Querido Salvador, Querido Lorquito. Epistolario
Querido Salvador, Querido Lorquito
Epistolario 1925-1936
2013
Este volumen reúne por primera vez las cartas que se cruzaron Salvador Dalí y Federico García Lorca. No son todas las que se escribieron, muchas de las escritas por Lorca las destruyó Gala, la esposa de Dalí, pero sí son las que han llegado hasta nosotros. De las cartas del pintor al poeta han sobrevivido cuarenta y de las de Lorca a Dalí solo siete.
Dalí y Lorca se habían conocido en la Residencia de Estudiantes de Madrid. En 1922 Salvador Dalí había ingresado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y vivía en la Residencia, allí se hizo amigo del poeta de Granada.
..Yo te recuerdo siempre. Te recuerdo demasiado. Me parece que tengo una cálida moneda de oro en la mano y no la puedo soltar. Pero tampoco quiero soltarla, hijito. Tengo que pensar que eres feísimo para quererte más.
F.G. Lorca
Son cartas frescas, jóvenes, iluminadas de luz de Cadaqués, donde Lorca pasó la Semana Santa de 1925 y a donde volvería durante más tiempo en 1927. Esas estancias les unirían extraordinariamente e influirían de modo evidente en la obra de ambos.
Dalí me invita espléndidamente. He recibido una carta de su padre, notario de Figueras, y de su hermana (una muchacha de esas que ya es volverse loco de guapas) invitándome también, porque a mí me daba vergüenza presentarme de huésped en su casa.
En las cartas, a veces solo dos palabras o una frase, parece que más que escribirse están hablando, son pura naturalidad. Leer cartas…. releerlas, es una goce que no se parece a ninguna otra lectura.
Escríbeme enseguida
Enseguida
Enseguida
Enseguidita.
La admiración de Dalí por la obra de García Lorca, por su capacidad y su brillantez como escritor es constante:
He estado toda la tarde de ayer, releyendo todas tus cartas. Fillet! Son algo extraordinario, en cada línea hay sugestiones para numerosos libros, obras teatrales, pinturas, etc.,etc.,etc.
Y en esta otra:
Yo no sé que decirte de las cosas que tú me dices de mis pinturas…, pero ten la seguridad de que te creo el único genio actual -ya lo sabes- ¡a pesar de lo burro que soy en literatura, lo poco que cojo de ti me deja muelto!
Durante cinco años, desde 1923 hasta 1928, los mundos artísticos de Dalí y de Federico se compenetraron hasta tal punto que Mario Hernández ha hablado de un período daliniano en la obra del poeta, y Santos Torroella, de una época lorquiana en la del pintor.
Lorca le dedicó un poema en abril de 1926, no lo había hecho con nadie, la “Oda a Salvador Dalí”, que uniría sus nombres para siempre en la historia de la literatura.
Cuando murió su esposa Gala, en 1982, Dalí viajó mentalmente a su juventud en la Residencia de Estudiantes, al año 1923.
En los huesos, negándose a comer, con 34 kilos, una de las enfermeras que atendió a Dalí en ese final dijo que en todo ese tiempo sólo le entendió una frase: “Mi amigo Lorca”.
Lorca en la Biblioteca UPM
Dalí en la Biblioteca UPM
Excelente reseña: muy sugerente y ajustada; convida elegantemente a zambullirse en este excepcional testimonio espistolar. Si leer epistolarios es un ejercicio supremo de voyeurismo, en este caso resulta decididamente sublime. ¡A ello, lectores de Nosolotécnica! Es una lectura deliciosa, contrapunto indispensable a tanta necedad desencadenada hoy en tuits y post. Muchas gracias por la recomendación, María José. ¡Ah! Si os da tiempo, echad un vistazo al catálogo de la editorial (Elba): es estupendo.
Elba…. Breathtaking, lujo barato si sr.