El alfabeto alado. Mario Satz

Cubierta de El alfabeto alado, Mario SatzEl alfabeto alado
Mario Satz
Barcelona: Acantilado, 2019

Una mariposa no solo es esa leve belleza que navega el aire de campos y jardines por todo el tiempo, por todo el mundo. No es solo esa pincelada de color en el aire que aplaude el color de las flores. No solo la imaginación de un poeta que se despierta. Ni un revoloteo en el estómago que viene del corazón. Es mucho más. Mucho mejor.

Es hoja que remonta el vuelo en el poema de Basho. Rayas y pelaje de gato montés. Posada en el brazo de Walt Whitman un aviso de que pronto el poeta volverá a ser cielo, río, hierba. Chuang Tzu soñó que era una mariposa que soñaba que era Chuang Tzu, lo cual dio pie a que muchos eruditos trataran de averiguar en qué tipo de mariposa se había convertido: ¿la lobito de los pinares? ¿la manto violeta que cuando la tocas deja en la mano una huella como de crepúsculo de verano? La reina de Saba teñía sus sueños de colores dejando que una mariposa le tocara la frente durante la siesta. Hay un alfabeto completo dibujado en las alas de las mariposas y Kjell Sandved, naturalista y fotógrafo, logró la hazaña de reunirlo en imágenes después de buscarlo a lo largo de sus múltiples viajes. Hay una mano que se alza no queriendo capturar sino imitar la forma de un vuelo.

De todas las hojas caídas solo una intenta volver a su lugar: la mariposa.
(Basho)

En estos cerca de cincuenta relatos, Mario Satz deja ver, con el lenguaje más sedoso, colorido y evocador posible cómo a lo largo de la historia la mariposa ha estado dotada de múltiples significados y ha sido objeto de la atención de poetas y biólogos, de artistas y de reyes, de jardineros, fotógrafos y filósofos. Cómo una sencilla criatura, a un paso de la transparencia, ha poblado la imaginación y los anhelos de muy diferentes personalidades, dando lugar a fábulas, leyendas, ideas sobre la naturaleza del alma o tratados de entomología. Los relatos de El alfabeto alado son bellos y ligeros, semejantes y diversos como la inagotable realidad de las mariposas.

Mario Satz en la Biblioteca UPM

Los sueños de Einstein. Alan Lightman

Cubierta Los sueños de Einstein, Alan LightmanLos sueños de Einstein
Alan Lightman
Barcelona: Libros del Asteroide, 2019
Título original: Einstein´s Dreams (1992)
Traducción: Andrés Barba

¿Quién no ha experimentado alguna vez que el tiempo transcurre más rápido de lo acostumbrado cuando uno lo está pasando bien? O que resulta interminable cuando te aburres o vas al dentista. O que cuarenta años de vida pasaron en un instante. O que un día en especial, unas palabras, una mirada de color verde hace veinte años están más presentes que el momento actual. Cualquiera lo ha sentido. Porque el tiempo, esa dimensión en la que nos va la vida, no es de fiar.

En 1905 Albert Einstein publica sus estudios sobre el tiempo. Gracias a él sabemos que el tiempo no es una dimensión absoluta y, por tanto, no se mide igual en todas las circunstancias ni es el mismo en cada punto del Universo.

Cubierta de Sueños de Einstein, Alan LightmanAlan Lightman, físico y profesor de humanidades en el MIT, imagina en este libro treinta posibilidades acerca de la naturaleza del tiempo que Albert Einstein pudo haber barajado o simplemente soñado los meses previos a la elaboración de su teoría. Son relatos breves, con un espíritu muy similar al de Italo Calvino en sus Ciudades invisibles, en los que, sin salir de la ciudad de Berna, se plantea cómo sería el mundo, cómo se comportaría la gente si el fluir del tiempo tuviera una naturaleza distinta a la que conocemos. Porque seríamos diferentes, tendríamos otras aspiraciones, otorgaríamos un valor nuevo a las cosas que valoramos ahora. Si el tiempo fuera circular y todo se repitiera exactamente una vez y otra hasta el infinito, ¿no sería una pesadilla para los que cometieron, cometen, cometerán siempre el mismo error? Y en un mundo en el que pudiéramos atisbar una imagen del futuro ¿trataríamos de oponernos o dejaríamos de actuar por completo? En un mundo donde el tiempo es local y corre a diferente velocidad en unas y otras ciudades, ¿haríamos turismo o sería una experiencia demasiado perturbadora?

