del sistema de transmisión y distribución de energía.

Podemos pensar en la red eléctrica como un vehículo en movimiento. La potencia activa sería el motor que impulsa el vehículo, mientras que la potencia reactiva actuaría como el sistema de dirección y suspensión que mantiene el viaje estable y suave. Si hay demasiada potencia reactiva, el sistema puede volverse inestable, mientras que una falta de potencia reactiva puede dificultar el funcionamiento adecuado de la red. Los compensadores como el STATCOM y el SVC se encargan de gestionar esta potencia reactiva, inyectándola o absorbiéndola según sea necesario para mantener el equilibrio y la estabilidad de la red.

El SVC: El ajuste de suspensión para fluctuaciones moderadas

El Compensador Estático de VAR (SVC) es una tecnología más antigua que utiliza reactores controlados por tiristores y capacitores de derivación para inyectar o absorber potencia reactiva. Se puede imaginar al SVC como un sistema de suspensión de vehículo que se ajusta manualmente para mantener el confort del viaje. La principal ventaja del SVC es su capacidad para responder a fluctuaciones moderadas en la red eléctrica, como las que se producen en redes de transmisión de media distancia o en zonas industriales donde las cargas no cambian de forma rápida y radical.

Diagrama característico corriente-tensión de un SVC.

El SVC tiene un tiempo de respuesta en el rango de milisegundos, lo que lo hace ideal para situaciones en las que las variaciones de tensión no son excesivamente rápidas. El SVC se controla generalmente a través de señales de referencia de tensión, ajustando la potencia reactiva según las necesidades del sistema. Aunque es menos rápido que el STATCOM, el SVC sigue siendo muy efectivo en aplicaciones donde las fluctuaciones de tensión son más suaves y no se requiere una respuesta ultra rápida.

Además, el SVC es muy eficaz en redes donde la compensación de potencia reactiva es el principal objetivo, sin la necesidad de reducir las distorsiones armónicas o corregir desequilibrios de tensión que podrían ser necesarios en aplicaciones más dinámicas. En estos casos, el SVC se utiliza como una solución económica y eficiente para mantener la tensión dentro de los límites adecuados, asegurando la estabilidad del sistema sin requerir una tecnología demasiado avanzada.

El STATCOM: El cerebro electrónico para un control preciso

El Compensador Síncrono Estático (STATCOM) es una tecnología más avanzada que utiliza convertidores de fuente de tensión (VSC) para generar o absorber potencia reactiva. A diferencia del SVC, que emplea componentes pasivos como reactores y capacitores, el STATCOM emplea electrónica de potencia para ofrecer un control más preciso y flexible de la potencia reactiva. Esto le permite ajustar la respuesta mucho más rápidamente, lo que lo hace ideal para entornos donde las fluctuaciones de tensión son rápidas y de alta frecuencia.

Fuente: Diagrama característico corriente-tensión de un STATCOM.

El STATCOM actúa como un sistema de dirección y suspensión avanzada para la red eléctrica, ajustando su respuesta en tiempo real a las fluctuaciones de tensión que se presentan en la red. El control digital avanzado, que se basa en algoritmos de control directo de corriente, permite que el STATCOM responda de manera extremadamente rápida a cambios en las condiciones de la red, lo que lo convierte en la opción preferida en situaciones donde la estabilidad de la red debe mantenerse bajo condiciones extremas o cuando se requiere un control de precisión más alto.

Con tiempos de respuesta que van desde los microsegundos hasta los milisegundos, el STATCOM es ideal para sistemas modernos que enfrentan fluctuaciones rápidas y dinámicas, como las que se encuentran en redes con alta penetración de fuentes de energía renovables o en aplicaciones industriales con cargas fluctuantes de alta velocidad. La flexibilidad del STATCOM también permite su instalación en contenedores, lo que facilita el transporte y la implementación en lugares remotos o con espacio limitado, lo que lo convierte en una solución versátil para una variedad de aplicaciones.

Comparación técnica y elección de la tecnología adecuada

A la hora de elegir entre el STATCOM y el SVC, es fundamental considerar las necesidades específicas de la red eléctrica y las condiciones de operación. El SVC es más adecuado para aplicaciones en las que se requiere una compensación de potencia reactiva a moderadas velocidades de respuesta. Por ejemplo, es ideal en redes de transmisión que experimentan fluctuaciones de tensión más lentas y donde no se requieren correcciones dinámicas rápidas. Además, el SVC es más sencillo y económico, lo que lo convierte en una opción atractiva para aplicaciones de menor complejidad.

Fuente: Sirjani, Reza & Mohamed, Azah & Shareef, Hussain. (2012). Optimal Placement and Sizing of Shunt FACTS Devices in Power Systems Using Heuristic Optimization Techniques: A Comprehensive Survey. Przeglad Elektrotechniczny. 88. 335-341.

Por otro lado, el STATCOM es la mejor opción cuando se requieren tiempos de respuesta rápidos, especialmente en redes donde las fluctuaciones de tensión ocurren a alta velocidad o donde se necesita una corrección precisa de la potencia reactiva. Además, el STATCOM es más eficiente en la reducción de distorsiones armónicas y en la corrección de desequilibrios de tensión, lo que lo hace más adecuado para aplicaciones modernas, como las que involucran energías renovables intermitentes o sistemas con cargas industriales que cambian rápidamente.

Conclusión

En resumen, tanto el SVC como el STATCOM son tecnologías fundamentales para la gestión de la potencia reactiva y la estabilización de la red eléctrica. Mientras que el SVC es ideal para aplicaciones de compensación de potencia reactiva a velocidades moderadas y con un control relativamente simple, el STATCOM ofrece una solución más avanzada y precisa para sistemas que requieren respuestas rápidas y flexibles. La elección entre uno u otro dependerá de las características específicas de la red, las necesidades de compensación de potencia reactiva y la rapidez con la que se necesite ajustar la potencia para mantener la estabilidad y eficiencia del sistema. Ambas tecnologías continúan evolucionando, y su implementación será clave para afrontar los desafíos de la transmisión y distribución de energía en un mundo cada vez más interconectado y dependiente de fuentes de energía renovables.


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