“En España, existen más de 2.700 kilómetros de infraestructuras ferroviarias en desuso que han sido reconvertidas en itinerarios cicloturistas y senderistas en el marco del Programa Vías Verdes, coordinado por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.”

 

“VÍA VERDE” es una marca registrada por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE) en la Oficina Española de Patentes y Marcas en 1994, cuyo uso está legalmente restringido a los itinerarios que discurren sobre antiguas infraestructuras ferroviarias.

 

La iniciativa comenzó en el 1993, cuando el Ministerio de Medio Ambiente y Adif encargaron a la Fundación de Ferrocarriles Españoles la creación de un mapa español de líneas de ferrocarril en desuso. En ese momento, el documento cifraba más de 7.000 km de caminos rurales que no tenían ninguna utilidad; así que a imagen y semejanza de los “greenways” británicos nacieron las vías verdes “Foto 1. VIsta infraestructura ferroviaria sin uso (Fuente: “ https://pixabay.com/es/ferrocarril-v%C3%ADas-del-tren-transporte-691863/ [Consultado 06/12/2018]”

 

 

Esta idea nacen con el impulso de las diferentes asociaciones relacionadas con el tren tanto en España como en otros países europeos, motivadas por la posibilidad de dar un nuevo uso a estas lineas fomentando el transporte limpio y la actividad física sin dejar de apostar por el reciclaje de una infraestructura muerta y lo sostenible de su nuevo uso.

 

Tras el éxito de la iniciativa, no tardan en aparecer experimentos similares en otros países europeos. En busca de homogeneizar y mejorar la iniciativa, se crea la Asociación Europea de Vías Verdes (AEVV) formada por ocho países europeos que deciden llevar a cabo estas vías senderistas.

 

Existen iniciativas semejantes de aprovechamiento de las viejas vías en Estados Unidos, bajo el nombre de Rail to Trails Conservancy (RTC), o en México y Canadá, la ciclovia y las vías verdes canadienses respectivamente.

 

Para la creación de esta iniciativa, se ha desarrollado un programa nacional de actuación, que aporta una imagen global del proyecto mejorando así su difusión y consiguiendo que se convierta en un referente  fuera de nuestras fronteras. Ejemplo de este plan unificación es la señalización utilizada, creada en exclusiva para las vías y usada de manera homogénea en todas.

 

Otra gran característica de estas nuevas vías o rutas, es su accesibilidad e integración a la movilidad reducida durante el recorrido, gracias a las características propia de los primitivos trazados ferroviarios, que dada la menor capacidad técnica, buscaban zonas con pequeñas pendientes y curvas amplias. “Foto 2. Via Verda de la Terra Alta (Fuente: https://www.flickr.com/photos/calafellvalo/7977338838/ [Consultado 06/11/2018]”

 

 

Todo esto, sumado a la inexistencia de vehículos motorizados, hace que las vías verdes sean un lugar perfecto para la convivencia segura de cualquier tipo de persona, sin ningún tipo de discriminación por motivos de movilidad, condición física ni edad.

 

Las vías verdes funcionan como un motor de conservación del medio ambiente, aprovechando y conservando el patrimonio público para la creación de una iniciativa de ocio al aire libre, gratuita, limpia y sostenible, que puede funcionar como motor de la mejora de la calidad del aire en las ciudades, promoviendo la movilidad sostenible.

 

Otro aspecto fundamental es el desarrollo local que esta iniciativa ha traído consigo, originando nuevas oportunidades de empleo en aquellas zonas donde la actividad es mayor. Esta oportunidad afecta principalmente a los jóvenes desempleados y a las zonas más rurales, convirtiéndose en una buena iniciativa para fijar la población en estas zonas más rurales. Otro importante factor de desarrollo de estas zonas es el ecoturismo, que se ve fuertemente potenciado por las vías verdes, como así lo recoge el premio que recibió la iniciativa en reconocimiento a su potencial como capital ecoturístico “Premio de la World Travel Market al Turismo

sostenible”.

 

Esta nueva utilidad de las vías consigue integrarlas todavía más en el entorno, ayudando a minimizar el impacto ambiental que pudiesen haber tenido sobre el entorno durante su utilización.

Las creación de itinerarios de turismo cultural y en este caso de vías verdes, apuesta claramente por la cohesión territorial. En nuestro caso, las vías verdes, que en su momento funcionaron como efecto barrera entre los territorio que “separaban” con motivo de su estructura lineal, y en muchos casos irreparable. Actualmente y gracias a la iniciativa comentada, pueden funcionar como elemento de cohesión territorial, uniendo a localidades cercanas que comparten dicho recurso y también a todos los habitantes de estos territorios por los que transcurre.

 

 

YAISHA ESTÉVEZ VILA