Drive my car / Ryûsuke Hamaguchi

Drive my car está nominada a cuatro categorías en los Premios Oscar 2022, y según el éxito que tuvo en Cannes puede que se lleve alguna estatuilla.

Basada en un relato del libro Hombres sin mujeres de Haruki Murakami, esta adaptación, cocinada a fuego lento, nos coloca durante tres horas frente al dolor de un hombre que acaba de perder a su mujer.

Él es actor y director teatral con fama internacional, y ella se encarga de elaborar los guiones que precisamente le lanzan al éxito. Tienen una relación sólida, pero cuando él descubre una infidelidad es incapaz de comunicarse con su esposa y rumia su dolor…

Después de un hecho traumático (nada de spoilers) Kafuku, el protagonista, viaja a Hiroshima para trabajar en un festival de teatro dirigiendo Tío Vania, el clásico de Antón Chéjov. Allí no tiene más remedio que aceptar a una conductora que le lleva a diario a los ensayos, y van poco a poco (muy poco a poco) entablando conversaciones. Al principio hablan de cosas banales y cuando van cogiendo algo de confianza hablan de temas personales y traumáticos de sus vidas.

De eso va un poco esta interesante película, de la incomunicación, del sentimiento de pérdida, de reconectar con tus propias emociones.

Los personajes son parcos, secos, pero muy intensos; los planos cinematográficos son largos, contemplativos, vamos, que es una película lenta, pero bonita, a mí me ha gustado mucho.

Hamaguchi nos propone un viaje sobre cuatro ruedas con destino a la introspección. Y el camino no es precisamente una línea recta.

Si no conoces a Murakami y tienes curiosidad, en la Biblioteca tenemos disponibles varios títulos de su obra. Uno de ellos, Tokio blues : Norwegian Wood, también tiene su versión cinematográfica y tanto el libro como la película son muy recomendables.

NHG

James Rhodes, concierto en Madrid

En plena polémica por sus comentarios en un programa de televisión sobre el reguetón (A mi yo adolescente, La 2), James Rhodes actuó en el Auditorio Nacional de Música de Madrid el pasado 9 de diciembre de 2021.

Rhodes es muy conocido en España por su libro Instrumental (Blackie Books, 2015) donde relata los terribles abusos a los que fue sometido de niño y cómo la música le ha ayudado durante estos años a sobrellevar tan terrible trauma. Ha estado muy comprometido en impulsar la “Ley de la infancia” que finalmente se aprobó en junio de 2021. Aparte de ser un gran pianista, ha sido colaborador del espacio Late motiv de Buenafuente, ha participado en la Cadena Ser en el programa de Javier del Pino, escribe una columna mensual para El País Semanal y es un gran divulgador musical.

Se muestra siempre entusiasta, apasionado, con sentido del humor, con una personalidad un tanto naïf que te encanta u odias, con él es difícil el término medio.

El concierto comenzó con un delicado preludio de Bach, dulce y envolvente que te preparaba muy sutilmente para seguir escuchando a Beethoven, “el puto amo” según sus propias palabras, porque Rhodes contextualiza cada pieza que toca, explica por qué la ha elegido, qué significado tiene para él y cuenta alguna anécdota divertida que resta un poco de solemnidad al acto, pero hace que te sientas más cerca de la música y de su disfrute.

Siguió con Brahms y luego Beethoven de nuevo, con la dificilísima e impresionante sonata Waldstein, …maravilloso.

Creo que a Rhodes muchas veces se le juzga por su implicación política, por su aspecto poco normativo o por sus expresiones coloquiales recién aprendidas en castellano y no por su calidad como pianista, pero después de escucharle tocar así, ¿quién puede decir que no es un gran pianista? Vale, puede que no sea Sokolov, pero ciertamente te hace disfrutar de su piano.

Un par de bises después y con el público en pie aplaudiendo, Rhodes dejó el escenario, y a mí con una sensación de querer más porque 90 minutos de concierto fueron muy pocos.

Yo recomiendo ir a escucharle sin prejuicios, y contagiarte de ese entusiasmo por la música y por el país en el que ha decidido quedarse a vivir, el nuestro. Por cierto, ha publicado recientemente un libro muy simpático y de fácil lectura, Made in Spain (Plan B, 2021) en el que cuenta todas las cosas que le parecen geniales de España, de nuestro idioma, de nuestra gastronomía, todo con mucho sentido del humor y que nos hace ver las cosas que nosotros, por ser cotidianas, no le damos el valor extraordinario que tienen.

NHG

El buen patrón. Fernando León de Aranoa

Cartel de El buen patrón, de Fernando León de AranoaEl buen patrón (2021)
Javier Bardem, Manolo Solo, Almudena Amor
Guion y dirección de Fernando León de Aranoa

A veces hay que trucar la balanza para que la medida sea exacta.

El buen patrón, de Fernando León de Aranoa, será finalmente la película que represente a España en la 94ª edición de los Oscar en la categoría Mejor Película Internacional. Como curiosidad decir que es la segunda vez que la Academia de Cine opta por una película de Aranoa frente a un film de Almodóvar para representarnos en los premios de Hollywood.

