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PRESA DE TIGNES

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Benjamin TOTEL. Alumno Erasmus en la ETSI Caminos, Canales y Puertos

Dustin BILLON. Alumno Erasmus en la ETSI Caminos, Canales y Puertos

Historia e impactos sociales de esta obra hidráulica

Foto 1. Vista actual de la presa

En este artículo, tratamos de explicar cómo la construcción de la presa del Chevril (o presa de Tignes) desplazó a un pueblo entero cuya actividad principal era la agricultura de alta montaña para producir la electricidad equivalente al consumo de la ciudad de Grenoble (900GWh / año) y crear una zona de turismo de invierno de reputación mundial.

Después de la Segunda Guerra Mundial, era necesario reconstruir Francia. Existían dos posibilidades: dar prioridad a la reconstrucción de los edificios destruidos o dar la prioridad a sectores de producción de base. El General De Gaulle optó por la segunda y el gobierno francés empezó una política de nacionalizaciones y de inversión masiva en obras de producción de electricidad. Esta política llegó a la creación de Electricidad de Francia (EDF) en 1946 y a la construcción de grandes presas hidroeléctricas en los Alpes. En 1947, el famoso ingeniero francés André Coyne diseñó la gigantesca presa bóveda de Tignes. El lago de Chevril, localizado en el alto valle del Isère, era perfecto para construir una gran presa. La construcción de la presa, conocida en aquella época como la bóveda más grande de Europa, duró seis años. A continuación, explicaremos las consecuencias sociales y económicas de la construcción de esta obra.

El primer escollo a salvar es un problema común en la mayoría de las presas: el movimiento de la gente que vivía en el antiguo pueblo, porque éste debía ser sumergido para poder llenar el embalse de la presa. A posteriori y con los ejemplos famosos y más dramáticos que conocemos ahora (como la presa de las Tres Gargantas de China dónde 2 millones de personas fueron desplazadas), podríamos pensar que el número de 387 personas desplazadas es relativamente despreciable y que no es u

n problema mayor. Pero en 1947, esta cifra representaba un pueblo importante en las montañas del departamento de Savoie. Además, al construir la presa, las casi cuatrocientas personas tendrían que parar su actividad pastoral porque las tierras que servían para alimentar sus animales serían sumergidas como el pueblo. Por lo tanto, los habitantes intentaron rápidamente cancelar la construcción de la presa con diferentes estrategias. Mientras unos habitantes llevaban el caso frente a los tribunales, otros destruían máquinas de construcción y aunque importantes periódicos cubrieron el problema (el periódico Paris Match), los trabajos de construcción continuaron bajo la vigilancia de la Garde Mobile (equivalente de la Guardia Civil). El pueblo de Tignes fue completamente inundado en 1952, y el 4 de julio 1953 la presa fue inaugurada por el presidente de la República.  

El punto de interés principal de la construcción era la producción de energía. La presa de Tignes es conocida como la clave del aprovechamiento hidroeléctrico de toda la Haute-Tarentaise (valle de los Alpes). En efecto, ofrece un almacenamiento de 235 millones de metros cúbicos, y permite a EDF (Electricité de France) inyectar unos 400 MW rápidamente a la red (equivalente al consumo de una ciudad de 340.000 personas). Además esas centrales hidroeléctricas producen una energía limpia y renovable en comparación con las centrales de carbón.

Entonces, ¿Por qué una obra que genera tanto empleo y desarrollo en una región fue rechazada totalmente por las comunidades locales? El caso de Tignes invita a reflexionar sobre los intereses opuestos que pueden tener un grupo de personas que habitan un territorio y la nación que comprende este territorio. En efecto, plantea el problema de quién se beneficia más de la infraestructura y de quién sufre más de su construcción. A menudo, existe un desequilibrio entre las dos partes que el gobierno debe reparar o al menos reducir mediante una política de realojo y de subvenciones justa. En caso contrario, se expone a un fuerte rechazo de la población hacia la infraestructura que puede ser exacerbada por la falta de comunicación y de planeamiento común previo con los habitantes. Esto fue justamente el caso de la presa de Tignes: ninguna información fue comunicada a los habitantes en cuanto a su reinstalación, a la reconstrucción de edificios públicos y al traslado del cementerio. Por lo tanto, la magnitud de la resistencia a la construcción no sólo se explica por el hecho, bastante lógico, de que los habitantes estaban muy apegados a sus tierras, donde su familia había vivido durante varias generaciones, sino también por la mala comunicación y gestión del desplazamiento de los habitantes por parte del gobierno.

¿Qué cambios acarreó la presa y dónde se fueron los habitantes de Tignes? Tres años después, en 1956, unos Tignards dieron luz a un nuevo pueblo gracias a subvenciones del gobierno. Hoy, el nuevo Tignes es famoso en todo el mundo por su estación de esquí, como lo muestra la organización de tres competiciones de esquí durante los Juegos Olímpicos de Albertville en 1992, o de los X-Games de invierno desde 2010 hasta 2014. Además, hoy, hay más de 2000 habitantes en la ciudad de Tignes (2.494 en 2012), es decir un aumento de 650% de la población en comparación con el viejo-Tignes.

Está claro que la construcción de la presa ha desempeñado un papel importante en la creación del nuevo Tignes por el acceso que la carretera en la coronación de la presa ha permitido al nuevo pueblo y las subvenciones que éste recibió. Unos 20 años después de la construcción, el turismo llegó a ser un sector muy dinámico en Savoie (departamento de Tignes), gracias al desarrollo de las estaciones de esquí. Aunque unas dos mil quinientas personas viven en Tignes de manera permanente, la ciudad tiene una capacidad de alojamiento gigantesca: ¡Más de 31.000 camas en hoteles! La riqueza turística producida representa el 14% de la riqueza del departamento. En 2011, un informe sobre las zonas de esquí francesas evaluó que en cinco años 54.32 millones de turistas visitaron los Alpes franceses, y ocupa el segundo lugar mundial detrás de los Estados Unidos con sus 57,64 millones en cinco años. Debido por tanto a la construcción de la presa y a la consiguiente mejora de accesos y del propio pueblo, muy aislado hasta entonces, Tignes, se ha convertido en una de las zonas más atractiva para el turismo de invierno en el mundo.

Para concluir, podemos decir que el proceso de acaparamiento de un territorio por el Estado y de destrucción de un pueblo es muy doloroso para la gente afectada. Pero en el caso de Tignes, haciendo un análisis a posteriori, la importancia de las consecuencias para el desarrollo energético, turístico y regional de la presa superaba efectivamente el interés propio de los habitantes. Sin embargo, la construcción generó una gran resistencia por la falta de concertación y de planeamiento futuro con la población antes de empezar la construcción. Por lo tanto, la presa de Tignes es un buen ejemplo de lo que ocurre debido a una mala comunicación y a una mala gestión de la situación de los habitantes afectados por la obra. Sus lecciones podrán ser extrapoladas para las grandes obras de ingeniería civil por venir.

Bibliografía :

1.    Reconstruire la France après la Seconde Guerre mondiale : les débuts d’Électricité de France (1946-1953) – Dominique Barjot

2.    Barrages et développement dans les Alpes françaises de l’entre-deux-guerres – Anne Dalmasso

3.    http://www.lastationdeski.com/forum/voirsujet-71446-page-0-vidange-du-barrage-de-tignes.html

4.    http://lenergeek.com/2012/03/07/tignes-le-plus-haut-barrage-francais/

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