Los sueños de Einstein apareció por primera vez en 1992 y ha recibido excelentes críticas y variados elogios. Contiene humor, melancolía, lirismo, ciencia y buena dosis de ternura por el ser humano; una mota de polvo en medio del Universo a la que no pertenece ni el pasado ni el futuro, y puede que tampoco, o tal vez solo un poco mientras lo pierde, el presente.

Alan P. Lightman en la Biblioteca UPM

La otra Venecia. Predrag Matvejević

Cubierta de La otra Venecia, Predrag MatvejevicLa otra Venecia
Predrag Matvejević
Valencia: Pre-textos, 2004
Título original: Druga Venecija

Traducción: Luisa Fernanda Garrido Ramos, Tihomir Pistelek

Tal vez con las ciudades pasa que si las conocemos usando la consabida guía de viajes pródiga en monumentos, edificios históricos, restaurantes, atracciones que no te puedes perder, quizás nos perdamos algo, un perfil poco evidente, una geografía interior a la que se accede solo desde un punto de vista determinado.

Desde el gusto por el pequeño detalle significativo, poético, preñado de relaciones y significado, Predrag Matvejević nos descubre dentro de la archiconocida Venecia una Venecia fascinante que habita a la sombra de la otra, como una gemela poco perceptible, un poco huída de la realidad pero al mismo tiempo asentada su corporeidad en manuscritos, testimonios, restos de esculturas, ocupando el mismo espacio (si acaso unos milímetros más allá), dibujada en los mismos planos y mapas.

Cubierta de Druga Venecija, Predrag MatvejevicLas páginas de esta otra Venecia me han hecho por momentos sentir la reverencia ante el prodigio de lo inesperado del mismo modo que le ocurre a Kublai Kan al escuchar a través de Marco Polo el relato de las ciudades invisibles de Italo Calvino. Todo es extraordinario si lo sabes mirar, si una brizna de hierba entre las piedras de una iglesia cuenta una historia, qué no dirán los puentes con su silencio, los inaccesibles jardines, los caminos del pan, los cumplidos barberos, ese viejo, casi ciego, que recita a poetas desconocidos.

Hay que visitar la otra Venecia, bailar con su fantasma, perderse en ella mientras ella también desaparece:

Desaparecen las palabras, se pierden los nombres, nadie se preocupa de las pequeñas plantas que se marchitan en las paredes, las “esculturas errantes” se desmoronan en las fachadas, cada vez hay menos jardines junto a los palacios, más oscuridad en los pozos que agua, menos pátina que herrumbre, ni siquiera los crepúsculos son como antaño, y los vientos de cuando en cuando cambian de dirección…

…Venecia y la otra Venecia, pese a todo, perduran una al lado de la otra, una en la otra, aunque solo sea en la memoria o en la fantasía.

El alienista. Joaquim Machado de Assís

Cubierta de El alienista de Joaquim Machado de AssísEl alienista
Joaquim Machado de Assís
Madrid: Eneida, 2009
Título original: O alienista (1882)

Cuentan las crónicas de la villa de Itaguaí que en tiempos remotos vivió allí un médico indiscutible, el doctor Simón Bacamarte. Descendía de la nobleza terrateniente y era el médico más importante del Brasil, de Portugal y de las Españas.

Así comienza El alienista, de Joaquim Machado de Assís, uno de los autores más relevantes de la literatura brasileña. La historia ocurre durante el reinado del emperador Pedro II de Brasil, en el siglo XIX, en la villa de Itaguaí, en una época en que la ciencia aún estaba en pañales, aunque inmersa ya en un proceso de modernización, con respecto a los misterios de la mente y los enfermos mentales eran aún tratados con crudeza e insensibilidad:

De modo que cuando aparecía algún loco enfurecido era recluído en una habitación de su propia casa, y allí, ni atendido ni desatendido, permanecía hasta que la muerte venía a liberarlo; los mansos, por el contrario, andaban a sus anchas por la calle.

