Complementación de enfoques: La evaluación de objetivos frente a la evaluación de procesos

Complementación de enfoques: La evaluación de objetivos frente a la evaluación de procesos
13 de octubre de 2015 Evaluación y Desarrollo

En la planificación y ejecución de políticas, programas o proyectos es común distinguir entre la gestión por objetivos y la gestión del proceso. En el primer concepto se hace hincapié en que la planificación se dirige hacia un objetivo predeterminado; en el segundo el acento se pone en ajustar el rumbo del programa según la experiencia adquirida en su transcurso. De igual forma, en el trabajo de evaluación podemos distinguir entre el enfoque por objetivos y el enfoque por procesos:

  • Evaluación de objetivos: Análisis de los efectos de una intervención considerados en relación con los objetivos establecidos en la misma; es decir, en qué medida los impactos son causados por la intervención o se deben a factores externos.
  • Evaluación de procesos: Análisis de una intervención y de cómo ésta funciona en un contexto social, a fin de comprender los procesos generados y sus consecuencias en el sentido más amplio.

Con el enfoque por objetivos el principio fundamental es formular hipótesis sobre la base de una teoría establecida, imaginando sus consecuencias, por ejemplo, en forma de objetivos; aquéllas son después contrastadas con la realidad observable en el momento de realizarse la evaluación. Una ventaja encontrada en este enfoque es que, en gran medida, toma como punto de partida la experiencia existente, lo que facilita la selección de datos y las posibilidades de interpretación.

La principal crítica a este enfoque es que puede fácilmente conducir a una situación en que tanto los temas como las áreas problema están tan estrictamente delimitadas que podrían pasarse por alto aspectos importantes. En ocasiones, los programas cuentan con objetivos poco claros o formulados inadecuadamente; además, las intervenciones normalmente dan lugar a impactos no previstos –tanto positivos como negativos– que pueden dejarse de lado si la evaluación se centra únicamente en lo que se ha identificado previamente como el objetivo de la intervención.

Por contraste el enfoque por procesos no se establece sobre un conjunto de teorías o hipótesis acerca del desarrollo. El investigador comienza con una actitud abierta e interrogante. A través de la observación y la investigación, surgen temas que sucesivamente demandan nuevos conocimientos, conduciendo de manera gradual a nuevas revelaciones. Este enfoque consume tiempo y demanda mucho esfuerzo. Una de las objeciones principales es que, a fin de evitar desviaciones subjetivas, es a menudo necesario conceder un énfasis especial a la selección de datos, perspectivas y métodos y explicar estos aspectos en detalle.

En la práctica los enfoques de evaluación por objetivos y por procesos pueden complementarse (NORAD-UD, 1997). En la planificación y ejecución esto puede hacerse analizando de nuevo y, si es necesario, redefiniendo la formulación de la intervención sobre la marcha, a medida que se adquiere nueva experiencia. Esto permite asegurar el grado de flexibilidad necesario en la gestión y dirección de programas. En ese caso, los estudios de proceso pueden ser de considerable valor.

En el trabajo de evaluación, esto se puede conseguir ampliando la perspectiva más allá del marco que fue inicialmente planificado –productividad y eficacia– para incorporar varios aspectos imprevistos o difícilmente predecibles como los impactos, pertinencia y viabilidad. En el fondo se trata de estar abiertos a las necesidades de evaluación que se puedan presentar y abordarlas de la forma que mejor se considere dentro del marco previsto de objetivos, tiempos y recursos inicialmente programados para la evaluación.

 

complementación del enfoqueComplementación del enfoque por objetivos con el enfoque por procesos para la mejor adecuación a las necesidades de evaluación de los programas

Referencias citadas:

NORAD-UD (1997). Evaluación de proyectos de ayuda al desarrollo. Manual para evaluadores y gestores. Agencia Noruega de Desarrollo-Unidad de Evaluación del Ministerio Noruego de Asuntos Exteriores. Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación (IUDC) – Universidad Complutense de Madrid – Fundación Centro Español de Estudios de América Latina (CEDEAL). Madrid.

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