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Los poblados de colonización en el Campo Arañuelo

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Eduardo José Luengo Sánchez

eduardo.luengo.sanchez@alumnos.upm.es

Al finalizar la Guerra Civil, España afrontará una larga posguerra en una situación grave de pobreza, con un enorme deterioro de medios productivos e infraestructuras que no harán si no complicar enormemente la recuperación económica y social hasta bien entrada la década de los 50. 

El periodo comprendido entre 1939 y 1959 se caracteriza por la aplicación por parte del Estado de una política de autarquía, es decir, de autosuficiencia, siendo esta más bien una necesidad sobrevenida del aislamiento internacional del régimen dictatorial. Por ello, las políticas económicas se centran en el intervencionismo de la industria y la agricultura. Ejemplos de ello son el Instituto Nacional de Industria (1941) y el Servicio Nacional del Trigo (1937). No obstante, el caso que nos ocupa en esta publicación es el Instituto Nacional de Colonización, organismo creado en 1939 dependiente del Ministerio de Agricultura. 

Con el objetivo de realizar una transformación profunda de la agricultura, se llevan a cabo planes para aumentar la productividad del campo y la superficie de regadío. Esta transformación se apoya en distintas áreas o disciplinas, desde la construcción de infraestructuras hidráulicas necesarias para el almacenamiento y distribución de agua para el riego (presas, canales y demás instalaciones asociadas), hasta la creación de soluciones habitacionales para acoger a las familias que trabajarán las nuevas explotaciones agrarias; este último será el cometido del Instituto Nacional de Colonización. 

Desde los años 40 y hasta finales de los 60, el Instituto Nacional de Colonización llevó a cabo en el territorio español la construcción de más de 300 poblados de colonización. Esto supuso un movimiento migratorio importante hacia los nuevos núcleos de población, cuya funcionalidad era doble: por un lado, acogen a las familias a las que se les asignaba, a modo de concesión, una vivienda y una porción de terreno, así como los aperos para trabajar la tierra, surgiendo la figura del colono; por otro lado, sirven para reubicar a los habitantes de núcleos de población que quedaron bajo las aguas de los embalses creados para el regadío (y en ocasiones también para generación de energía eléctrica). 

Tal es el caso de los poblados de colonización creados en la comarca del Campo Arañuelo, en el noreste de la provincia de Cáceres. Fundados a finales de los 50, asociados a los planes de regadío del valle del Tiétar mediante la presa de Rosarito, en las provincias vecinas de Toledo y Ávila, que embalsa las aguas del río Tiétar. Por otra parte, en la misma época se llevó a cabo la construcción de la presa de Valdecañas, que embalsa las aguas del río Tajo, concebido principalmente para generación de energía hidroeléctrica. Ambas infraestructuras supusieron una transformación importante de la comarca del Campo Arañuelo, en términos agrícolas, paisajísticos y sociales. 

Bajo las aguas del embalse de Valdecañas quedó la localidad de Talavera la Vieja, cuyos habitantes fueron realojados en los nuevos poblados de colonización. Parte de los habitantes de la inundada Talavera la Vieja, emigraron a otras zonas de España, principalmente Madrid y Barcelona, dentro de la corriente migratoria del éxodo rural que se estaba produciendo en la época. 

Fueron cinco los poblados de colonización creados en el Campo Arañuelo: Rosalejo, Barquilla de Pinares, Pueblonuevo de Miramontes, Santa María de las Lomas y Tiétar del Caudillo (actualmente Tiétar). Todos ellos se encontraban en el término municipal de Talayuela, si bien conforme fueron ganando población algunos de ellos decidieron emanciparse. Tal es el caso de Rosalejo, que se constituyó en municipio en 1994; Tiétar, que lo hizo en 2013, y Pueblonuevo de Miramontes, en 2014. 

Las implicaciones en el territorio y el urbanismo de este modelo de asentamiento humano son muy características. En el caso del Campo Arañuelo, ha generado un paisaje en el que se intercalan dehesas típicas extremeñas, de encinas y alcornoques, con amplias llanuras de cultivos de regadío, principalmente maíz y tabaco. En cuanto al urbanismo, los poblados creados por el Instituto Nacional de Colonización siguen un patrón fácilmente reconocible, con una trama urbana de manzanas formando una cuadrícula articulada en torno a una plaza central en la que se encuentran las dependencias y servicios: iglesia, casa consistorial, consultorio médico, locales comerciales, etc., según el tamaño del poblado. 

La arquitectura se basa en una sencillez derivada de la escasez de recursos de la época, con materiales económicos y sin ornamentos; no obstante, el programa de poblados de colonización sirvió como escaparate para arquitectos jóvenes con estilos novedosos, basados en el racionalismo y dejando atrás los estilos historicistas predominantes en la España franquista de la posguerra. 