Cubierta de O alienista de Joaquim Machado de AssísEl doctor Simón Bacamarte, el alienista, un hombre tan interesado en la ciencia que ha rechazado puestos directivos en la universidad de Coimbra y en la corte de Lisboa, encuentra en el estudio de los asuntos psicológicos su razón de ser. Consigue que el Ayuntamiento le permita la construcción de la Casa Verde, lugar donde se propone ingresar a los enfermos que serán su objeto de estudio y tratamiento.

Pero no existe una definición clara de locura y el criterio que la distingue de la normalidad no es cosa fácil de comprender. La Casa Verde comienza a llenarse más de la cuenta, la villa a vaciarse, y empieza a parecer que nadie está a salvo del temido diagnóstico.

El terror fue en aumento. No se sabía ya quién estaba sano y quién demente. Las mujeres, cuando sus maridos se ausentaban, mandaban encender una vela a Nuestra Señora; y no todos los maridos se sentían tranquilos; algunos no se atrevían a salir sin uno o dos guardaespaldas. Decididamente, aquello era el terror. El que podía, emigraba.

De ahí a la rebelión solo hay un paso. Lo que permite a Machado de Assís una reflexión sarcástica, inteligente, sobre el ascenso al poder, una mirada crítica hacia los gobernantes.

El relato no deja de girar. Los nuevos métodos para detectar y sanar enfermos van cambiando. Uno nunca sabe si va a caer del lado de los cuerdos o del otro. Absurdos, tensiones y divertimentos van conduciendo poco a poco al lector hasta un final inesperado y sorprendente. Una lectura que no tiene desperdicio.

Cuaderno de faros. Jazmina Barrera

Cubierta de Cuaderno de faros, Jazmina BarreraCuaderno de faros
Jazmina Barrera
Logroño : Pepitas de calabaza, 2019

En su Cuaderno de faros Jazmina Barrera plasma la fascinación y el atractivo que los faros ejercen sobre su sensibilidad. Y consigue trasladarlo muy pronto al lector, como no puede ser de otra manera a poco que éste empieza a reflexionar de su mano acerca de esas construcciones levantadas al límite de la tierra firme y que vigilan el océano indescifrable.

El libro está dividido en seis viajes a faros situados en lugares del mundo muy lejanos entre sí. En cada capítulo, la autora, valiéndose de pequeños ensayos o breves artículos, va juntando una colección de detalles, de experiencias, de emociones y de pensamientos, pero también de historias y de mitologías, valiéndose de una extensa documentación y de múltiples referencias literarias.

Si de entre todo lo que reúne Jazmina Barrera tuviera que elegir dos o tres elementos, me quedaría sin dudarlo con la tierna historia del faro de Jeffrey’s Hook en Manhattan (The Little Red Lighthouse), pero también con las variadas referencias literarias que recoge (que van nada menos que desde Virginia Woolf hasta uno de los relatos fantásticos de Ray Bradbury). Y, sin duda, me quedaría con el capítulo que define a los faros como seres a medio camino entre la civilización y la naturaleza (entre la utilidad y la necesidad de darles un nombre), que me traslada feliz –y libremente– a uno de los poemas que Andrés García Cerdán recoge en su último libro “Defensa de las excepciones”, en el que los guerreros comanches son de algún modo también los prados, su caballo y la flecha.

El faro mira y busca, como mira el humano, como un humano de piedra. La primera vez que estuve frente a un faro sentí como Michelet, que “la posición de guardián de los mares, de velador constante, hace del faro una persona.”

Formar una colección como esta, tan honda y llena de reflexión puede llevar a su autor demasiado lejos en el viaje al centro de uno mismo. Para Jasmina Barrera ciertas colecciones deben permanecer inconclusas (porque cuando se colecciona hay que acotar, si no se quiere recolectar el mundo entero). Así queda, pues, esta bella, inspiradora y fragmentaria colección de faros.

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