Estrené la cocina (y la sartén) con un buen par de huevos fritos en aceite de olive virgen extra comprado a 11 dólares la botella. Los huevos los venden lavados y relucientes y metidos en cámara frigorífica. Seguramente muchos americanos ni siquiera sabrán que salen del culo de la gallina. A pesar de lo cual, estaban bien ricos. Otro día cuento cosas de los supermercados, que tienen miga.