Más allá de las implicaciones paisajísticas, arquitectónicas y urbanísticas, siempre primó la funcionalidad, teniendo como objetivo aumentar la productividad de la tierra. En el caso particular de los poblados de colonización del Campo Arañuelo, el cultivo predominante ha sido y sigue siendo el tabaco. Cabe destacar que en la comunidad de Extremadura se cultiva actualmente el 98% del tabaco producido en España, y son destacables las zonas de la Vera y el Campo Arañuelo en la contribución a la producción. No obstante, los poblados de colonización se han visto envueltos, al igual que el resto de la España rural, en un proceso de pérdida de población derivada de la falta de oportunidades; núcleos de población creados expresamente para trabajar la tierra, se han visto aún más afectados por la transformación del campo, el desarrollo de la tecnología que reduce drásticamente la cantidad de mano de obra necesaria, viéndose agravada la situación por la escasa o nula diversificación de la economía en dichos lugares. 

Se lleva a cabo un análisis demográfico de los poblados de colonización del Campo Arañuelo, en base a datos de población obtenidos a través del Instituto Nacional de Estadística. Para el estudio de la evolución y tendencias demográficas, se han elegido los datos del censo de 2003 y de 2021; no obstante, Rosalejo es la población de la que más información se dispone, teniendo en cuenta su más temprana constitución en municipio segregado de Talayuela. 

Figura 1. Datos de población e índice de feminidad.

La tabla 1 refleja los datos de población de los poblados de colonización para los años 2003 y 2021, incluyendo el índice de feminidad en cada periodo. Resulta interesante el estudio de este indicador, teniendo en cuenta el contexto rural que se trata, habiendo casos tan llamativos como el de Santa María de las Lomas, que en el año 2003 cuenta con un índice de feminidad del 29%, y en el resto de poblaciones se encuentra por debajo del 50%. Esta situación se puede explicar debido a la naturaleza puramente agraria de las actividades que se llevan a cabo, en las que la mujer se ha visto tradicionalmente desplazada, propiciando su marcha de los entornos rurales hacia las ciudades en mayor proporción que los hombres. Se observa que para el año 2021, el índice de feminidad alcanza el 50% o se acerca en todos los casos; este fenómeno resulta interesante, puesto que podría explicarse por diversos motivos. A priori, dada la estabilización de los flujos migratorios, las mayores oportunidades de acceso al mercado para la mujer y la leve diversificación de las actividades, podría haberse acercado el índice de feminidad al 50%. No obstante, en base a los datos demográficos analizados, se observa una disminución de población en el periodo 2003-2021 en los cinco núcleos, siendo sustancialmente mayor la pérdida de población masculina que femenina, tal y como se refleja en el gráfico siguiente: 

Figura 2. Pérdida de población, en porcentaje, para el periodo 2003-2021

Son llamativos los casos de Barquilla de Pinares y Santa María de las Lomas, con pérdidas de población masculina en el entorno del 50%. Este fenómeno podría explicarse por el envejecimiento generalizado de la población y, asociado a ello, la menor esperanza de vida de la población masculina respecto a las mujeres. 

El envejecimiento de la población se puede observar en base a la pirámide de población de los núcleos objeto de estudio. No obstante, para el año 2003 solo se dispone de datos de población por sexo y edad, en grupos quinquenales, de Rosalejo, al ser el único ya constituido en municipio en dicho año, y para el año 2021, de Rosalejo, Tiétar y Pueblonuevo de Miramontes. Para el caso de Barquilla de Pinares y Santa María de las Lomas, pedanías de Talayuela, no se dispone de datos desagregados, por lo que el estudio demográfico del municipio de Talayuela en su conjunto podría enmascarar realidades muy distintas. 

Figuras 3 y 4. Pirámides de población 2003-2021. Rosalejo.

En el caso de Rosalejo, se observa una tendencia de ensanchamiento de la pirámide hacia las franjas de edad superiores, así como de equiparación de la población masculina y femenina. En el año 2003, es destacable la desproporción entre hombres y mujeres para las franjas de los 20 a los 50 años. Por su parte, la población femenina tiende a ser mayor las franjas de edades más avanzadas, para el año 2021. 

Para los casos de Pueblonuevo de Miramontes y Tiétar, se identifica la misma situación para el año 2021, como muestran sus pirámides de población:  

Figuras 5 y 6. Pirámides de población de Pueblonuevo de Miramontes y Tiétar. 2021

La pérdida y envejecimiento de la población es un fenómeno generalizado en la España rural, si bien se considera interesante su estudio en el caso de los poblados de colonización, al tratarse de una figura de planificación territorial bastante particular con una idiosincrasia propia, siendo núcleos creados ex profeso para la explotación agraria en un contexto histórico de escasez de recursos y un modelo arcaico de producción. Todo ello hace que los poblados de colonización adolezcan actualmente de una diversificación de actividades aun mayor, si cabe, que el resto del medio rural.

Esta identidad propia tan característica podría explicar los fenómenos demográficos observados, como son el bajo índice de feminidad en tiempos pretéritos y el actual envejecimiento de la población. 

En definitiva, a pesar de lo novedoso de los poblados de colonización en la época, actualmente se están viendo envueltos en las mismas dinámicas demográficas del resto de la España rural, perdiendo una entidad otrora relevante en su contexto. 

Fuentes consultadas: 

Instituto Nacional de Estadística: https://www.ine.es/index.htm

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