Esta estupenda película del indiscutiblemente cine social de Aranoa (Barrio, Princesas, Los lunes al sol…) es considerada como el contraplano de Los lunes al sol y nos da la versión de las relaciones laborales desde el punto de vista, esta vez, del patrón. Cinco días en la vida de Julio Blanco, un empresario de una fábrica de básculas en una ciudad de provincias, que espera conseguir un premio a la excelencia laboral y las subvenciones que esto conlleva, por lo que todos los contratiempos de última hora que amenazan el equilibrio que tanto ansía, serán salvados a cualquier precio.

Blanco es interpretado magistralmente por Javier Bardem que adapta su voz y su expresión corporal para bordar el papel de cacique paternalista con cierto carisma, un personaje un poco anacrónico (o eso espero), reflejo de muchos tópicos que bien conocemos. Es un tipo que presume de hombre hecho a sí mismo, aunque “lo único que ha hecho es ir al notario a firmar lo que ha heredado”, y que trata a sus empleados con una condescendencia recalcitrante. En algunos momentos recuerda irremediablemente al “señorito Iván” de los Los santos inocentes.

En definitiva, es una película que te hace pasar un buen rato, tiene escenas con diálogos con mucha ironía que hacen reír y situaciones que si tienes cierta edad, quién sabe, lo mismo te suenan.

Fernando León de Aranoa en la Biblioteca UPM

NHG

Privacidad. James Graham y Josie Rourke

Cartel de la obra de teatro Privacidad, James Graham y Josie RourkePRIVACIDAD
La obra de teatro que sabe más de ti que tú de ella
Concebida por James Graham y Josie Rourke
Dirigida por Esteve Ferrer
Protagonizada por Adrián Lastra
Teatro Marquina de Madrid, desde 8 de octubre de 2021

Obra inspirada en el caso Snowden, el trabajador de la CIA que sacó a la luz los programas de vigilancia masiva que EEUU usaba sin el conocimiento ni el consentimiento de la ciudadanía.

Adrián, un dramaturgo que, atormentado por la ruptura con su pareja, se siente incapaz de escribir, visita a su terapeuta y según va conversando con él sobre su adicción a revisar las redes sociales para controlar a su expareja, empiezan a aparecer proyecciones de distintos personajes que le van instruyendo sobre el hiperconectado e hiperexpuesto mundo en el que vivimos. Estos personajes, que son académicos, historiadores, legisladores, CEOs de varias empresas, expertos en materia de ciberseguridad, publicidad y psicología, irán informando a Adrián y al público sobre los peligros a los que nos exponemos cuando navegamos por la red y participamos en las distintas redes sociales.

Un montaje teatral en clave de humor, que “rompe la cuarta pared” y hace que el público participe para ver hasta qué punto los móviles nos controlan a nosotros y no nosotros a ellos.

La primera parte es muy dinámica, divertida, y engancha, la segunda parte ya es más lenta, las interacciones con los elegidos “al azar” del público cortan el ritmo y hacen que pierdas un poco el hilo.

En conjunto es un espectáculo ameno, con una escenografía moderna y atractiva, y también didáctico, porque, aunque ya sabemos muchas cosas de cómo los móviles nos monitorizan, ¿quién se lee las interminables condiciones que aparecen antes de dar a “aceptar”? ¿Y las cookies? ¿Y las publicidades “personalizadas”? Quizás aprendamos algo nuevo en este montaje en el que seguro que en algún momento nos veremos reflejados.

NHG

Madres paralelas. Pedro Almódovar

Cartel Madres paralelas, Pedro AlmodóvarMadres paralelas (2021)
Penélope Cruz, Milena Smit
Guión y dirección de Pedro Almodóvar

La película, con un reparto encabezado por Penélope Cruz, Milena Smit y Aitana Sánchez-Gijón cuenta cómo dos mujeres que coinciden dando a luz en un hospital acaban irremediablemente uniendo sus destinos aun siendo de edades y condiciones muy dispares.

Todo transcurre en un contexto donde la Ley de Memoria Histórica cobra protagonismo, algo que en principio parecía “paralelo” a la trama principal y que acaba adueñándose de la película.

Del cine que conocemos de Almodóvar destaca el amor y la muerte como ejes principales de la trama, el color como pieza clave para enfatizar emociones y una trabajada banda sonora.

Siendo esta cinta muy aclamada por la crítica, a mí, como simple espectador no me parece ni tan valiente, ni tan bien engranada la trama, ni tan sublime.

Para ser una película que habla de la Ley de Memoria Histórica no profundiza mucho en el tema, hay una mención a Rajoy que puede ser lo más “valiente”, pero poco más.

El tema de la maternidad tampoco lo trata con el desgarro de otras películas suyas, muy difícil de entender la frialdad de Penélope Cruz en la decisión que toma al final de la cinta.

En cuanto a las relaciones “bizarras” de otras veces que tanto me han divertido, aquí mete con calzador una relación fruto del desarraigo y la soledad de un personaje, y del sentido de culpa del otro, que no se resuelve con solvencia.

En definitiva, si no eres crítico de cine, y has disfrutado de películas anteriores de Almodóvar, como la estupenda “Dolor y Gloria”, ésta te va a parecer un poco “floja”.

Pedro Almodóvar en la Biblioteca UPM

NHG

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